Gustavo Monterrubio Alfaro
La inveterada cultura de la corrupción y la impunidad, contribución de los civilizados delincuentes españoles arrancados de las mazmorras y enviados a conquistar América -¿Qué otra cultura podía aportar, esa escoria?- e institucionalizada por los priístas en la década de los cuarenta del siglo pasado, que ha sido nefasta para los mexicanos, consiste en denunciar, exigir cuentas, castigo y reparaciones a funcionarios públicos y representantes populares, pero de la oposición, adversarios o enemigos, como gusten, y voltear para otro lado, disimular, ser cómplice, cuando los crímenes y delitos, aún peores que los de los otros, los cometen correligionarios.
¿Por qué un individuo alcanza el máximo cinismo y continua candidateándose, como si nada; acepta públicamente que “robó poquito” y comete otros delitos, no obstante, contiende por la presidencia municipal y vuelve a ganar, aunque perdió en el tercer intento, no tuvo reparos y contendió por la gubernatura, sin lograrlo? Sincero o cínico, valórelo cada quién.
La historia del sujeto que saltó al estrellato mediático, Hilario Ramírez Villanueva, alias Layin, quien fue alcalde de San Blas, Nayarit, por dos períodos, es el arquetipo, la matriz del polític@ mexicano, y éste tiene un breve historial delictivo, digamos que está en el ápice de la pirámide de la corrupción y la impunidad; imaginemos, como en el descenso de Kukulkán, que la serpiente de la corrupción y la impunidad desciende hasta la base de la pirámide que se ensancha gradualmente y es proporcional, en cada uno de los nueve círculos del infierno dantesco, a los excesos, crímenes, vilezas, vicios y maldades de los políticos.
El tal Layín se diferencia de la fauna política porque ésta se indigna cuando se le acusa de corrupta, y aquél aceptó que “robó poquito”, porque, Layin dixit, el municipio era muy pobre, pero que si éste hubiera tenido los 120 o150 millones de pesos que le imputaban haberse robado: “ojalá hubieran estado, me los habría llevado los cabrones”; también se proclamó el Robin Hood de la comarca, porque según él: “Lo que con esta mano me robaba, con esta otra, se lo daba al pueblo, compañeros.” La gente reunida, estalló en aplausos. Esto lo afirmó en un mitin de su campaña para reelegirse, y ¡ganó!.
Claro, trató de corregir y soltó que todo fue una broma, palabra de político, ¿quién le cree?.
“Fue acusado de despojo, ejercicio indebido de funciones, peculado y fraude, “por la venta irregular de un terreno de cinco hectáreas que pertenecían al antiguo aeropuerto de San Blas, por un monto de 12 millones 415 mil pesos. Layín no entregó el dinero a tesorería y se supo que en realidad la evaluación del sitio era por 36 millones de pesos.”
“En 2023, Layín fue detenido por agredir a una mujer y amenazar a un policía en el municipio de Xalisco.”
“Versiones extraoficiales señalaron que los policías estatales encontraron en el lugar al político de 55 años, en presunto estado de ebriedad, sobre el techo del domicilio lanzando tejas hacia una mujer con la que presumiblemente tiene una relación sentimental.”
“Entre otras de las cuestiones porque (sic) las que es conocido el político, fue por regalar un coche a Rubí, una adolescente que en 2016 fue la quinceañera más conocida de San Luis Potosí.”
“Incluso la Fiscalía General del Estado, a cargo de Petronilo Díaz Ponce Medrano, dio a conocer en su momento que había activado una ficha roja para que Layín fuera buscado por la interpol en el mundo.”
“En junio de 2022, a pesar de estas vinculaciones a proceso, fue visto en una plaza comercial en Nayarit tras meses de ser buscado. La fiscalía aseguró que se trataba de un beneficio que obtuvo mediante amparo, pero después no actualizó la información sobre la situación legal del exalcalde.” El Financiero. Mayo 03, 2024.
“En noviembre de 2022, «Layín» fue condenado a dos años de prisión por ejercicio indebido de funciones al estar involucrado en el caso del desfalco de 12 millones de pesos del erario de San Blas, tras la venta de un terreno municipal.”
“En esa ocasión el Tribunal que lo enjuició le otorgó el beneficio de la conmutación de pena a cambio del pago de la reparación del daño, por lo que el exedil no pisó la cárcel.”
“La reputación de Ramírez Villanueva cobró relevancia cuando en 2014, en un mitin de la campaña que lo llevó por segunda vez al cargo de alcalde de San Blas declaró: «¿Que le robé a la presidencia? ¡Sí le robé, sí le robé, sí le robé! Pero poquito porque está bien pobre. Nomás una rasuradita, una rasuradita».
