Gabriel Sánchez Andraca
Alguna vez se imaginó que en las elecciones para elegir quince diputados federales por Puebla, el PRI solo tendría 6 candidatos; el PAN 5 y el PRD 4.
Ese es el acuerdo al que llegaron los tres partidos que durante varias décadas fueron los más fuertes de este país y que por la terrible derrota que sufrieron en el 2018, pasaron a ser partidos minoritarios que tienen que unirse para competir en las elecciones del 2021, pues pretenden que con su alianza puedan arrebatarle a Morena la mayoría en el Cámara de diputados federal, ganar congresos locales y los municipios más importantes del país, aunque Puebla capital, tendrá candidatos de cada partido según el acuerdo en la cumbre de los partidos aliancistas, es decir, aquí en el municipio de Puebla, no habrá alianza.
Hasta ayer, solo se había lanzado la convocatoria para la elección de diputados federales y de ahí que los partidos PRI, liberal; PAN , conservador y PRD, de izquierda, ya hayan decidido cuantos candidatos tendrá cada uno de ellos. Todavía no se conocen los nombres de los aspirantes, pero de que los hay los hay.
HAY PRIISTAS DE CUPULA, que están seguros de que la alianza, totalmente ilógica y aberrante, les dará resultado, pues su único objetivo es desplazar a Morena de la posición mayoritaria que ahora ocupa en el Congreso.
Dicen que al no estar en la boleta Andrés Manuel López Obrador, nos se dará el fenómeno que se dio en el dieciocho, de que su nombre arrastrara al triunfo a ilustres desconocidos que figuraban como candidatos a diputados federales y locales y a presidentes municipales, lo cual es cierto.
Pero se equivocan al pensar que ellos, los tres que fueron los que gobernaron a este país en años anteriores, por el hecho de querer desplazar a Morena del poder legislativo, van a ganar.
El descontento de la mayoría de los ciudadanos contra el PRI y contra el PAN, es consecuencia de la forma en que gobernaron a este país, provocando crisis económica, crisis política y una gran descomposición social.
La terrible corrupción, la inseguridad y la elevadísima criminalidad que existe todavía en México se debe precisamente a la forma de gobernar de esos partidos que han perdido identidad ideológica, no tienen y nunca han tenido, excepción del PRI, una buena estructura y consecuentemente carecen de organización. El PRI que lo tenía todo, ya está igual que sus aliados, pues cayó en manos del grupo neoliberal que cambió radicalmente los principios revolucionarios, sin informar nada de eso a los priístas y se volvió en un partido de derecha que agredió a sus principales aliados, los campesinos, reformando la Ley Agraria en 1992, para volver al latifundio, provocando la emigración de los jóvenes campesinos hacia las grandes ciudades y lo peor, a los Estados Unidos, en busca de oportunidades que se les quitaron en su propio país.
La falta de apoyo al campo, la autorización para tener en propiedad hasta 500 hectáreas de agostadero para la cría de 500 cabezas de ganado, por cada miembro de una familia; de 100 hectáreas de riego y de 200 de temporal, ¿no es volver al latifundio?
El gobierno panista de Rafael Moreno Valle Rosas en Puebla, destinó al desarrollo agropecuario, el menor presupuesto en la historia de Puebla para ese renglón. Disfrazó con la entrega de unos aparatos inservibles en nuestro medio, llamados “mototractores” de los cuales no encuentra usted ninguno en operación actualmente.
Ahora la alianza partidista opositora, quiere echar la culpa del derrumbe en el medio rural, al actual gobierno. Hay más de un millón de poblanos de la región mixteca principalmente, en los Estados Unidos, porque la situación económica en el medio rural poblano, se volvió insostenible y por eso también, la ciudad de Puebla fue declarada como la que tenía el mayor número de pobres de todas las grandes ciudades mexicanas, por el organismo encargado de medir la pobreza en nuestro país.
LA CENTRAL CAMPESINA CARDENISTA, por cierto, ha anunciado que demandará ante el presidente López Obrador, la reforma que se hizo a la Ley Agraria en 1992, tiempos de Salinas de Gortari, para que los hombres y las mujeres del campo, vuelvan a tener garantías y apoyos para desarrollarse y salir de la miseria en que actualmente se encuentran.