Psic. Gonzalo Valenzuela
Un hombre que no sabe ser un buen padre, no es un auténtico hombre
–MARIO PUZO
¿Cuáles son tus cualidades paternas?
Si tienen el privilegio de ser padres o tal vez; madre o padre soltero, han contraído una de las mayores responsabilidades en la vida, ayudar a sus hijos a conformar su personalidad, a desarrollar los hábitos, habilidades, destrezas y actitudes que les permitirán crecer, no sólo en lo físico, sino en la moral, mental, emocional y espiritual, para hacer frente a la vida.
Por supuesto que los primeros años en el seno del hogar son importantes y decisivos para la configuración de su personalidad, sin embargo, creo que a cualquier edad que tengan tus hijos se puede apoyarlos, guiarlos, animarlos, servirles de inspiración para que encuentren su propio camino hacia su autorrealización.
¿Cuáles son tus cualidades paternas…? se amoroso con ellos, demuéstrales con palabras y acciones que verdaderamente te interesan y que te ocupas de atender sus necesidades, crea un ambiente de respeto, confianza y sentido de pertenencia, cuando se trate de colaborar, utiliza con frecuencia la frase porque somos una familia.
Tu misión como padre es ayudarlos a crecer y a madurar, lograr que fortalezcan su carácter, para que sean autónomos e independientes y a la vez; aprendan a relacionarse con los otros en forma pacífica, enséñalos a convivir en comunidad, a respetarse a sí mismos como a los demás, a confiar en sus capacidades, contágialos de tu optimismo, de esa maravillosa actitud de campeón, para que jamás se den por vencidos, ni en los momentos de mayor oscuridad como el que estamos viviendo.
Recuerda que no les vas a vivir para siempre y que necesitan descubrir su propia Misión personal en este planeta, que los hijos son prestados y que algún día habrás de regresarlos a su dueño, al Creador, lo mismo harán ellos cuando tú ya no estés, mientras tanto disfruta de su compañía, tienes el tiempo limitado y ellos crecen muy rápido cada día.
¿Cuáles son tus cualidades paternas…? escucha primero, antes de ser escuchado, perdona y reconoce tus errores, sirve de guía, mas no hagas por ellos, lo que pueden y deben hacer por sí mismos, sonríe a menudo, muestra tu lado alegre, se sincero en lo fundamental, cumple lo que prometes, se un modelo en lo espiritual, que observen tus milagros cuando pones en acción tu fe, porque está escrito: una fe sin obras, es como un árbol que no da frutos.
Si verdaderamente deseas ayudarlos, tienes primero que ayudarte a ti mismo, porque no puedes pedirles que sean felices si te ven triste todo el tiempo, o que sean tranquilos y apacibles si a menudo pierdes el control, recuerda que los hijos aprenden lo que viven, más que de las palabras, sermones o consejos.
Ten presente que no hay padres perfectos, sé que en el fondo quieres lo mejor para ellos, sin embargo, a veces no sabes cómo brindarles una ayuda efectiva, especialmente cuando se ponen insoportables, cuando te hacen alguna rabieta o pretenden chantajearte emocionalmente, o cuando te dan quejas en el colegio por su bajo rendimiento escolar o por su mal comportamiento.
A pesar de todo ello, lo más importante es que conserves la calma, o esperes un momento, a que pase el enfado, privilegia el diálogo, sin renunciar a tu autoridad, busquen juntos la mejor solución, haz que se comprometa y responsabilice de sus cosas, lleguen a acuerdos que para ambos sean válidos y satisfactorios, estimula y reconoce sus pequeños logros, recuerda que lo más importante para ti, es estrechar la relación con ellos. Poner tu amor en acción, quizá sea la mejor cualidad paterna.
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