Gustavo Monterrubio Alfaro
Tanto llevó Israel el cántaro a la fuente, hasta que Irán lo quebró. A veces los aciertos dejan un agradable sabor de boca, pero hay ocasiones que no es así, el sabor es amargo, es más, es ocre, esto me pasa, porque el desenlace final de esta historia falta por escribirse y podría ser apocalíptico.
La tan esperada y otras tantas veces pospuesta respuesta iraní a las reiteradas provocaciones de Israel: los asesinatos del líder del movimiento palestino Hamás, Ismail Haniya; el líder del grupo chiita libanés Hezbolá, Hassan Nasrallah; y otros comandantes militares de Hezbolá, los CGRI y la Resistencia Islámica de Palestina, se ha consumado.
¿Ahora, qué sigue? Es muy probable que Israel responda, no obstante, la advertencia lanzada por Irán de que la contra respuesta sería devastadora, pues usaría armas más letales que las de la primera andanada de misiles balísticos e hipersónicos.
En realidad, la respuesta judía dependerá del resultado del ataque persa, es decir, si Irán, como afirma, alcanzó los objetivos planteados: aniquilar o reducir significativamente las capacidades ofensivas, defensivas y de inteligencia israelíes, entonces la reacción israelí será limitada, pero sí por el contrario, como afirman voceros judíos y norteamericanos fue un rotundo fracaso, la respuesta israelí será abrumadora, y sí esto último ocurre e Irán contraataca aún con armas convencionales, a ambos bandos les queda la última opción: la parafernalia nuclear.
Oficialmente ni Israel ni Irán admiten contar en sus arsenales con ojivas nucleares, sin embargo, de Israel es un secreto a voces que las tiene, respecto a Irán, es altamente probable que haya enriquecido uranio o lo haya adquirido en cantidad suficiente para producir ojivas nucleares.
El otro elemento incendiario es sí Estados Unidos interviene abierta y directamente atacando a Irán, lo que puedo afirmar que podría ocurrir por el control absoluto que el llamado lobbie judío ejerce sobre el gobierno norteamericano; no obstante, existe el atemperante electoral, porque podría ser negativo para la candidata demócrata Kamala Harris.
En todo caso, la participación abierta y directa de Estados Unidos en el conflicto persa – israelí, sea inmediata o diferida, abre un abanico de probabilidades que van desde la regionalización del conflicto hasta extenderse gradualmente por otras regiones del mundo, por la sencilla razón que Estados Unidos ha incrementado las tensiones globales por las constantes y reiteradas provocaciones a China, Rusia y Corea del Norte. Estos tres países cuentan con misiles intercontinentales que pueden alcanzar cualquier coordenada en el país de las barras y las estrellas.
Las siguientes historias que se escriban podrían ser oscuras y las últimas de los terrícolas que habitamos el poéticamente llamado el planeta azul, o las primeras historias luminosas y relajadas que aunque se antojan lejanas y extremadamente difíciles, son la tabla del naufrago que reine la cordura, la temperancia y la reflexión, porque como reza antiguo adagio: la esperanza muere al último.