Gonzalo Valenzuela Ramírez
La disciplina es el mejor amigo del hombre,
porque ella le lleva a realizar los anhelos más profundos de su corazón
Ama y respeta a tus hijos como personas únicas e irrepetibles, ayúdalos a descubrir su vocación y guíalos hacia ella para que logren ser personas realizadas en todos los aspectos de su vida. La disciplina, será su mejor aliada para fijarse metas y cumplirlas.
La disciplina es una manera de ayudarlos a que se preparen para ser libres, para que maduren y poco a poco sean cada vez más independientes, desarrollen autocontrol y aprendan a convivir en armonía con los demás, es una expresión de amor y una responsabilidad fundamental de los padres. No renuncies a ejercer tu autoridad.
Disciplina, proviene discípulo, es decir, del que aprende, en este caso, los maestros son ustedes, sus padres, ya que, aunque protesten, tus hijos necesitan y valoran la disciplina y los límites, ya que los orientan y les dan seguridad y la sensación de que está cuidado, de que le aman y les interesa, esto no quiere decir que de vez en cuando los pondrán a prueba.
¿Cómo disciplinar a mi hijo adolescente…? No confundas disciplinar con castigar y maltratar, ya que el castigo tiene sus desventajas, es uno de los peores métodos para disciplinar, porque la motivación para hacer o dejar de hacer tal cosa, viene del temor a evitarlo, y no, de su interior, mucho menos es recomendable el castigo físico o emocional, como insultarlo, gritarle, humillarlo, o amenazarlo, ya que limita sus capacidades y daña su autoestima.
El castigo físico, además de que es un abuso, -ya que ninguna situación justifica golpear a tus hijos-, podrá impedir momentáneamente un comportamiento, pero no favorece la reflexión, no se da un aprendizaje eficaz y duradero, lo que producen es dolor, enojo, frustración, resentimiento, deseos de venganza y miedo, impulsan su rebeldía y hará que tus hijos te pierdan el afecto y el respeto, le enseñará a mentir y alejarse de ustedes, en vez de hacerse responsable de sus actos.
¿Cómo disciplinar a mi hijo adolescente…? Uno de los métodos que ha tenido resultados positivos es la aplicación de consecuencias lógicas y naturales, es dejar que tus hijos vivan el resultado de sus actos, sin intervenir, sólo dejar que sucedan las cosas, siempre y cuando esas consecuencias no pongan en riesgo su integridad física y la de otros, se necesita sentido común al utilizar esta técnica.
Por ejemplo, si le permites salir a cualquier hora de la noche y relacionarse con bandas o grupos que consumen drogas, las consecuencias pueden ser muy graves, pero si lo dejas descuidar su ropa, simplemente va a ser incómodo para él no tener con que vestirse; cuando sus acciones afecten a otros, la consecuencia lógica es que deberá reparar el daño.
Existen algunas condiciones para aplicar este método; en primer lugar, es indispensable una relación de amor y comprensión entre padres e hijos, puesto que tu adolescente estará más dispuesto a aceptar y asumir compromisos si lo tratas con respeto y le brindas tu confianza, en segundo, que tanto tú como tu pareja se pongan de acuerdo para decidir los límites y la manera de aplicar las consecuencias, presentando un frente común.
En tercer lugar, es necesario definir las reglas y consecuencias de manera firme y clara para que sean entendidas por todos, también es fundamental elegir una consecuencia que tenga relación y corresponda a la magnitud de lo que hizo, definan con claridad, cuál será la consecuencia para cada falta o trasgresión de la regla, por ejemplo, reponer lo que pierda, limpiar lo que ensucie, no asistir a la reunión del sábado si la semana anterior salió sin avisar.
Recuerda aplicar la consecuencia inmediatamente para que sea más eficaz y, sólo cuando la falta sea grave, convendría reducir algunos privilegios que ya había conseguido, ten cuidado que la consecuencia no le cause un dolor excesivo, que le impida disfrutar y desarrollarse, confronta a tu hijo con asuntos importantes, las situaciones intrascendentes ignóralas o negócialas, la serenidad es la clave para aplicar las consecuencias, combina firmeza y afecto. No lo juzguen, describan la acción con pocas palabras, claras y concisas, sean congruentes y constantes y apliquen las consecuencias siempre de la misma manera.
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