Gabriel Sánchez Andraca
Al medio día de ayer se cerró el tránsito en el zócalo y sus alrededores, de esta capital. Llegó la banda de guerra de la Policía Municipal, muy bien presentada y se colocó frente al palacio del Ayuntamiento. Junto a ella, un grupo como de cien empleados municipales y algunos regidores.
De repente empieza una ceremonia en la que interviene la Banda Municipal y la banda de guerra. El Himno Nacional resuena en toda la plaza de la Constitución y al final se escucha un grito: “Vivan los Héroes que nos dieron Patria y Libertad” y todos los presentes gritan “Viva”. Y luego siguen las exclamaciones por los micrófonos colocados en los balcones del palacio: “Viva Hidalgo, viva Morelos, viva doña Josefa Ortiz de Domínguez” y la respuesta de Viva, suena con fuerza y con entusiasmo de mucha gente que se reunió creyendo que, como los panistas en el poder tienen comportamientos raros, la ceremonia del grito se había adelantado.
Pero no; esa ceremonia de ayer se estuvo repitiendo una y otra vez, hasta un número que a algunos les parecieron ocho y hasta diez.
Lo raro es que por ningún lado aparecía el presidente municipal “Lalo”. Las arengas patrióticas las daba una persona no reconocida por muchos.
La razón fue que, en ese afán de ser originales, los panistas que ahora están en el gobierno municipal, “estaban ensayando la ceremonia del grito” para que hoy en la noche, sorprendan a la multitud que año con año concurre al zócalo a participar en el festejo y todo salga como nunca. Los panistas son malos gobernantes pero a veces son chistosos.
BUENO, LOS POLÍTICOS EN GENERAL SON A VECES chistositos. Ahora habrá dos ceremonias del Grito: una en Casa Aguayo y lo dará el gobernador Miguel Barbosa, y otra en el palacio municipal, y lo dará Eduardo Rivera.
Se supo hace unos días, que el gobernador había expresado que al grito de Casa Aguayo, no seria invitado el alcalde. Rectificó esa postura y según se sabe, sí ha sido invitado.
Para don Eduardo Rivera y Pérez, el flamante alcalde panista poblano, esta fecha y la ceremonia que se realizará hoy en la noche, no le trae recuerdos gratos de su primera estancia en la presidencia municipal de esta capital,
Eran los tiempos del primer gobernador surgido del PAN, el ya fallecido Rafael Moreno Valle Rosas, con fama de autoritario y “especial” en el trato político a sus “inferiores”. Y pues don Lalo, era un político inferior en rango, a don Rafael y por lo tanto estaba expuesto a cualquier desaire.
Y este se dio en forma tal, que don Lalo despertó entre muchos ciudadanos un sentimiento de compasión, por la forma grosera en que fue tratado por el primer gobernador panista, correligionario suyo, de la entidad.
Pese a que el gobernante estatal era invitado al palacio municipal para presidir la ceremonia, Moreno Valle Rosas, actuó como si fuera el dueño del edificio y para acompañarlo a dar el grito en el balcón, no permitió que estuviera a su lado Lalo, sino el senador panista también como ellos, Javier Lozano Alarcón, que empezó a hacerse ilusiones para suceder a Rafael en la gubernatura.
Existe una fotografía en la que aparecen el gobernador y el senador al frente del grupo que salió al balcón para la ceremonia y atrás una manita que trataba de saludar a la multitud. Era la de don Lalo, que al final de su mandato, fue acusado por Moreno Valle Sánchez de quien sabe cuantos delitos y a punto estuvo de meterlo a la cárcel, pero ahí sí le brincaron Ana Teresa Aranda, Josefina Vázquez Mota y otra que fue secretaria general del PAN nacional, cuyo nombre no recuerdo, logrando que el gobernador diera marcha atrás. Rivera Pérez, siempre ha sido panista; el gobernador y el senador, eran priistas resentidos. Son los gajes del oficio.