Odila Benítez Franco (Asunción-Paraguay/1961). Artista emergente autodidacta. Educadora de párvulos, con especialización en Estimulación temprana para niños con capacidades diferentes. Estudios de historia del arte en la Universidad de Palermo- Buenos Aires -Argentina. Talleres de técnicas específicas. Sus obras no son de un solo estilo, aunque predomina el naif. Desde hace tres años se dedica de manera profesional a este oficio de pintar. Exposiciones presenciales en su país: Paseo de las Mujeres, Plaza Italia, (septiembre 2021), La Burrerita de Lambaré, Manzana de la Rivera (octubre 2021), Arte por el arte, Club de Leones Bernardino Caballero, (octubre 2021-Asunción), WTC Ciudad del Este, (durante el mes de Julio 2022), Club Deportivo Sajonia, (Julio 2022), ARTIFEC Alianza Francesa (septiembre 7- Asunción), Re Colectivo 50 UNiversidad Politécnica y Artística (octubre 2022) Otras dos en Monterrey, México Galería y taller de artes Edna Sáenz, Jaque Mate (2021), 100 días 100 obras (abril 2022). Su obra se encuentra en un catálogo en venta en Amazon. Exposiciones virtuales lleva más de 80 participaciones: Tres Bienales en RCA. Dominicana La Bienal del 7, Mención en el salón de pequeño formato de la antesala a la Bienal XIV de la Habana 2022.
De su primer poemario Claro de Luna
Vejez
Sabes… No le temo…
Creo que no le temo a la fría y pavorosa muerte
No le temo a las calamidades mundiales que anuncian los
noticieros
No le temo a las maldades humanas
No creo en fantasmas. Como decía mi padre: temo más a los
VIVOS
Si conoces mi historia, sabes que
crie, eduqué y di mucho amor a cuatro hijos
Me he reinventado varias veces en mi vida
He emprendido estudios hasta a esta edad
El ridículo tampoco me asusta, porque me río de mí misma
Doña muerte se ha llevado ya a tantos de mis afectos, que las
lágrimas salen fáciles y no me tomo el tiempo de ocultarlas
Con el tiempo, mi cuerpo va cambiando; ya no es el de la niña
de 20 con 45 k
Pero a pesar de ello, la vida me ha compensado nutriendo mi
alma y mi cerebro
Hay sí, algo a lo que SÍ le temo
Que cuando llegue el atardecer de mi vida me vuelva triste,
amargado, con rabia de todo
Por todo eso mi gran temor es no perder jamás mi arma más
poderosa (la que todos ven), mi risa. Sí, esa risa a veces
ruidosa (que molesta a cierta gente), pero me sale del alma.
A esa parte mía, a la que están acostumbrados los que están
cerca de mí, no la quisiera perder jamás
2014