Gabriel Sánchez Andraca
Un grupo de militantes y simpatizantes del Movimiento de Regeneración Nacional, nos dicen que la falta de actividades en Puebla de los partidarios del presidente Andrés Manuel López Obrador y de la Cuarta Transformación, se debe a que ese movimiento ya convertido en partido político, todavía no ha podido organizarse para funcionar como un verdadero partido.
Estuvieron de acuerdo con los dos periodistas con quienes platicaron, este columnista fue uno de ellos, de que además de desorganizados o por estar desorganizados, enfrentan divisiones internas, derivadas de las ambiciones de muchos por ocupar puestos de elección popular.
Sin embargo, tienen cierto optimismo en que las cosas van a mejorar una vez que pase el 10 de abril, fecha en que se votará por la revocación de mandato, que están seguros ganará arrolladoramente el presidente, pues la simpatía por el gobernante, no ha mermado en el grueso de la población. Están conscientes de que algunos sectores de clase media, han sido convencidos por las campañas de desprestigio, que ha estado llevando a cabo la derecha, empeñada en seguir con su guerra sucia que además de costosa, resulta ineficaz, por las falsedades en que se basa
Después de eso, dijeron, habrá una recomposición del partido que necesita tener liderazgos capaces y de convicciones, tanto a nivel nacional, como en cada estado de la república.
Consideraron que ni el PAN, ni el PRI y menos el PRD, constituyen un peligro para Morena, pese a su actual estado de desorganización.
Nadie cree en esos partidos afirman y menos en la pésima propaganda que realizan en su campaña anti López Obrador.
UNA BUENA NOTICIA ES EL ANUNCIO DE LA BUAP, de que profesionales y estudiantes de esa institución y académicos y estudiantes de la Universidad estadounidense de Georgia, están haciendo estudios para mejorar la producción agrícola de Puebla.
Hace unos días comentamos en este espacio lo que el intelectual y político poblano Vicente Lombardo Toledano, había expresado en una conferencia que dictó en la UAP en 1962, del alejamiento que había y sigue habiendo, entre las instituciones de educación superior y su entorno, es decir, las universidades no aportaban nada para mejorar las condiciones de vida de los habitantes de las ciudades o regiones donde dichos centros educativos funcionaban, lo cual resultaba frustrante para los mismos estudiantes, que mostraban su descontento, su inconformidad realizando movimientos de protesta, aparentemente carentes de sentido. La universidad poblana estaba entonces en ebullición, pues un año antes había estallado el movimiento de Reforma Universitaria, que pretendía eso, ligarse a las necesidades de la población, para buscar su solución.
DEL MOVIMIENTO ANTORCHISTA SE DICEN y se seguirán diciendo muchas cosas, pero lo cierto es que ellos, con instituciones educativas de enseñanza básica, media y superior, han logrado cambiar no solo la cabecera de un importante municipio de la mixteca, Tecomatlán, sino toda la región e influyen en localidades de estados colindantes del sur de Puebla, como Guerrero y Oaxaca.
Tienen un tecnológico que imparte las carreras de ingeniero agrónomo en varias especialidades; una Normal Superior, también con diversas especialidades y un instituto de Cultura que imparte carreras artísticas y que ha sido reconocido nacionalmente.
Recientemente estuvimos de paso por dicha población y pudimos ver los cambios tan importantes que ha logrado, pero los más importantes han sido los educativos. Que lejos está de cuando fuimos por primera vez, en tiempos del gobernador Jiménez Morales. Era una población sumamente atrasada, y con un alto índice de violencia. Hoy tiene un boulevard de entrada que lo quisiera una ciudad mediana e instalaciones educativas de primera; un centro deportivo con alberca semiolímpica; un salón de teatro bastante amplio y cómodo, una plaza de toros y jaripeo pequeña pero muy apropiada para ese tipo de espectáculos.
Recordamos que cuando fuimos a la inauguración del hospital general, que ahora cuenta con unas instalaciones muy dignas y ampliadas para atender incluso con sistemas prehispánicos de yerbas medicinales, este columnista veía por la ventanilla del helicóptero un bonito panorama que ofrecía la población y el gobernador Melquiades Morales, que también se paró a mi lado para ver, me dijo; “Así quisiéramos que fueran nuestros pueblos, ¿verdad?”.