Psic. Gonzalo Valenzuela Ramírez
Para estar mañana en el recuerdo de tus hijos,
debes estar presente hoy
El abuso sexual en contra de menores por actos deshonestos o violación, se da en todos los ámbitos, incluyendo el seno familiar, en la zona urbana, en el medio rural, la gran mayoría no son denunciados, dejando una secuela de dolor y desajustes en su funcionamiento psicológico y social.
Pocas voces valerosas son las que se alzan para advertir sobre la existencia de redes nacionales e internacionales que promueven la prostitución infantil, sobre todo, en los lugares donde la pobreza, ignorancia y carencia de valores espirituales y morales, son el caldo de cultivo para que los pederastas den rienda suelta a sus bajos instintos y desviaciones sexuales.
¿Qué hacer ante el abuso sexual a menores…? en primer lugar, tienes que darle todo su apoyo, ya sea porque hayas sido tú quien lo haya detectado o porque el menor o la menor, te lo hayan confesado. Tienes que creerle, porque a veces los niños o jóvenes callan, debido a que piensan que sus seres queridos no les van a creer y que les irá peor si hablan de lo ocurrido.
Hazle ver lo valiente que ha sido al decidirse a confiar en ti, y que estarás con él o ella hasta el final de este trago amargo, que otras niñas y niños también han pasado por cosas similares y las han superado con el apoyo y atención adecuada, y sobre todo, intenta convencerle que no es culpable de lo que le ha sucedido.
Si no eres su madre o padre, solicita su autorización para contárselo o pedir ayuda a otros profesionales, debido a que en algunos casos el abuso es producido en el ambiente familiar, por algún hermano, tío, etc., y al resto de la familia le cuesta trabajo aceptar que haya pasado algo así, incluso hacen responsable a la víctima de lo sucedido, por un conflicto de lealtades. Denunciar lo ocurrido ayudará a que este tipo de actos no vuelvan a repetirse.
Si aún no estás seguro de que tu hijo o hija haya sido víctima de abuso sexual, debes estar pendiente de los posibles síntomas que se le asocian; sangrados en genitales o ano, fisuras anales, moretones, infección urinaria, dolor al sentarse o caminar, problema de sueño o alimentación, embarazo en adolescentes, etc.
Observa si están presentes las siguientes conductas; aislamiento social, desconfianza en las relaciones interpersonales, conocimiento y/o práctica de conductas sexuales no propias de su edad, lenguaje sexual, masturbación excesiva, ser agresor de otros, delincuencia y uso de drogas en la adolescencia, problemas escolares, etc.
Por supuesto que también tienes que estar atento a los cambios o perturbaciones emocionales; síntomas de ansiedad, terrores nocturnos, depresión, sentimientos de culpa, miedo a los adultos o a un adulto específico, agresión, conflictos con la familia o amigos. Recuerda que tu intuición como madre, padre o profesor o profesora también son importantes para detectar este tipo de problemas y posteriormente para darle todo tu apoyo.
Todos estos síntomas desaparecerán a corto plazo, si le das a la víctima una atención adecuada, una pequeña parte puede tener secuelas a largo plazo, cuando no se procesa la experiencia y se reprimen las emociones y evitan las experiencias de tipo sexual o, por el contrario, se intensifica la actividad sexual, pudiendo llegar a la prostitución. Recuerda que lo más importante es la prevención, procura que tus hijos sepan que pueden contar contigo y pedir ayuda cuando la necesiten. Gracias por tus comentarios en: oasis_govara@yahoo.com.mx