Victor de Regil
No sabemos a ciencia cierta, pues es imposible de medir realmente, el efecto que dejan en los candidatos locales y su meta de ganar elecciones las visitas que hacen a Puebla los dirigentes y las “figuras nacionales” que vienen a echarles porras, a veces sin conocerlos del todo. Lo que sin duda es inocultable, en la mayoría de los casos, es que dejan la sensación de que en nuestro estado, la clase política es muy aldeana.
Eso, por la emoción que manifiestan con esas visitas. Por el fanatismo que, incluso, a veces les profesan.
Y es que en este periodo de campañas, han venido los dirigentes del PRI y PAN, Alejandro Moreno Cárdenas y Marko Cortés Mendoza, respectivamente.
También ha visitado el estado el dirigente del otro partido que conforma la alianza “Va por México”, Jesús Zambrano, pero ahí son más los negativos que trae consigo, que la expectación que puede generar.
De igual manera, estuvo hace unos días Bertha Luján, presidenta del Consejo Nacional de Morena y líder moral de los “puros”.
Ya hicieron también acto de aparición panistas distinguidos como Santiago Creel o Damián Zepeda.
Pero quizá una de las visitas que más polémica causó fue la del ex presidente de México Felipe Calderón, quien estuvo en Puebla para apoyar a los candidatos de la alianza Va por Puebla, la cual es encabezada por el candidato a la presidencia de la capital poblana, Eduardo Rivera, quien encabeza todas las encuestas.
Recordemos que Calderón no solo es ex presidente, sino que es uno de los principales críticos del gobierno del presidente López Obrador y quien ha regresado al panismo luego de su fracaso en la intentona de crear su partido político México Libre.
El zacatecano Ricardo Monreal Ávila, coordinador de los senadores morenistas, estuvo en Puebla, con el pretexto de presentar su nuevo libro “Nulidades y procedimientos sancionadores en materia electoral”.
Aunque las motivaciones fueron otras y de grupo. Porque tampoco al ex gobernador de Zacatecas se le puede dar la estatura de representante integral de la Cuarta Transformación, incluso en Puebla no es muy conocido.
Los partidos pequeños han tenido también visitas de sus dirigencias nacionales. Redes Sociales Progresistas, Encuentro Solidario y Fuerza por México.
Hacen actos casi masivos, en plena pandemia. Lanzan proclamas y ensalzan a sus candidatos. Les otorgan cualidades que ni los mismos poblanos alcanzamos a verles.
Pero en la mayoría de los casos, lo hacen sin conocimiento profundo del tema, de la persona ni de la plaza.
Sin duda entusiasman a sus militantes. Se emocionan. Cómo groupies se sacan fotos. Hasta les piden autógrafos.
¿Pero y al ciudadano común?
A ese que define elecciones, ¿realmente le importan los discursos fáciles de los y las Luján, Monreal, Alito y Marko?
No hay referencias numéricas de que, en alguna campaña reciente en Puebla, haya cambiado dramáticamente la intención del voto con la presencia de alguno de estos “figurones”.
La militancia que se emociona con los personajes que salen en la tele nacional ya es voto seguro.
Tampoco la presencia de estos líderes de “talla nacional” soluciona nada en la realidad de los poblanos. Es la misma actitud de servilismo. Culto a la personalidad.