Nydia Vázquez Martínez. Licenciada en Mercadotecnia, empresaria, esposa y madre. Es CEO & founder de Stela Luxury Home. También se desempeña como directora de la Fundación Tito Popo (fundación que da refugio y apoyo emocional a adultos mayores).
Actualmente descubre nuevas habilidades, explorando el universo de la literatura, en el Taller de Escritura Creativa Miró, dirigido por el maestro Miguel Barroso Hernández. Recrear la ficción, apoyándonos en nuestras propias vivencias, es la esencia de la narrativa contemporánea y Nydia lo sabe.
Los Milagros sí existen
La madre preguntó, con voz temblorosa y preocupada cómo estaba su hija.
—Señora Vázquez, no le voy a mentir, la niña tiene un fuerte daño en la columna vertebral —aseguró el médico—. Probablemente, nunca vuelva a caminar e incluso pudiera tener secuelas fisiológicas y neurológicas.
Fernanda llevaba, ya, 21 días en coma y, por sobre lo que todos pensaban, podía escucharlo todo. Oía los murmullos y ruidos del hospital; las voces tristes o el pesar de familiares y amigos; pero también escuchó la respuesta contundente que, aquel día, le dio su mamá al doctor:
—¡No repita algo así! Mi hija volverá a caminar y a ser esa niña feliz que era antes del accidente.
Una lágrima imperceptible mojó la mejilla derecha de Fernanda… ¿Acaso iba a disfrutar, otra vez, los atardeceres, corriendo por el campo con sus perros? Jamás volvería a quejarse de las clases de educación física, en el colegio.
Y fue durante el más profundo de los sueños, cuando abandonó la horrible cama que la tenía atrapada en el hospital y, meciéndose en el columpio de un hermoso jardín, vio a Dios:
—¡No tengas miedo! —le dijo—. Yo estaré contigo y caminarás nuevamente.
A los dos días, Fernanda despertó del coma y, después de 5 años de cirugías y terapias de rehabilitación, volvió a caminar.
*La historia es real. Lía Fernanda es mi hija y hoy tiene 22 años. Han pasado 10, desde aquel trágico accidente… y, más que un cuento, acabo de escribir la prueba con la que le expongo a las personas que Dios y los milagros sí existen.