Gabriel Sánchez Andraca
La semana pasada, los que fueron los más importantes partidos políticos del país durante décadas, exhibieron ante el pueblo de México, su terrible debilidad y mediocridad. Ya no son, ni la sombra de lo que fueron en el pasado reciente.
Los tres partidos que ahora conforman una alianza denominada “Vamos México”, tuvieron sus asambleas nacionales para tomar decisiones para el futuro y el futuro no se ve muy promisorio.
El PRI, abandona el neoliberalismo que sus gobiernos implantaron y sostuvieron durante más de 30años; el PRD, ya no será un partido de izquierda, sino de centro-izquierda y el PAN, oh, el PAN, es “la primera fuerza opositora de México”, según su nada modesto dirigente nacional, don Marko Cortés.
Este señor, que dirige a las huestes azules de la derecha mexicana, se asume como el jefe del triunvirato opositor, por eso, porque cree que es y lo pregona cada vez que tiene oportunidad, la fuerza opositora más importante de México, una “fuerza” que para elegir dirigencia estatal en Puebla, solo pudo instalar 148 mesas de votación, en una entidad que tiene 217 municipios y que pudo ganar el ayuntamiento de la capital del Estado, porque PRI y PRD, no pudieron encontrar una figura más o menos aceptable para ese puesto y porque don “Lalo” Rivera, que ya fue presidente municipal en el primer gobierno panista que gobernó al estado, el del señor Rafael Moreno Valle Sánchez, fallecido trágicamente hace tres años, lo trató desde el principio y hasta el fin, con gran desprecio, sin consideraciones de ninguna especia y el todo poderoso gobernante estatal, asumió el gobierno municipal realizando obras costosísimas y sin ningún beneficio para la sociedad, obras de relumbrón como el CIS, el Museo Internacional del Barroco, las ciclopistas elevadas, etc.
Don “Lalo” fue arropado por sus seguidores y gente compasiva del pueblo, por eso precisamente, porque el gobernante no lo dejó ser y al final lo acusó de innumerables delitos e incluso le exigía el pago de 25 millones de pesos y lo amenazó con cárcel.
Por fortuna el gobernador tenía fuertes opositores dentro el PAN, que impidieron que el mandatario estatal se saliera con la suya, y no solo eso, sino que fue candidato para la reelección, algo que no logró en ese momento, pero sí unos meses después.
YA LO HEMOS DICHO, EL PAN NO HA SIDO fuerte ni nacional, ni localmente nunca. Tiene fuerza en entidades del Bajío, como Guanajuato, parte de Michoacán, Jalisco, y en algunas del norte del país.
Acción Nacional se fundó en 1939, pero en Puebla se conformó un comité en forma, en los años cincuenta. Nunca ha sido un partido importante en estados del sur, aunque como en la entidad poblana, haya ganado circunstancialmente algunos municipios.
Esa insistencia en pregonar que son la primera fuerza de oposición del país, es para apantallar y nada más.
Los panistas han tenido el gobierno de la república en sus manos dos sexenios seguidos y no lograron hacer nada medianamente importante de beneficio para la nación.
Por el contrario, son los que iniciaron la etapa más insegura y violenta, desde la Revolución de 1910.
Durante los gobiernos panistas, la economía se desplomó y no pudieron controlar la pérdida de empleos, que en los tiempos de Vicente Fox, llegó a ser tan evidente, que su sucesor en campaña, ofreció ser “el presidente del empleo” algo que no cumplió.
En cambio ofreció hacer una “guerra” contra el narcotráfico y nombró como secretario de Seguridad Nacional, al cómplice de uno de los cárteles más peligrosos y violentos de México. Al final, dejó más de cien mil asesinatos y más de 30 mil desaparecidos.
Eso no es para presumir.
AYER EL GOBERNADOR MIGUEL BARBOSA HUERTA, dijo que en Puebla ya hay condiciones de gobernabilidad, que no había, gracias a que se han implementado acciones claras para atender a la población. Somos firmes y respetuosos con todos los sectores de la sociedad. Hemos promovido acciones efectivas en materia de seguridad, protección civil, salud y para generar bienestar.
No hay desinterés del gobierno poblano por los problemas que padece la población. Todo eso ha contribuido a que haya gobernabilidad y la gente se sienta confiada.
YA HAY UN AMBIENTE NAVIDEÑO EN LA CIUDAD, PERO todavía no se llega al ambiente de hace algunos años y menos cuando, en los años sesentas, había no solo posadas, sino pre-posadas, es decir, las fiestas decembrinas se iniciaban con mucha anticipación.
Antes de la pandemia, las preposadas y las posadas, ya habían menguado mucho, pero se pusieron de moda los desayunos o comidas de fin de año entre grupos de amigos o compañeros de trabajo. Eso sigue existiendo, pero en cantidad mucho menor que antes. Los tiempos cambian y las personas también.