OASIS
Psic. Gonzalo Valenzuela R.
Estas líneas van dirigidas para familiares y amigos que sufrimos y estamos sumidos en el dolor por el reciente deceso de nuestros seres amados; mi alma está de luto, a unos días de la muerte de mi tío Néstor Valenzuela, ayer en la madrugada fallece mi tía Amada Lucía Valenzuela. A veces, así ocurre en la vida, llueve sobre mojado.
Todas las emociones y sentimientos son respetables, pero también creo que podemos aprender algo de lo que nos sucede. ¿Cómo aprender de la tristeza y el dolor…? reconozco que haga lo que haga y aunque me sienta abatido, la muerte es algo inevitable, algún día tendrá que suceder.
La muerte es tan natural como nacer, dicen que morir es lo de menos, vivir es lo que cuesta. En estos momentos de congoja me ayuda y fortalece la Fe en Dios, me arropa y llena de consuelo su Espíritu Santo.
Dejo de renegar; el dolor purifica y los momentos de crisis son una oportunidad para crecer como persona, me sensibiliza y empatiza con el sufrimiento ajeno. Amo y valoro aún más la vida, doy paso a la sencillez y humildad, acepto las cosas como son, disfruto de todo sin apegarme a nada, descubro que todo en esta vida está prestado.
Todo en la vida es pasajero y nada de lo que tenemos nos pertenece, amo sin ataduras; admiro y disfruto la belleza, la compañía de mis seres queridos y los dejo en libertad, para que desplieguen todo su potencial. No te aferres a nada y no sufrirás por nada. Acepto cada momento como único e irrepetible. Estoy seguro que Dios tiene algo muy especial reservado sólo para mí y para los que llamó a su presencia en el plano celestial.
Después de la tormenta vendrá la calma, mientras retorne el equilibrio a mi ser, después de las experiencias amargas, disfrutaré la dulce amargura en el valle oscuro de la tristeza, saborearé los gratos momentos que viví junto a mis tíos; Néstor y Amada, quienes son un referente muy importante en mi vida y por quienes viviré eternamente agradecido.
Confío en el proceso de la vida. Mi alma poco a poco sanará… Por ahora sólo deseo recordar todo lo bello y útil que aprendí de mis tíos, esos recuerdos forman parte de mi tesoro de experiencias. Sólo le pido a Dios que me de fortaleza y sabiduría para aprender algo de mi dolor y tristeza y pueda nuevamente sonreír, al ver la luz de un nuevo día.
Los muertos no mueren, sólo cambian de piel
y siguen viviendo en nuestros corazones
Como siempre gracias por tus comentarios y sugerencias en: oasis_govara@yahoo.com.mx
Mi tía Amada Lucía Valenzuela trascendió a una vida glorificada; allá la esperaba su sobrino Betito. Su hija Adriana la llevará por siempre en su corazón y en sus pensamientos, como todos los que la queremos.
Mi tío Néstor Valenzuela me acompañó en la primera presentación de mi libro “Un Oasis en mi corazón” en la ciudad de Veracruz, con mi prima Angelita. Ahora está cuidándonos desde el cielo. Te recordaré siempre.