PULSO POLITICO . Necesaria la educación política

 

Gabriel Sánchez Andraca

Cada vez que hay oportunidad, repetimos en este espacio la frase pronunciada por el licenciado Manuel Gómez Morín, fundador del Partido Acción Nacional, el 15 de septiembre de 1939, día en que surgió ese partido conservador, como abanderado de la democracia en México: “Los partidos deben ser, escuelas de política” expresó.

Nadie, ni siquiera el PAN han intentado ser escuelas de política. El PRI, que era el partido que lo dominaba todo, desde la más humilde presidencia auxiliar hasta la presidencia de la república, en cambio, hizo esfuerzos esporádicos para educar a sus jóvenes, mediante cursos de historia de México, especialmente de la etapa revolucionaria y el PPS, partido de izquierda creado por Vicente Lombardo Toledano, condiscípulo de Gómez Morín en la UNAM, impartía cursos a los trabajadores en la ciudad de México, sobre historia nacional y corrientes políticas, esto a través de la Universidad Obrera, que había fundado el mismo Lombardo.

A raíz de la llegada del neoliberalismo, todo cambió, y ningún partido, incluyendo a los nuevos, tuvo alguna intención de educar a sus militantes.

Los partidos vivían de las cuotas que aportaban militantes y simpatizantes, totalmente insuficientes para sufragar sus gastos. Con el neoliberalismo se empezaron a conceder subsidios oficiales a todos los partidos, subsidios que ahora son millonarias hasta para los minipartidos que son satélites de los partidos más grandes y ninguno se preocupó por hacer de su organización, una escuela de política.

Esos subsidios sirven para cubrir el llamado “gasto corriente”, es decir, el pago de oficinas en algunas capitales de estado, pago de empleados y sobre todo, cubrir sueldos de los dirigentes.

LA CRISIS POLITICA DERIVADA DEL TRIUNFO DEL Movimiento de Renovación Nacional, Morena, que prácticamente destruyó a los principales partidos que habían prevalecido en el país en los últimos años: PRI, PAN y PRD, pues los dejó fuera del poder y con deudas millonarias. También acabó con la esperanza de que alguna vez, esas organizaciones que tanto cuestan a la nación, en términos económicos, sean escuelas para formar a sus cada vez menos militantes, en temas de política económica y social y para que lleguen a conocer el proceso histórico que ha seguido nuestro país, desde su independencia a la fecha.

LOS RESULTADOS ESTAN A LA VISTA: NINGÚN partido político mexicano, tiene dirigentes medianamente preparados para el desempeño de sus responsabilidades como cabezas de organizaciones que aspiran llegar al poder para hacer a un México más próspero, más democrático, más igualitario.

Hay políticos brillantes, pero no se ven: lo que se ve es que la alianza opositora que conforman el PRI, el PAN y el PRD, ni siquiera han presentado un proyecto más o menos aceptable, para sustituir al gobierno actual, al que se la pasan criticando por cosas totalmente intrascendentes o inventadas por ellos.

Dan a entender que no tienen proyecto para sustituir al actual y que lo único que buscan es regresar al régimen de corrupción, de ineficiencias y de mentiras en que habían convertido al gobierno de la república y a los gobiernos de los estados.

El único que cumple con la necesidad de educar políticamente, no solo a los militantes de los partidos, sino a todo el pueblo de México, es el presidente López Obrador, con sus conferencias de prensa mañaneras, que por fortuna, tienen un inmenso auditorio.

Tiene la necesidad de defenderse y de responder a los agravios que recibe de los opositores, pues si no lo hiciera, ya estaríamos como en Perú o en Brasil o en Bolivia, al borde de una revolución armada. Eso es lo que no ven los opositores a ultranza, eso es lo que no quieren entender los derechistas que son los responsables de la situación que se vive en el país actualmente, por los pésimos gobiernos que presidieron.

Hay que seguir insistiendo en la necesidad de educar políticamente al pueblo, de formar políticos con oficio, con sensibilidad social, con amor a México y conocimientos sobre el origen de nuestra terrible desigualdad social.  La población mexicana en general, debe saber que este país es suyo y de nadie más y que las grandes decisiones las debemos tomar todos y no solo un pequeño grupo de audaces que se llegan a sentir los propietarios absolutos de la nación y de sus recursos naturales.