Nydia Vázquez Martínez. Licenciada en Mercadotecnia, empresaria, esposa y madre. Es CEO & founder de Stela Luxury Home. También se desempeña como directora de la Fundación Tito Popo (fundación que da refugio y apoyo emocional a adultos mayores).
Actualmente descubre nuevas habilidades, explorando el universo de la literatura, en el Taller de Escritura Creativa Miró, dirigido por el maestro Miguel Barroso Hernández. Recrear la ficción, apoyándonos en nuestras propias vivencias, es la esencia de la narrativa contemporánea y Nydia lo sabe.
LA FOTOGRAFÍA
Como cada feliz domingo, toda la familia estaba reunida en casa de la abuela Carmen. Chicos y adultos, disfrutábamos la sazón de la matriarca, cuando tocaron a la puerta. Quedamos paralizados al ver a los guardias del pueblo.
—Buenas tardes, buscamos a la señora Mariana Suárez —dijo uno de los policías, mostrando su placa.
—¿Cuál es el Motivo por el que la buscan? –preguntó el hijo mayor de la abuela.
—Tenemos una orden de arresto, en contra de la señora Mariana, por publicar una fotografía desnuda en compañía de su hijo.
Todos voltearon a ver a mi esposa, extrañados. Y por sobre el murmullo escuchamos su voz:
—¡Aquí estoy! ¡Llévenme a donde tenga que ir! Estoy lista para aclarar cualquier malentendido.
Desde aquel día, Mariana fue sentenciada y reconocida, por sus propios familiares, como una autentica loca depravada. La abuela Carmen que, del susto, hasta un paro cardíaco sufrió: mandó a desheredarla. Por temor al “qué dirán”: la abandonaron.
Pero tras varios días en una celda oscura, mi esposa fue absuelta. Pude aclarar el asunto con el juez y, aunque muchos conservadores o retrógrados la condenaban, quedó libre. Solo se trataba de una fotografía artística que yo mismo tomara y con la cual habíamos ganado un prestigioso concurso internacional.
Así, nos fuimos a la ciudad, lejos de tanta gente anticuada, en busca de nuestros propios sueños. Yo me convertí en fotógrafo. Mariana y mi hermoso hijo, hoy, son modelos profesionales. Silenciosamente, la abuela Carmen los adora y ha ido colgando las fotos, que le envío, en las paredes de su casa.