Son muchas las especulaciones en torno al futuro político del gobernador Sergio Salomón una vez que deje el poder el próximo 30 de noviembre de 2024.
Como es normal, corren las apuestas y cada día surgen nuevas quinielas sobre la posición que, muchos piensan, ocupará en el gobierno de Claudia Sheinbaum, quien toma posesión el próximo uno de octubre.
Hay incluso quienes han llegado a afirmar que dejará el gobierno del estado antes de su mandato constitucional y que ello implicará que haya un nuevo gobernador. Un gobernador interino el cual sería nombrado por el Congreso del Estado, con todas las consecuencias legales, políticas y administrativas del caso, con toda la inestabilidad, y el ruido, y el caos, y la incertidumbre para una Puebla que viene precisamente de un largo invierno lleno de inestabilidad, y ruido, y caos, e incertidumbre, por la muerte de una gobernadora, Martha Erika Alonso, y un gobernador Miguel Barbosa.
Dentro de la comentocracia se dicen muchas cosas, que “Sergio Salomón se va, ya está decidido”; “Por eso están acelerando la transición y el proceso de entrega-recepción”.; “Por eso el lunes el gobernador electo, Alejandro Armenta, anunciará un primer bloque de su gabinete”.
Pero, todo lo anterior, ciertamente, está más que alejado de la realidad.
Es una probabilidad, es altamente posible que en estos días reciba una invitación de la virtual presidenta electa de México para ocupar una cartera de importancia dentro del próximo gobierno federal. Para nadie es un secreto que guarda una estupenda relación con ella, lo valora como persona, como administrador y profesional de la política, y entregó excelentes cuentas el pasado 2 de junio.
De hecho, lo extraño sería que no fuera invitado. Se dice que va a una Secretaría de Estado. Se especula con que sería nombrado titular (comisionado) del Instituto Nacional de Migración, aunque el perfil de policía no es precisamente el de Sergio Salomón.
Se habla que llegaría a la dirección de alguno de los más de 200 organismos públicos descentralizados de la administración.
Sin embargo, sea lo que sea, Sergio Salomón terminará su periodo constitucional de gobierno. Es un gobernador cuidadoso, al extremo, de las formas. A diferencia de muchos gobernantes, tiene claro el concepto de Estado y nunca metería a Puebla en una nueva espiral de incertidumbre o encono. Y menos, mucho menos por una ambición o meta personal.
En el caso de que Claudia Sheinbaum lo designara, por decir algo, director de Caminos y Puentes Federales (Capufe) o de la Lotería Nacional, no tendría forzosamente que abandonar la gubernatura, que debe entregar a Alejandro Armenta en diciembre.
Con dejar al actual titular de ese organismo por espacio de dos meses o nombrar a un encargado de despacho hasta que Sergio Salomón termine su gestión, basta y sobra.
Lo que es casi una realidad es que Puebla no tendrá otro gobernador. Sergio Salomón llegará hasta el último segundo del último día de su mandato como tal. Tiene mucha tarea pendiente.Y en especial mucha obra importante que entregar para cerrar con broche de oro su gobierno.
Ciudad Universitaria 2 de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP); El Campus del Instituto Politécnico Nacional (IPN; El nuevo Hospital de Zona “San Alejandro” del IMSS; El nuevo edificio sede del Congreso del estado; El Bulevar Atlixcáyotl; La Línea 4 de la RUTA; La Central Camionera del Sur; El nuevo Distribuidor Vial Amalucan.
Y otras más.