Gabriel Sánchez Andraca
El PRI, que por un lado dice que aspira a ser un partido socialdemócrata y que junto con el PRD y Movimiento Ciudadano, están actualizando sus plataformas, ante los pésimos resultados del neoliberalismo y el populismo, por otro anuncia que su bancada, compuesta por 71 diputados priistas, votará contra la reforma eléctrica enviada por el presidente López Obrador y cuya finalidad es regresar el control de la producción energética al estado mexicano, como lo hizo el gobierno priista de Adolfo López Mateos en los años sesenta.
Los priistas presentarán un proyecto de reforma de la industria eléctrica del país, que es el que quieren que se apruebe. Ese proyecto, dijo “Alito”, tiene todos los elementos para favorecer los intereses de las mayorías y a todo el pueblo de México.
No dijo si en la elaboración de ese proyecto intervino el Partido Acción Nacional, su principal aliado, o si es el proyecto del PAN, que adoptó el PRI, porque ahora ya no se sabe quién manda en la alianza “Vamos por México”, si el PRI, partido mayoritario que dominó el panorama político de México durante casi ochenta años o el PAN, partido representante de la más antigua derecha mexicana, que fue llevado por el PRI de la tecnocracia, al poder, para satisfacer la exigencia de Estados Unidos, de convertirnos en un país bipartidista, como ellos, para que firmara el Tratado de Libre Comercio.
Los gringos tienen solo dos partidos, el Demócrata y el Republicano, que son, como decía un delegado nacional del PRI en Puebla, don Mario Vargas Saldaña, como la Cocacola y la Pepsicola, tan parecidos, que si cierras los ojos, no sabes que refresco estas tomando.
Salinas no tuvo más remedio que incluir a un partido de izquierda, pues esa corriente política estaba muy arraigada en amplios sectores de maestros y en las universidades de casi todo el país. Pero se pensó que al partido representante de esa corriente, siempre se le tendría marginado, y pues les resulto respondón y ahora, con “Morena” ya no saben qué hacer.
El PRI FUE DURANTE MUCHOS AÑOS, UN PARTIDO, nacionalista y revolucionario, pero lo echó a perder la corrupción que trajo consigo el neoliberalismo y eso llevo a la ruina, no solo al PRI, sino a todo el país.
El último gobierno priista, entregó al gobierno morenista un país en crisis económica, política y social. No solo porque el neoliberalismo cambió el rumbo de la política revolucionaria derivada de la lucha armada de 1910, sino porque a ese último gobierno del PRI, le antecedieron dos gobiernos panistas, que han sido los peores gobiernos que ha tenido este país, desde el final de los años treinta del siglo pasado.
Hoy no sabemos, por la postura de “los dirigentes” del Partido Revolucionario Institucional, si éste partido ya es de derecha y se deja llevar por los conservadores de siempre o si le queda algo del nacionalismo y de revolucionario de antaño.
LA ALIANZA PRI, PAN, PRD, así como grupos independientes de la derecha mexicana, están haciendo campaña contra la revocación de mandato, que ya está establecida en la Constitución y que permitirá al pueblo de México, cambiar a un gobierno malo, si en la primera mitad de su mandato, no está dando resultados positivos para la nación.
Se olvidan o no conocen la historia, que desde hace cuatro siglos, existe la revocación en Suiza, el país considerado como el más democrático del mundo.
Que en los Estados Unidos, hay revocación de mandato desde el siglo XIX y que en algunos países de América Latina, también existió en algún tiempo.
La forma de realizarla puede ser diferente a la que aquí se va a emplear, pero la finalidad es la misma.
ACABAR CON LA INSEGURIDAD Y CON LA DELINCUENCIA organizada, sigue siendo prioridad del gobierno de Miguel Barbosa Huerta, según expresó ayer.
Dijo que la meta de su gobierno es la de acabar con los grupos delictivos, llevar a la cárcel a sus dirigentes y miembros de las bandas e imponerles un castigo ejemplar.
Solo así se podrá garantizar la paz y la tranquilidad del Estado, señaló.
Para esto, sigue mejorando la coordinación entre la Federación, el Estado y los municipios. Todas las fuerzas de seguridad de los tres niveles de gobierno, actuarán unidas y emplearán las mejores técnicas para combatir este flagelo social.