Psic. Gonzalo Valenzuela
¿Escuchas, antes de ser escuchado?
El conocimiento habla, pero la sabiduría escucha
JIMI HENDRIX
Antes de pedir que otros presten atención a lo que dices, hay que saber escuchar primero, sobre todo si se trata de tus hijos o tu pareja. Son muchas las personas que se quejan de que nadie las escucha, de que a sus niños sus palabras les entran por una oreja y les salen por la otra, pero no se han tomado el tiempo para saber lo que ellos sienten, piensan o desean.
Saber escuchar, quiere decir que lo harás con todo tu ser, no sólo con los oídos, sino también con los ojos y con el corazón, trata de meterte en la piel de la otra persona, para comprenderle, saber lo que quiere, lo que le preocupa, el porqué de su agresión o de su angustia, ayúdale a aclarar su pensamiento y a encontrar soluciones a sus problemas.
Uno de los errores más comunes en la comunicación familiar, es negar los sentimientos de los otros, tal vez por pensar que son malos o peligrosos y empezamos a dar razones del por qué no es posible que se experimenten, por ejemplo; odio hacia los hermanos, envidia, celos, miedo, culpa, principalmente ira o enojo.
En realidad, los sentimientos no son buenos ni malos, simplemente ahí están, van y vienen, fluyen, en ocasiones son más perdurables, porque no has sabido qué hacer con ellos, no los has aceptado y procesado para que no te causen daño. Intentar reprimirlos no funciona porque los fortalece más.
Cuando alguien te sabe escuchar y te atreves a expresar lo que realmente sientes, o por lo menos a reconocer tus emociones, poco a poco va cediendo su fuerza letal, tu mente se aclara, cierras asuntos inconclusos y te sientes mejor, una vez liberados, por eso hace tanto bien encontrar a alguien que sepa escuchar, sin juzgar, sin que de soluciones, simplemente que te escuche y acepte sin condiciones.
¿Sabes escuchar?… recuerda; las personas que se sienten bien consigo mismas y con los demás, tendrán un buen comportamiento, en cambio si se sienten infelices, frustradas, maltratadas, serán difíciles de tratar, y tú puedes ayudarles a que se sientan mejor escuchándoles, aceptando sus sentimientos, dándoles un nombre a eso que sientes, todos somos vulnerables emocionalmente, unos más que otros.
Si realmente estás dispuesto a escuchar, renuncia a todo intento de encontrar culpables, o de dar consejos, escucha atentamente, sólo ve reflejando las emociones y pensamientos de la persona, sírvele de espejo, confía en que ella por sí sola empezará a resolver y elaborar sus emociones y a encontrar sus propias soluciones. Si es así, quiere decir que has sabido escucharle.
Gracias por tus comentarios y sugerencias en: oasis_govara@yahoo.com.mx
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