Psic. Gonzalo Valenzuela R.
El que cree tener razón entre todas las cosas,
la razón de las cosas desconoce.
Blaise Pascal
Todos tenemos una forma de ver las cosas, así se trate de la misma situación o acontecimiento. El sentido que le des y el impacto que causará en ti, dependerán del enfoque que obtengas al pasarlo por el prisma de tus experiencias, y de tus sentidos, al confrontar el evento con tus necesidades, intereses y capacidades.
Es posible que con frecuencia tus puntos de vista sean diferentes a los de otras personas, incluyendo a tus seres queridos. Una forma de amargarte la vida fácilmente y amargársela a los que te rodean, es la creencia de que los demás deben actuar como tú quieres, que deban ser diferentes.
Esta rígida postura te llevará en ocasiones a imponer tu voluntad o tu punto de vista, si la otra persona es de carácter débil, se someterá, sin embargo, llegará el momento en que esa relación sea insostenible, porque a nadie le gusta vivir en una tiranía, recuerda el valiente vive hasta que el cobarde quiere.
Ahora, que, si la otra persona es de carácter fuerte, de las que no se dejan, la ruptura vendrá antes, esta lucha de poder arrasará con la frágil armonía que pudiera existir en tu hogar y tus hijos, principalmente, serán los más afectados por las tormentas conyugales en ese afán irracional de querer tener siempre la razón.
¿Te gusta tener la razón?… cuando percibas que la relación se torna tensa y vengan las discusiones para saber quién tiene la razón, muérdete la lengua y no continúes en ese juego perverso, simplemente dile: te quiero por lo que eres, no por lo que piensas, haces o dices, prefiero gozar de tu compañía a aferrarme a tener la razón y discutir por eso.
Recuerda que tu deseo de que la otra persona sea diferente, no quiere decir que deba serlo sólo porque a ti te gusta, las personas cambian cuando así lo deciden, no porque otros les presionen a hacerlo, el cambio siempre se da de adentro hacia fuera, lo mejor que puedes hacer tú, es cambiar tus propias actitudes ante ese tipo de conflictos relacionales.
Puedes dar ese primer paso, diciéndole: tal vez tengas razón, y tratar de comprenderle escuchando sus puntos de vista, al concederle el derecho a expresar lo que siente, le harás saber lo mucho que lo respetas como persona con ideas y sentimientos diferentes a los tuyos, que estás interesado en lo que le pasa y que deseas conocerle mejor.
Con este tipo de actitud lo desarmarás completamente, bajará la guardia y es muy probable que cuando te toque el turno de externar tus ideas, deseos o sentimientos, él o ella trate de hacer lo mismo, escucharte, tratar de comprenderte y estar dispuesto a colaborar en la solución del conflicto, si es que está en sus manos poder hacerlo.
¿Te gusta tener la razón?… si alguien no se comporta como a ti te gustaría, analiza si realmente tiene la capacidad de hacerlo, si desea hacerlo, si estarás comunicando bien tu mensaje, si estará recibiendo la suficiente motivación. Mientras la otra persona actúe con respeto hacia ti, permite que sea como es él o ella.
Recuerda que las personas no son objetos de tu propiedad y que las cosas no siempre van a salir como tú quieres y puedes vivir con ello. Lo importante es entender, en lugar de juzgar y condenar, tú puedes aprender de la otra persona si le permites expresar lo que siente, lo que piensa, lo que desea. Tú eres un reto para las demás personas, al igual que ellas son un reto para ti. Convierte el reto en regalo y haz que los demás disfruten de tu trato y tu presencia.
Como siempre gracias por tus comentarios, preguntas y sugerencias en: oasis_govara@yahoo.com.mx