- La actual Revuelta Feminista cimbra las formas anquilosadas de ser y estar en el mundo
- La política de lo común trataría no solo de escuchar y atender eso común, sino de imaginar, inventar, crear y soñar otra forma de estar en el mundo: Silvia L. Gil
Brenda Macías/ICM
En el contexto de la actual crisis civilizatoria, los movimientos feministas sostienen la difícil pero imprescindible pregunta de “cómo vivir juntas, juntos y juntes de un modo distinto con otros criterios ético-políticos que desplacen la explotación, la injusticia y la desigualdad, y que pongan en el centro la política de lo común”, expresó la Dra. Silvia L. Gil, investigadora del Departamento de Filosofía de la IBERO.
De acuerdo con sus observaciones, los movimientos feministas hacen emerger un nuevo nosotras que no está basado en una identidad a priori, pero tampoco se abandona en las diferencias. “Un nosotras que es capaz de producir afectaciones, vínculos y articulaciones políticas. Este nosotras debe mantener la igualdad radical de todos los seres como principio básico si no quiere reproducir nuevas exclusiones”.
Sus reflexiones, desde una mirada feminista no capitalita, antirracista y anticolonial, han sido publicadas en el artículo académico Mapas para decir nosotras. Proyecto feminista y política de lo común, en la revista Debate Feminista del Centro de Investigación y Estudios de Género (CIEG) de la UNAM.
Sobre este tema, la académica precisó en su videocolumna, publicada en el canal de YouTube de la División de Investigación y Posgrado, que su investigación busca resaltar que la política de lo común, con perspectiva de género, es una política que trataría de descubrir, dar cuenta y atender aquello común que sostiene la vida como la importancia del cuidado y la escucha.
Por otra parte, “la política de lo común trataría no sólo de escuchar y atender eso común, sino de imaginar, inventar, crear y soñar en qué queremos que consista eso común que no es nunca una sustancia, sino una posibilidad abierta. Aquí aparece una política que pone en juego una nueva imaginación”, acotó.
“No podemos separar la teoría de la acción, la idea del cuerpo, la psique de las emociones, el intelecto de la sensibilidad. Pensamos que por una parte está la acción política y, por otra, la teoría. Sin embargo, este presupuesto olvida que toda acción está ligada a una idea de mundo”, explicó.
Los movimientos sociales feministas que protestan contra la violencia que sufren las mujeres en México desde tiempos inmemoriales, y que son caracterizados por tipos de acciones directas porque destrozan el mobiliario urbano, rompen cosas y prenden fuego, sí logran incomodar y llamar la atención de los medios de comunicación, de políticos y de la sociedad, y ponen sobre la mesa la violencia y la necesidad de un real acceso a la justicia.
La actual Revuelta Feminista cimbra las formas anquilosadas de ser y estar en el mundo. El llamado que hacen las mujeres en México con sus movilizaciones masivas es desde la diversidad radical que “no puede ser sometida, que se resiste, al cierre de una nueva Unidad”.
La Dra. Silvia L. Gil revisa que el feminismo de la Primera Ola puso sobre la mesa la pregunta filosófico-política sobre la igualdad; la Segunda puso sobre la mesa el problema de la diferencia, de lo femenino como aquello que había sido expulsado del pensamiento y de todas las áreas humanas.
En sus palabras, la Tercera Ola pone sobre la mesa el problema de las diferencias en plural, cuestionando las identidades únicas y abriendo el feminismo a una enorme variedad de expresiones como los feminismos negros, los feminismos descoloniales, los feminismos queer y los feminismos populares, por ejemplo.
La Dra. Silvia L. Gil ha dado seguimiento cercano a los movimientos sociales feministas desde el 24 de abril del año 2016 que reunieron a miles de mujeres en contra de la violencia en México. En 2019 se produjeron dos violaciones a dos menores por parte de policías, una de 17 años, en la alcaldía de Azcapotzalco, y otra de tan sólo 16 años en el Centro Histórico. Estos casos fueron los que impulsaron la investigación de la académica del Departamento de Filosofía de la IBERO.
Brenda Macías/ICM