Otilia Narcisa Rivera Alberca. Sueños

 

Otilia Narcisa Rivera Alberca. Nativa de Arenillas El Oro, Ecuador. Economista en Ciencias Políticas y Sociales. Licenciada en Arte en historia de México. Historiadora, periodista, escritora y Poeta. Editorialista de las Revistas Internacionales Juventud Siglo XXI y Sin Fronteras. miembro de Lírica de Oro, OPPI Organización Poética Internacional, Poetizando Caminos Ecuador, Caudal de Letras y Escritos del Alma México. Publicación de 4 Obras: Recuento de una Vida, El Turismo en El Ecuador, Memorias de un Corazón y Frutos de Ternura y Dolor.

SUEÑOS

 

Dices que me amas mientras mi corazón lastimas,

dices que me amas

y haces llover mis ojos…

dices que me amas mientras mi alma de hinojos,

recoge tan solo abrojos que a mi alma subestima…

Pero mi niña bonita, como te hago entender chiquita,

que yo nací para amarte,

para tenerte y cuidarte…

este mi sol ardiente,

el gran sol de mi ocaso,

no conoce de fracasos,

ni tampoco melancolía,

porque mi alma enamorada

todo, todo lo supera!

porque ella siempre espera retornar hacia tus brazos…

Te cansarás de zaherirme,

con tus celos infundados

y no me apartarás de tu lado

porque mi amor no es de un día,

es amor de toda la vida,

que llegó para no marcharse,

porque sólo sabe darse,

sin reproches ni mentiras…

Es un amor bonito,

nacido en el medio día,

cuando tú eras la más grande estrella,

de mi Huaquillas querida

tú eras mi niña amada,

que despertaba a la vida

yo el viejo pecador,

tú mi niña ilusionada,

eras frutal que frondoso,

crecía en el conventillo,

que cansado de soportar,

batallas sin mucho brillo,

se resignó al hastío,

sin penas, ni ilusiones,

pero este amor mío,

quiso atreverse a soñar

y con su sombra cubrió,

tu ser con bellas canciones,

que surgían cual blasones

de heroicos hechizos…

No te dejaré de amar,

¡entiéndelo! !vida mía!

Sólo espero que un día,

me dejes sólo tocar,

una hebra de tu pelo,

el carmín de mi desvelo,

la luz de tus bellos ojos,

mientras mis labios ansiosos,

te atraparan golosos

para jamás devolverte,

el aliento, que un día,

yo anhelé para mi vida,

porque eres mi único antojo…

Te quedas siempre conmigo,

lo siento niñita amada,

mi amor supera las pruebas,

más antiguas renovadas

y es que al fin comprendí

que el amor perdona todo,

defendiéndolo del lodo,

que a veces osa manchar,

el alba de su dermis,

la mácula de su grandeza,

pero mi amor siempre besa,

y olvida los resquemores

y es que esta sobre la luna,

sobre la constelación de estrellas,

se mece en su cielo puro,

rodeado de centellas.

Así te amo bien mío

Por sobre todas las cosas,

aun sobre la vida mía,

que te entregué a ti,

mi Diosa

ya no podrás castigarme

me he convertido en la roca,

con alma, corazón y vida,

con este amor que se desboca…

-Otty