EN LAS NUBES
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
En nuestro lenguaje ordinario hay cosas realmente muy llamativas. Una de ellas es esa frase tan común con la qué ante cualquier fallo de alguien, comentamos:
“Esto es muy humano”.
Como cuando alguien hace trampas. Defrauda al fisco. Tiene un fracaso o cae en algún vicio, siempre se comenta “esto es muy humano”.
Llamamos humano solo a nuestros vicios o carencia. Y a veces ese “humano” se convierte en sinónimo de animal.
Lo humano es más bien la razón, la voluntad, la conciencia, el esfuerzo.
Es la inteligencia que hace al hombre o mujer o lo que sea, en un buscador permanente de la verdad.
Es la voluntad, el coraje, el afán de luchar. El saber sobreponerse a la desgracia. La capacidad para esperar contra toda esperanza.
Es la conciencia que nos impide engañarnos a nosotros mismos. Es el afán de ser mejores. El reconocer que estamos aún a medio camino.
Ser hombre, es cierto, es una aventura difícil.
Vaya, en una frase mejor ser humano es apostar y mantener la apuesta.
Y después de esta elegía de San Agustín leamos lo que
nuestra amiga, compañera, poeta, escritora, periodista doña Rosa María Campos nos complace, desde su finca cafetalera en Coatepec, Veracruz, con su prosa.
LA DEPRESIÓN
Sentimiento de inutilidad y minusvaloración.
Soledad, tensiones. Complejo de inferioridad.
Marginación social, inseguridad, desorientación, inadaptación, frustración vital, auto abandono, apoltronamiento.
Ninguno de nosotros, los mayorcitos por saludables y atractivos que parezcamos, dejamos de deprimirnos por cortos, largos periodos, o en forma permanente.
La depresión que proviene del latín y significa hundimiento, abatimiento, es un problema de salud pública que afecta más a las mujeres de 65 años, que los hombres, pero más allá de esa edad, la depresión se incrementa en los hombres, de tal manera que cuando ambos llegamos a más de los 70 años podemos encontrarnos afectados por la depresión en forma semejante.
Siempre han existido los mayores deprimidos, pero hoy son más, quizá por la falta de aceptación de nuestros cambios vitales por parte de la gente joven y madura que rinde culto a la imagen corporal.
O por la modificación de la estructura familiar que ha cambiado de extensa a nuclear y con ello se restan los apoyos familiares para nosotros los adultos mayores.
Procuremos las relaciones familiares o sociales, como apreciadas flores, y regar todos los días con amables palabras, actitudes amorosas, regalitos.
No nos quedemos callados. Si algo nos molesta digámoslo y si nos gusta expresémoslo
No nos encerremos. Aceptemos nuestros errores. Regalémonos cosas lindas.
Aprendamos a descansar, meditar y de ser posible seguir esta
comida antidepresiva.
Desayunar avena, para ·aumentar la energía y tranquilidad.
Si queremos mejorar concentración y memoria: incluyamos en el desayuno levadura de cerveza, salvado y germen de trigo.
Y si no aguantamos la tristeza, nada mejor que un chocolate.
Es un gran antidepresivo. Tiene efectos calmantes, relajantes y produce sensación de bienestar. Y una buena rebanada de pan integral.
Y añadimos nosotros, con humildad, a los consejos sabios de Rosa María, tener una buena pensión-