Gabriel Sánchez Andraca
Eduardo Rivera Pérez, el alcalde de la capital del Estado, inició sus actividades al frente del gobierno municipal con buena aceptación. Logró conformar un equipo plural, en el que hay panistas, priístas y perredistas, sus aliados que lo llevaron por segunda vez a la presidencia municipal de Puebla.
Rivera Pérez, ya lo comentamos aquí, aprendió mucho de política en su primer trienio, porque estuvo anulado por el autoritario gobernador de entonces, que fue el primer gobernador panista de la entidad poblana y los golpes enseñan mucho más que los apapachos.
Es muy temprano para afirmar que se enfila hacia la candidatura a la gubernatura, pues la gente se ha vuelto exigente y espera resultados y para ello se requiere tiempo, pero el arranque fue bueno, pues ya está atendiendo las necesidades más sentidas por la población. Va a tener que poner atención al problema del agua, pues los usuarios rechazan la privatización y este rechazo va en aumento y se intensificará, si como se rumora, la empresa que tiene en sus manos uno de los servicios más importantes en cualquier parte del mundo, incrementa las tarifas por ese servicio.
Su partido, el PAN y ahora también los derechistas del PRI, se han manifestado en favor de las privatizaciones. Se niegan a aceptar que los gobiernos sean los tengan en sus manos servicios tan importantes como el de energía eléctrica, agua potable y distribución de gas, “porque terminan con la competencia”.
Quien iba a hacer competencia a Iberdrola, la empresa eléctrica española que ya incrementó hasta en un 500 por ciento las tarifas por el servicio que presta en su propio país. Y en Inglaterra la gente de a pié, se enfrenta a un problema similar que al de España, pues ese servicio básico, está en manos del sector privado.
México no pretende acabar con la competencia, sino regularla. Deja en manos de los particulares, más del 40 por ciento de la producción de electricidad, que debe estar regulada por el Estado.
Si en Puebla la empresa Agua de Puebla para Todos, decide un aumento en sus tarifas, quien le va a decir que no. El primer gobierno panista de la entidad, dejó muchos malos recuerdos, entre ellos éste, el de la privatización del servicio de agua para uso doméstico.
Los candidatos del PRI la gubernatura y a las alcaldías de los principales municipios, en sus respectivas campañas, ofrecieron dar marcha atrás a la privatización que la bancada priista aprobó, junto con la panista, por el sistema de moches.
Lo mismo ocurrió con la ley bala, que autorizaba la represión en manifestaciones populares de protesta y que fue causante de la muerte de un menor de edad. Los diputados priistas de entonces, hasta elogiaron dicha ley al día siguiente de su aprobación. Si el actual presidente municipal es sensible y políticamente centrado, como parece, atenderá los reclamos populares y se ganará la voluntad de los ciudadanos.
Y A PROPOSITO DEL PAN, SU PRESIDENTE ESTATAL, acuérdese que Genoveva Huerta solicitó licencia para luchar por su reelección, Jesús Giles, designó a la presidenta municipal de San Andrés Cholula, Paola Aragón, coordinadora de los alcaldes panistas de la entidad.
Su misión es lograr que todos los presidentes municipales de la entidad, que hayan sido electos a través de ese partido, trabajen para el bien del pueblo en forma coordinada y eficaz.
Ojalá ningún panista poblano sea enviado al curso que el ultraderechista partido español Vox, impartirá para los militantes de la derecha mexicana.
Acuérdense que en 1961 estalló en esta capital una rebelión de los liberales universitarios contra los derechistas del Consejo de Honor de esa institución y que ganó la corriente progresista diez años despuén, corriente que los mismos derechistas empujaron hacia el Partido Comunista Mexicano a base de rumores e intrigas. La derecha tuvo que crear su propia universidad, pues fueron expulsados de la ahora BUAP, por sus posturas intransigentes.
DURANTE LOS TRES AÑOS PASADOS, EL MUNICIPIO de Tehuacán, el más importante después del de esta capital, vivió un auténtico desastre.
Su presidente municipal, un panista morenovallista colado en Morena, fue encarcelado a los pocos meses de haber tomado posesión acusado de malversación de fondos públicos.
Desde entonces, Tehuacán no volvió a ver la suya y la actual administración, recibió un municipio con graves problemas de inseguridad, de recolección de basura, de corrupción en el cuerpo de policía del municipio, en una palabra un desastre administrativo que sin ayuda del gobierno estatal, no podrá resolver.
Se trata de la ciudad más importante del estado después de la capital, que no es cualquier cosa. Tiene importancia histórica, económica, educativa y social. Urge la intervención de las autoridades estatales para evitar un mayor deterioro.
La lucha política en dicho municipio siempre ha sido del PRI y PAN. Ahora ganó Morena, porque los dos partidos tradicionales, están en la lona.