“Después de su confesión, sus apariciones en público regalando dinero, así como sus ostentosas fiestas de cumpleaños en las que invitaba a todo el pueblo «un traguito, un taquito y un ruidito» llamaron la atención de los medios.”
“En 2015, durante una de esas fiestas y ya como alcalde de San Blas por un segundo periodo, Layín le levantó el vestido a una joven con la que bailaba en el templete; después de las críticas en su contra y las exigencias para que renunciara al cargo, el 8 de marzo de ese año (día de la mujer) el funcionario se disculpó regalando planchas, una lavadora, una estufa y un refrigerador.”
“En 2017, en medio de acusaciones por el dudoso origen del dinero que regalaba en público y con el que organizaba sus fiestas de cumpleaños, se registró como candidato independiente y contendió por el Gobierno de Nayarit.” El Universal. 26 de abril de 2024.
Prácticamente transcribí las notas de ambos medios, porque complementan la información y pergeñan el perfil completo del susodicho.
Fue candidato a la presidencia municipal de San Blas en el 2008 y ganó, postulado por el PAN, aunque este partido se deslindó de Layín, una vez éste empezó a hacer de las suyas; en el 2014 se registró como candidato independiente y, para Ripley, ¡ganó!; en 2017 se postuló como candidato independiente a la gubernatura, y por último, volvió a contender por la alcaldía de San Blas, en el 2024, postulado por el Partido Nueva Alianza.
La principal característica de este sujeto es que repartía dinero, en billetes de baja denominación, regalaba artículos domésticos para lavar culpas y obtener perdón, compraba al pueblo invitándole“ un traguito”, “un taquito”, “un ruidito”, “hablaba derecho” y engañaba burdamente a la gente, y el pueblo le festinaba, le aplaudía y hasta le votaba.
Esta forma de hacer política, prueba el atraso cívico en vastos segmentos sociales, lo fácil que es manipular al pueblo, que la cultura política priísta está más arraigada de lo que creímos, que la amnesia ciudadana es perene, que el lubricante de la política es la corrupción y la impunidad, que la red de complicidades en la esfera pública es extensa, profunda y sólida, que el precio del voto y de la dignidad es humillante y patéticamente pírrico, que sacudirnos esa clase de sujetos, es una tarea compleja, ardua y difícil, de ciudadan@s y gobierno, porque el perfil de la fauna política toda, es del tipo Layin, en suma, que el segundo piso de la 4T tiene una asignatura pendiente, y ésta es crucial si de transformar verdaderamente el país se trata, sí no se logra, el cambio será sólo cosmético..
¿Quiénes son culpables de estos despropósitos y desfiguros políticos? En primer lugar los que votan por inercia, manipulación, por vender su voto, por seguir votando por partidos políticos que reciclan a sujetos de semejante calaña, porque aplican la máxima: todos son iguales, por desinformación, por ignorancia, buena fe, por antipatías o simpatías personales o inducidas, ahora también, además de los mercenarios, que no periodistas, por otros peores que éstos, los llamados Influencers y YouTubers; la cultura política; el nivel educativo; las autoridades electorales, tanto las administrativas como las judiciales, federales y estatales; el poder judicial en los dos niveles; los poderes ejecutivo y legislativo, los poderes fácticos, los partidos políticos, las organizaciones sociales, los sindicatos, los medios de difusión y las redes sociales, la injerencia de intereses extranjeros, tal vez no sea una lista completa, pero nos da una idea de la concurrencia de actores e intereses, tan complejos como enredados.
El choro que antecede sirva de preámbulo al pleito entre morenistas, que no es novedad, porque en todos los partidos políticos, todos, subrayo, se cuecen habas; todas las organizaciones políticas están en permanente tensión por los intereses y el poder en juego, de suerte que en el momento más inesperado salta la liebre. Y si fuéramos más allá, ningún político, ninguno repito, probaría ser químicamente puro, no existe, no ha existido ni existirá, un lingote de esta pureza, por lo siguiente: por definición las y los políticos mienten y manipulan, son corrupt@s por acción u omisión, y aquí nadie se salva, ni el santón ni el asceta.
Y colocaría el lío morenista un círculo abajo de Layín, enseguida del ábside de la pirámide de la corrupción y la impunidad, o sea, que apenas descendemos un círculo. Lo interesante es que los duelistas son afines al gobierno actual, empeñado en proyectar una imagen de unidad, honestidad y austeridad, y a éstos dos tipos no se les ocurrió peor manera de dirimir sus conflictos, que exhibir lo contrarío del discurso oficial.
En este affaire pesaron más viejos atavismos que la cacareada transformación, porque en lugar de ordenar una investigación a fondo sobre los dichos del acusador y retirar del cargo al acusado, para realizar la investigación correspondiente con plena libertad, crear una comisión verdaderamente independiente y ciudadana que acompañara el proceso, se optó por las viejas mañas del antiguo régimen: no pasa nada, un jalón de orejas en Palacio Nacional y la orden de que mantengan la cabeza fría y el pico cerrado, aunque el ambiente está para asar castañas.
