Por: Atilio Alberto Peralta Merino
Al decir de Carlos Fuentes la novela es “la historia de la vida privada”, aun cuando, acaso, mucho habría que desentrañar en documentos privados para rescatar la memoria del pasado y construir con profundidad de miras el pasado de los pueblos.
En “Compendio Diplomático”, Luis García y Erdamnn , por su parte, señalándola como un fenómeno creciente en las circunstancias actuales, define a la noción de “diplomacia ciudadana” en los siguientes términos: “surge ante el carácter mayoritariamente civil y cada vez más complejo de los conflictos reforzando a la diplomacia preventiva oficial”, atribuyendo además una segunda acepción a dicha expresión como un “ conjunto de acciones establecidas entre ciudadanos de diferentes países o grupos nacionales”.
El muy estimable rescate que Francisco Javier Rodríguez-Erdmann hace del archivo epistolar de su abuela , en Cartas de Mama-Nina, nos permite descubrir al unísono, tanto la historia de una mujer que, procedente de su natal Tampico tras haber enviudado, contribuiría a incrementar el acervo cultural de México en una etapa difícil de su historia, al participar como violinista de la entonces novel orquesta de la Ciudad de México, bajo la batuta, nada más y nada menos que de don Luis Herrera de la Fuente.
A la par de que, da cuanta de un peculiar e intrincado viaje emprendido al archipiélago de Hawai, después de una larga interrupción epistolar con el mayor de sus hijos.
Juan, quién al emigrar se había enrolado como radio recepcionista en el aeropuerto militar de Upolou Point construido por la fuerza aérea norteamericana en la isla Oahu, se enfrentó con el paso del tiempo a la doble dificultad de ver entorpecida su comunicación con el exterior, así como a la de poder tramitar su baja de la fuerza aérea norteamericana sin pagar la caución que al efecto se exigía, por parte del ejército de los Estados Unidos con miras a evitar que los efectivos militares engrosaran las filas de la desocupación rampante en el lugar en aquel momento.
La crónica contenida en los documentos rescatados resultan de un enrome valor histórico , al describir la tensión social que se vivía entre los integrantes de las fuerzas de ocupación destacamentados en el área desde la guerra Hispano-Norteamericana de 1898 y los nativos del archipiélago por una parte, y de ambos a su vez con los pescadores provenientes del japón por otra.
En los archivos familiares desentrañados por Francisco Javier Rodríguez-Erdmann, logra constatarse la situación que antecedió a la que describiera James Jones en su célebre novela, llevada al cine por Fred Zimermann con las actuaciones de Deborah Kerr, Montgomery Cliftt, Frank Sinathra y Burt Lancaster.
Episodio histórico que, ante las diferencias religiosas que se observan en la región, en la que el islam tenía una presencia importante entre los nativos que se manifestaban inconformes con la ocupación de las tropas americanas, habría dado pie a interpretaciones belicistas, aun cuando no por ello carentes de interés, hasta fechas relativamente recientes, como la que plasma el observador internacional Robert Kaplan en su libro “Gruñidos Imperiales”.
El acercamiento de los pueblos, no obstante, ofrece otras posibilidades, en contrapartida, tenemos las Cartas impregnadas de la mirada compasiva, con la que una mujer culta en busca de un hijo, cuyo paradero ignora, contempla una realidad lacerante. Cartas que, en resumidas cuentas, rescatan la memoria de una familia mexicana que observa la realidad de otro pueblo al que comprende.
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