Nydia Vázquez Martínez. Alberto Tejeda

Nydia Vázquez Martínez. Licenciada en Mercadotecnia, empresaria, esposa y madre. Es CEO & founder de Stela Luxury Home. También se desempeña como directora de la Fundación Tito Popo (fundación que da refugio y apoyo emocional a adultos mayores).

Actualmente descubre nuevas habilidades, explorando el universo de la literatura, en el Taller de Escritura Creativa Miró, dirigido por el maestro Miguel Barroso Hernández. Recrear la ficción, apoyándonos en nuestras propias vivencias, es la esencia de la narrativa contemporánea y Nydia lo sabe.

 

Alberto Tejeda

 

Sobre la colina, Don Alberto Tejeda Blanco observa sus tierras. Alto y moreno, como el mismísimo cerro; siempre con su sombrero y el puro en la mano: suspira orgulloso de lo que ha logrado.

Beto Tejeda, como le dicen los amigos, nació el 7 de diciembre de 1955 en Magdalena de Quino, Sonora. Era el sexto de 9 hermanos que, desde pequeños, aprendieron a trabajar el rancho de la familia. Nicolasa Blanco fue una madre dura, de carácter fuerte; pero no más que su padre Martín Tejeda a quien solo un infarto pudo apagarle el temple de campesino regañón.

Beto, de tan solo 10 años, tuvo que dejar sus estudios de 5to. de primaria, porque debían priorizar las labores en el campo. Se encargó de las pocas vacas que tenían. Las ordeñaba, cuidando que tuvieran siempre agua fresca, comida y, sin duda, era el único de todos sus hermanos que disfrutaba del trabajo. Aprendió tanto que, con el tiempo, logró el negocio perfecto: producir carne con excelente calidad.

Hoy es dueño de 100 mil hectáreas de ganado y ha construido un imperio que heredarán su esposa Rosalía y sus tres hijos. Se ha convertido en orgullo para muchos y exporta la mejor carne de México a todo el mundo: la carne de Sonora.

Ahora sobre el cerro, con la mirada perdida entre los pastizales, Alberto Tejeda repasa su vida y no se arrepiente de nada. El doctor dijo que su corazón no andaba muy bien. ¿Debo preocuparme?: piensa. Recuerda al padre, le da una bocanada al tabaco y sonríe satisfecho.