Psic. Gonzalo Valenzuela R.
Tu niño interior lo tiene todo, lo cree todo,
lo espera todo y es el único guardián digno de tu corazón…
Andrea Balt
Rescatar a tu niño interior implica que llevas a cuestas esa entidad psicológica que representa un mundo de emociones, necesidades, pensamientos y deseos, a veces insatisfechos, que se quedaron atrapados en tu mente inconsciente y que a menudo te impiden ser feliz y vivir plenamente, ya que brotan de la oscuridad para llamar tu atención.
Tal vez te haya sucedido que en ocasiones tienes la sensación de estar nuevamente en casa, como cuando eras pequeño(a) y repites patrones de comportamiento con tus hijos, con tu pareja y en el trabajo; con tus compañeros y jefe(a) reviviendo viejas actitudes de rebeldía, timidez o te colocas en el papel de víctima, son múltiples los rostros de ese niño interior que está reclamando atención y cuidados.
¿Por qué habría que salvar a tu niño interior?; porque mientras siga en la oscuridad del inconsciente, continuará ignorado, maltratado, asustado, enojado, infeliz y emergiendo a la superficie de tu consciencia en los momentos claves de tu desarrollo personal, saboteando los proyectos que tengas en mente, las relaciones que deseas conservar, los éxitos que esperas conseguir.
¿Quién rescatará a tu niño interior?… Tú eres la única persona que puede ir a su encuentro, sacarlo de las mazmorras del inconsciente, donde ha sido confinado a pasar el resto de sus días, y darle todo tu amor, apoyo y comprensión, sólo así podrás sanar las viejas heridas, las experiencias traumáticas que viviste en la primera infancia, cuando tu niño(a) estaban llenos de pureza e inocencia.
Tú puedes ser más que tu historia, proporcionarte una infancia feliz en este momento, reconociendo la presencia de tu niño interior, ahora puedes hacerlo, ya no necesitas la aprobación de nadie más que la de ti mismo; piensa en qué le dirías a un niño desvalido y abandonado que sufre y llora, que está paralizado por el miedo, o tal vez resentido y molesto.
Imagina que ese niño se cruza por tu camino y tú eres un ser maduro, generoso, amoroso, protector; piensa qué le dirías en ese momento para que confiara en ti y se dejara ayudar, para que ganara confianza y volviera a sonreír y ser feliz. Si así lo prefieres, escríbele una carta de amor a tu niño interior, expresándole todo tu apoyo, todo tu amor, toda tu alegría de saber que vive en el fondo de tu alma y que jamás permitirás que vuelva a estar prisionero en las sombras y la soledad.
Debe de ser una carta extensa porque ha sido mucho el tiempo de abandono y olvido, recuerda que lo estás rescatando, que lo estás trayendo a la superficie de tu consciencia y aún más, lo llevarás a la supraconsciencia, ya que con este ejercicio expandirás tu mente hasta conectarte con la fuente de amor del Universo, con el mismo Dios, se fundirán los tres en uno solo, tu niño(a) y tú con el Creador.
¿Quién rescatará a tu niño interior?… Claro que tú, recuerda que la clave para liberarte del odio, el resentimiento, la tristeza o soledad, es la comprensión, que se convierte inevitablemente en perdón, en piedad o compasión, por el ser que vive en desgracia, por ese pequeño ser que alguna vez fuiste y que siempre estará contigo. En vez de un huésped incómodo, permite que sea tu invitado de honor.
Tu recompensa será un yo más auténtico y espontáneo, te sentirás en equilibrio perfecto, sabrás qué decir y hacer en cualquier situación, te sentirás seguro de tus capacidades, todo tu ser rebosará de luz y amor, cada día lo vivirás con ojos maravillados, con ojos de niño feliz y travieso, recuperarás tu capacidad de asombro, recobrarás la frescura y sobre todo; la capacidad de amar.
Estoy seguro que saldrás victorioso(a) en esa búsqueda interior, tal vez sea un poco dolorosa, pero será un dolor sanador, que te permitirá reencontrarte con la parte más vulnerable de tu ser; el niño(a) que habita dentro de tu alma.
Como siempre gracias por tus comentarios y sugerencias en: oasis_govara.mx
la aventura más fascinante que puede emprender hombre alguno
es la que le permite descubrirse y rescatarse a sí mismo