
Luz en el valle oscuro
(Primera parte)
¿Qué puedes hacer cuando no hay nada que hacer…?
Posterior a la ayuda material a los damnificados por las inundaciones ocasionadas por los desbordamientos de ríos en varios estados del país, incluyendo la región norte de nuestro estado de Veracruz deberían ir brigadas de Facilitadores de Apoyo en Crisis y Desastres para brindar talleres de Recuperación psicosocial.
Como una muestra de solidaridad y sensibilidad con el sufrimiento humano que dejó uno de los desastres naturales más importantes, cuyas pérdidas materiales y humanas han sido considerables, es necesario que líderes en recursos humanos, directores de instituciones educativas, responsables de albergues, líderes comunitarios y sociedad civil en general sirvan como red de apoyo, y participen en la recuperación psicosocial, para que, por fin vean una luz quienes atraviesan por ese valle oscuro.
Muy interesante el Manual Recuperación Psicosocial elaborado por la Global Facilitator Service Corps Latinoamérica. El objetivo de esta Guía es brindar herramientas y conocimientos necesarios para atender a personas que estén viviendo momentos de crisis, e integrar una Red de facilitadores de apoyo en crisis y desastres, con el concurso de asociaciones no lucrativas, lo cual ya ha probado su efectividad en otros eventos similares.
Tanto el manual de recuperación emocional Luz en el valle oscuro y los dos manuales de acompañamiento (uno para los niños y otro para los facilitadores y otros profesionales). Son de la autoría de Gilbert Brenson Lazán y María Mercedes Sarmiento Díaz, estos manuales se han publicado en varios idiomas desde 1985 y están disponibles gratuitamente en la Red Global de Facilitadores de Servicio a la Comunidad (Red-GFSC) y de su Website.
Comparto con ustedes algunos ejercicios de dicho manual, que tanto han servido a miles de personas para la recuperación emocional y reconstrucción psicosocial. Hay mucho por hacer a favor de los hermanos damnificados que habitan en nuestra casa, Veracruz. Recuerda que, aunque no puedes controlar tus circunstancias, puedes controlar tu actitud. Lo peor que puedes perder es la esperanza.
¿Qué puedes hacer cuando no hay nada que hacer…? “LECCIÓN 1: RECONOCER LA PÉRDIDA: Pareció que se había acabado el mundo; lo que pasó es que se acabó tu mundo. Probablemente no crees ni quieres creer que esta tragedia pudo haberte sucedido a ti. Y aunque no quieras creer, la vuelves a vivir una y otra vez en tu mente, día y noche. ¡Sí, sucedió! ¡Sí es real! Reconoce que ha habido una pérdida, una enorme y monstruosa pérdida.
“Escribe las cinco pérdidas que para ti han sido las más grandes. Realmente, es un milagro en sí que no hayas “enloquecido”. Pero tú tienes recursos: tienes a Dios, a tus habilidades, a tus valores, a tus energías… a la vida. ¡Sobrevivirás!”
“LECCIÓN 2: VIVIR EL DOLOR: ¡Te duele! ¡Cómo te duele! Sentir dolor después de una pérdida es normal. Tu dolor es una prueba de que tú estás vivo y una señal de que tú eres capaz de reaccionar ante las experiencias de la vida. El miedo, la rabia, la culpa y la tristeza son parte de tu dolor. Por ahora, siéntelos, Más tarde aprenderás como manejarlos.
Demorarás solo un poco en descubrir que ellos no son eternos y que sí tienen límite. Es importantísimo para tu recuperación que tú sientas el dolor, la desolación y las heridas físicas y emocionales. Es aún más importante que expreses lo que sientes, sin llegar al peligroso extremo de la violencia contra ti mismo o contra los demás.
Escribe todo lo que sientes en este momento. No lo niegues ni lo tapes ni huyas de él. El dolor es muy importante para ti: es tu punto de partida”.
Como siempre gracias por tus comentarios y sugerencias en: oasis_govara@yahoo.com.mx
Facebook: Gonzalo Valenzuela