PULSO POLITICO. La realidad, no son el fuerte ni del PAN, ni del PRD

Gabriel Sánchez Andraca

Con miras a las elecciones del 2024, el PAN y el PRD, han iniciado campañas para convencer a los ciudadanos de este país, que son la mejor opción para lograr el desarrollo político, económico y social de nuestra gente, apartándose totalmente de la realidad de sus partidos y de la realidad nacional.

Don Carlos Martínez Amador, está realizando giras por el interior del Estado, la última ha sido por la región de Cholula, para reforzar a su partido, lo cual está muy bien, pues el de la Revolución Democrática cayó muy bajo después de las elecciones del 2018, al grado de que ya ha perdido su registro en 22 estados del país por no alcanzar el 3 por ciento de la votación en las elecciones locales y puede perderlo también en Puebla si o logra la unificación y la creación de una infraestructura sólida que le de fuerza real y presencia en el estado.

En Cholula precisamente manifestó que todos los perredistas deben trabajar unidos para que su partido se constituya en una verdadera opción democrática para el país.

Afirmó que el PRD tiene fuerza, tiene principios, lo cual no es cierto: la realidad es que tuvo fuerza y tuvo principios hace algunos años, pero todo eso se extinguió al grado que desde hace algunos ayeres, se hizo aliado del PAN, partido de derecha siempre combatido por el PRD y ahora es aliado del PRI, partido que fue liberal y que se fundó con los priistas que salieron del tricolor, cuando ese partido implantó el sistema neoliberal caracterizado por una política económica concentradora de la riqueza en pocas manos, debilitando a las clases medias y empobreciendo aún más, a las clases populares.

Efectivamente, como dice don Carlos Martínez Amador, el PRD en el poder del Distrito Federal, con Andrés Manuel López Obrador a la cabeza del gobierno, instituyó los apoyos económicos a las personas de la tercera edad, medida que extendió a todo el país, ya como presidente de la república surgido de Morena. Otras medidas de beneficio social, como becas a estudiantes pobres, a personas con incapacidades de diverso tipo, etc., también fueron instituidas desde el gobierno del Distrito Federal, hoy ciudad de México, por López Obrador, que fueron extendidas a todo el país, cuando alcanzó la presidencia.

DESDE EL SURGIMIENTO DE MORENA, EL PRD se convirtió en un partido chiquito, pues sus militantes emigraron al nuevo partido fundado por quien fue dirigente nacional perredista y dos veces candidato presidencial de ese partido.

Se sabe que “Los Chuchos”, un trío de líderes que llevaban el nombre de Jesús, dominaban el panorama perredistas y no dejaban pasar a nadie que no fuera gente de su especial estimación y confianza.

El PRD estaba dividido en 12 grupos, corrientes o tribus, que nunca llegaron a acuerdos, sino por el contrario, sus diferencias se agudizaban cada vez que tenían una reunión, asamblea o congreso. En esas condiciones era un partido sin futuro y por eso López Obrador abandonó ese barco y creó otra organización de izquierda (no comunista) a la que llegaron miles de sus seguidores y ganó la presidencia en su tercer intento. La había ganado antes, pero le hicieron chanchullo y doña Elba Esther Gordillo, entró en auxilio del PAN, para lograr la imposición del héroe de la guerra contra el narcotráfico, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa.

EL PARTIDO ACCION NACIONAL, TIENE OTRA HISTORIA: Ejerció el poder desde la presidencia de la República durante 12 años, que han sido los mas desastrosos del principio de este siglo.

Los señores Vicente Fox y Felipe Calderón, demostraron que no habían nacido para la política: carecían de sensibilidad social y de sensibilidad política y aprendieron muy rápidamente las malas mañas de los priistas neoliberales provocando el aceleramiento del derrumbe económico y social del país y logrando que el desmantelamiento del sistema neoliberal, se lograra por la vía pacífica-electoral, como no ocurrió ni en la Independencia, ni en la Reforma, ni en la lucha para derribar al porfiriato, todas ellas marcadas por la violencia.

AHORA EL PAN, A SUS MÁS DE 80 AÑOS, QUIERE volverse un partido democrático y popular, habiendo sido a lo largo de su historia, un partido de élite, enemigo del populacho al que discriminaba y reprimía a través del gobierno porfirista cuyo lema era “orden y progreso”; el orden lo imponía mediante la fuerza y el progreso era solo para las élites nacionales, dueñas de las haciendas donde se hacía trabajar a los campesinos de sol a sol por una miserable paga que apenas y les alcanzaba para medio comer, mientras lo hacendados se paseaban por Europa, continente al que se sentían unidos culturalmente; y para los industriales extranjeros que saqueaban la riqueza nacional explotando nuestros recursos nacionales y a sus trabajadores en jornadas de hasta 12 horas.

Si logran hacer los cambios que se requieren, los panistas actuales serán los responsables de la destrucción de su partido caracterizado desde su fundación, como el partido de la “gente decente”; bien educada y de buenos sentimientos, gente alejada de un pueblo harapiento, ignorante y desordenado, que cansado de tanta injusticia, se levantó en armas para exigir sus derechos. Ahora el PAN quiere a ese pueblo harapiento y hasta a los indígenas, a los que ni siquiera hacía el menor caso, en sus filas. ¿Podrá Acción Nacional cambiar la mentalidad atrasada de sus actuales militantes, educados en los mejores y más afamados colegios y universidades y no en las escuelas oficiales laicas y gratuitas a las que va el populacho? Ya se verá en noviembre próximo si eso es posible.