El problema es que no existen órganos que garanticen que la rendición de cuentas sea eficaz, porque al ser impuestos por los funcionarios a ser auditados, éstos los corrompen al obligarlos a encubrir sus raterías y corruptelas, además, no se les dota de facultades para sancionar delitos, carecen de verdadera autonomía y son incapaces de fiscalizar las cuantas públicas con profesionalismo, objetividad e independencia y rendir cuentas claras a los contribuyentes.
Sólo conozco dos tipos de auditorias: las que se hacen para descubrir y las que se hacen para encubrir, las segundas son las que predominan en los entes públicos.
Excepto cuando hay consigna de reventar a alguien, por la razón que sea, el ente fiscalizador se aplica a fondo, y dado el nivel de corrupción y lo extendida que está, siempre encontrará algo, y si no lo encuentra, lo inventa.
Este mismo criterio aplica en los documentos básicos partidistas que se ignoran cuando conviene, se citan para justificar cualquier exceso o decisión controvertida y los aplican cuando conviene o por consigna, en resumen, son obviados, interpretados, manipulados y aplicados, dependiendo qué convenga a las mafias que controlan a los partidos políticos.
Hay un canon que está por encima de todo precepto: acuerdo mata estatuto.
El pleito también se inscribe en el sinnúmero de mafias, tribus, grupos, grupúsculos, corrientes ideológicas, narcos, estafadores, criminales, ladrones, oportunistas, improvisados, analfabetas funcionales, burros sin mecate; ex militantes de todos los partidos; ultras, moderados, derechistas, izquierdistas, centristas, socialdemócratas, socialcristianos, en suma, cualquier expresión individual y colectiva que concurre en el pancracio, llamado Morena, espacio donde se dirime todo litigio relacionado con el reparto del pastel: las cuotas de poder, el reparto de franquicias nacionales, estatales y municipales, en virtud que esta es la composición de esa organización, que AMLO mantuvo más o menos domada, y es el gran reto de Claudia Sheinbaum.
Creo que la solución, aunque no mágica, ahora que está de moda, es que seamos los ciudadanos los que elijamos, por voto universal, libre y secreto, a los titulares de las contralorías; por lo menos, existe la posibilidad que a quien elijamos, tenga más libertad de acción y se esmere en servir a los ciudadanos, no al funcionario que lo impuso en el cargo, si desea conservar el empleo.
Se pueden implementar comités de ética pública, que no son novedad, pero si pueden ser auxiliares en el combate a la corrupción, aunque se corre el riesgo que se corrompan, como todos los instrumentos que el Estado crea para autorregularse, sí éste se arroga el derecho de elegirlos.
Sí la transformación es sincera y el compromiso de la autoridad es real, se deben tomar las decisiones adecuadas, aunque sean duras y difíciles, para crear órganos fiscalizadores que tengan autonomía verdadera, facultades para sancionar los ilícitos que se cometan, libertad de acción y haya correspondencia real, no sólo discursiva, con la prédica que enarbola el segundo piso de la 4T.
¿Cuánto hemos gastado en mantener órganos fiscalizadores que han sido y son una onerosa carga burocrática, una grotesca parodia, una simulación insultante, de una inutilidad mayor que la vida de Pito Pérez y diputados plurinominales y senadores de lista nacional? Exactamente no lo sé, pero desde la contaduría mayor de hacienda, hasta la fecha, supongo que fácil cientos de miles de millones de pesos, cuando no billones. ¿Para qué? Sólo para encubrir y legitimar a criminales, demagogos, bandidos y pillos, con fuero
La austeridad ganaría legitimidad y aportaría mas recursos si se cancelan todas las cloacas por las que se drena dinero de los contribuyentes al barril sin fondo que es la corrupción y su gemela, la impunidad, en el entendido que la corrupción no puede erradicarse de la sociedad, porque es inmanente a la misma, pero sí es posible reducirla a niveles tolerables. Admitiré sin conceder, que en el sexenio pasado se taparon parcialmente algunas, pero no son ni la punta del iceberg, por lo tanto, es necesario redoblar esfuerzos y avanzar más en el combate a este cáncer histórico que ha hecho metástasis en todo el organismo social.
Para erradicar esta abominable aportación de los “civilizados delincuentes” enviados desde la península ibérica, no es necesaria la expiación del corrupto reyezuelo español, hijo de otro reyezuelo, más sinvergüenza y corrompido que los trúhanes que exportaron desde la cárcel otros reyezuelos tan bribones y bergantes como los mismos reos de horca que enviaron, sino la voluntad gubernamental y el concurso de las y los mexicanos.