Victor de Regil
Recordamos los anteriores informes de gobierno, donde el gobernador en turno era vitoreado en millonarios y multitudinarios informes de gobierno, con una celebración de cuasi monarcas y recibían las salutaciones sumisas de una larga fila de subordinados que duraban horas. El actual gobernador Miguel Barbosa ha optado por un comportamiento austero, que reeditó por tercera ocasión, con un mensaje institucional a los poblanos y las poblanas, tras entregar el documento, al Congreso local, que detalla el trabajo de la administración pública. que guarda en este 2021 que está por terminar.
Han sido poco más de dos años y cuatro meses de gobierno. Desde el 1 de agosto de 2019, a este 14 de diciembre de 2021.
Ciertamente, ha sido también una ruta complicada, a contracorriente en cada rubro, pero con resultados que pueden ser palpados a simple vista.
La popularidad no ha sido una meta de Miguel Barbosa. A pesar de ello, sus números nos indican que los poblanos avalan la gestión del Gobernador Barbosa, pues se encuentra rankeado entre los gobernadores más populares del país, arriba de la media nacional en la mayoría de las encuestas publicadas.
Claro que ha debido tomar decisiones muy complicadas. Sin embargo, también ha sabido acercarse a la gente. Recordemos sus “martes ciudadanos”, antes de la pandemia, donde el propio Gobernador y todos los secretarios atendían personalmente a la ciudadanía. Más cercanía es imposible tener.
Como nadie, ha tenido una oposición beligerante y, paradójicamente, interna, dentro de su propio partido político: Morena.
Pero ha sido una oposición fallida. Han querido algunas tribus morenistas disminuirle su margen de acción, como jefe político, sin poder conseguirlo.
Llega el barbosismo a la mitad de un camino que comenzó tarde, por los conflictos postelectorales de 2018 y luego la tragedia.
Llega con plena gobernabilidad. Miguel Barbosa ha sido un mandatario que no permite y que no tolera deslealtades ni ineficiencias. Eso explica los constantes pero certeros cambios en su gabinete.
El 14 de diciembre entregó su informe al Congreso. Sin millonarias ceremonias ni las multitudinarias comidas del pasado. Ya no se trata, como antes, del “Día del Gobernador”. La austeridad la predicará con el ejemplo.
La pandemia ha atravesado prácticamente desde el inicio a este gobierno. La COVID-19 ha sido una indeseable compañera de viaje para el barbosismo.
Las cifras muestran que ha habido un buen manejo de la pandemia, mejor que la mayoría de las entidades. Y es que, desde el primer momento, se tomaron las cosas con seriedad, muy diferente a lo que sucedió por parte del gobierno federal que minimizaron la situación en un inicio. Luego, como vimos, se les salió de las manos. En Puebla no sucedió eso.
Hoy, poco más de 92 por ciento de los poblanos ha recibido la vacuna. Ha comenzado a aplicarse ya la tercera dosis de refuerzo.
La administración estatal pudo sortear la falta de atención, por casi medio año, del gobierno lopezobradorista, que no proporcionaba suficientes biológicos, ni equipo, ni recursos. Prácticamente la compra de respiradores, la conversión de los hospitales y compra de pruebas, corrieron a cargo del Estado.
Lo dijo sin eufemismos el mandatario: estamos solos. Así ha venido trabajando con éxito hasta Puebla ser referente nacional en el buen manejo de la pandemia, esa que ha cobrado la vida de 13 mil poblanos y casi 300 mil mexicanos.
El proceso electoral de este año también se surcó sin contratiempos Barbosa Huerta y los suyos ganaron todo lo que debieron ganar. Donde compitió un barbosista hubo triunfo, en cada municipio y en cada distrito.
Los fracasos, que también existieron para Morena y sus aliados, son más atribuibles a las dirigencias partidistas. A las tribus poblanas y nacionales.
Hay muchos resultados cuantificables. Ya el gobierno se encargará de hacer el recuento de logros específicos en las secretarías. La ponderación más importante es de los ciudadanos.