OASIS. Primero trata de entender

Gonzalo Valenzuela Ramírez

 

La comunicación es lo que mantiene unidas a las personas

 y la unidad es la base del éxito

 

Para mantener una buena conversación es esencial saber escuchar; transfórmate, por un momento en el otro, intenta estar en su piel, empatiza y trata de entender cabalmente lo que intenta decir, descifra las emociones que subyacen detrás de sus palabras.

 

Si quieres influir en los demás, si quieres que tus palabras convenzan, necesitas conocer primero a la otra persona, o al grupo al que te diriges, sus necesidades e intereses, para que los puedas estimular adecuadamente. Tu mensaje tendrá un impacto favorable si te pones a su altura, “háblales en su mismo idioma”, para que haya compenetración, es decir, una identificación y entendimiento mutuo.

 

Cuida el tono de tu voz; que sea cordial, pero no meloso, no adules ni exageres, propón cosas que sean realizables y concretas y hazles sentir que valoras sus capacidades y talentos.

 

Recuerda que lo primero es aprender a escuchar en el arte de conversar; pregúntate: ¿Escucho sólo para cumplir y no para entender?, ¿Interrumpo seguido a mi interlocutor?, ¿Me distraigo y no le miro a los ojos?, ¿Reservo mis preguntas, aunque sean aclaratorias, mientras la otra persona habla?, ¿Ocupo mi mente para retener y analizar lo que me están diciendo, o me dejo arrastrar por mis propios pensamientos?, ¿Demuestro interés en la plática, con asentimientos, concentración, palabras –mmmjú- -ya veo-…?, -¿Mientras escucho; juzgo las ideas de la persona que habla o a la persona misma?

 

Es muy importante que cuando la persona termine de hablar, hagas un resumen de lo que dijo, y te asegures si comprendiste bien el mensaje, trata de ser un “traductor” escucha con los oídos del corazón, capta los mensajes no verbales.

 

Hasta entonces, ya que entendiste, trata de ser entendido, habla de tus pensamientos, sentimientos y deseos. Recuerda que las personas representan retos para ti y tú eres un reto para las demás personas.

 

Mantén la actitud; “yo estoy bien, tú estás bien”, en la que ambos salgan ganando y se sientan más unidos y fortalecidos en su relación. El hambre más grande de cualquier ser humano, es ser entendido. Recuerda que el que entiende no juzga y que el que todo lo comprende, todo lo perdona.

 

La mayor parte de los problemas, tanto familiares, como laborales, tienen que ver con malos entendidos y en general, con problemas de comunicación. Cuida que tus palabras además de que convenzan, muestren comprensión.

Como siempre gracias por tus preguntas y comentarios en: oasis_govara@yahoo.com.mx