Gabriel Sánchez Andraca
La petición de una decena de ex dirigentes nacionales del Partido Revolucionario Institucional al actual presidente de ese partido para que renuncie, “porque no le tienen confianza”, no resuelve nada, al contrario, complica las cosas, pero además pone en evidencia lo que en este espacio hemos venido diciendo, los priistas todos, han perdido la noción de la realidad.
Qué gana el PRI, con que el tal Alejandro Moreno Cárdenas, “Alito”, renuncie a la presidencia del partido tricolor, si nadie tiene un proyecto nuevo para reconstruirlo, para reestructurarlo, para hacerlo fuerte, bien organizado, con una ideología liberal, progresista, nacionalista, como la tuvo en sus inicios.
Ese PRI, nacionalista y revolucionario, con una clara política social para atender las necesidades de los obreros, los campesinos y las clases medias populares, ya no existe.
EL PRI HABIA VENIDO PERDIENDO LA CONFIANZA de la gente, a partir del movimiento de 1968; siguió perdiendo presencia en el periodo de Luis Echeverría por la represión de 1971 y luego se derrumbó por la frivolidad del gobierno de López Portillo.
Aprovecharon los neoliberales de Harvard, para colocar a un gobierno de transición, aprovechando el debilitamiento priista, para luego asaltar el poder
Pero la caída definitiva, empezó con el gobierno neoliberal de Carlos Salinas y los gobiernos que le siguieron. Todo mundo sabe que la llegada del PAN al poder durante dos sexenios, fue obra de los priistas de entonces.
Salinas inició la destrucción del partido, al cambiar totalmente sus principios, su programa de acción, sus objetivos básicos: Destruyó a la CNOP, sector pilar del priismo, que agrupaba a las clases medias; debilitó a la CNC que agrupaba al sector campesino y no destruyó a las organizaciones del sector obrero, porque tenían líderes rebeldes que no se dejaron mangonear. El presidente Salinas, pretendía, todo mundo lo sabía, formar un partido que sería de su propiedad, como lo han sido varios de los mini partidos que se han formado y se llamaría “Solidaridad”, como el partido polaco surgido a la caía del comunismo en aquél país europeo.
Le faltó tiempo para lograrlo, pero sí logró que el partido que se formó al triunfo de la Revolución de 1910 se fuera deteriorando y el gobierno se fuera corrompiendo cada vez más.
Acabar a una institución partidista que había gobernado totalmente al país durante casi ochenta años, no iba a ser fácil ni podía ser en tiempo record.
La llegada de los panistas y luego la vuelta al poder fue tan perniciosa, que no estalló un movimiento armado para lograrlo, porque todos tenían miedo a una revolución, pues en las familias se comentaban los sufrimientos que había provocado la revolución de 1910 a 1921. Ya vivíamos una situación de inseguridad y violencia, pero no era por razones políticas e ideológicas, sino por una actividad ilegal, el narcotráfico, que se fomentó desde la secretaría de “seguridad” de un gobierno panista.
El derrumbe de ese régimen corrupto, antidemocrático y autoritario, se dio por la vía democrática de una elección, pensando que todo seguiría igual, como fue con el cambio del PRI al PAN, es decir, que seguiría el mismo sistema, pero ese fue un mal cálculo, porque las cosas sí empezaron a cambiar.
AHORA LOS PRIISTAS Y PANISTAS, NO SABEN QUE hacer y en vez de transformar a sus organizaciones, fortalecerlas formando políticos con sentido social, con experiencia, con conocimiento de la historia patria para infundirles un sentido patriótico, se dedican a atacar al gobierno en el poder, a insultar al presidente y a soñar despiertos: como el ex presidente priista y ex gobernador del estado de México, César Camacho, que en declaraciones de prensa dijo que “El PRI no entregará al Estado de México” y que para eso, ya “velan armas el PRI, el PAN y el PRD. Que ganarán 12 millones de votos.
Parece que el señor Camacho sigue viviendo en la época en la que el PRI era el dueño del país: “No entregaremos el Estado de México”: ¿acaso el PRI es el propietario de esa entidad federativa?
No, el PRI es un partido que nació liberal y ahora es conservador de derecha, que está aliado con la derecha más recalcitrante, representada por el PAN, que siempre fue adversaria del PRI y que ahora que están fuera del poder, se alían para combatir a Morena, partido que tiene muchísimas coincidencias con el PRI de la época de Cárdenas, de Avila Camacho, de Ruíz Cortines y de López Mateos, que con el PAN o el casi desaparecido PRD.
El PRI AHORA SE VOLVERÁ UN PARTIDO DE declaraciones de sus líderes y de desplegados en la prensa, pero nada efectivo en la realidad, porque está fuera de ella.