MERCEDES PÉREZ-BALLESTEROS. Nació en la Ciudad de México. Estudió la licenciatura y maestría en Pedagogía en la UNAM. Ha sido maestra en el Instituto Politécnico Nacional, en la Universidad Autónoma de México y en la Universidad Nacional Autónoma de México. En 1993 emigró a los Estados Unidos y ha sido maestra bilingüe desde hace 28 años en el Distrito Escolar de Los Ángeles. Disfruta mucho de caminar en la naturaleza, leer y escribir poesía en español.
¿QUÉ ES LA MUERTE?
-A mi hermano Jaime-
Descifrando este profundo y resbaladizo misterio…
-Intangible, indeleble y abstracta experiencia-
Comprendiendo sus recónditos y clandestinos pasos
para visualizarla, enfrentarla y mirarla sin ningún temor,
pero la he sentido vibrando en mi sombra y mis estancias.
…también la he llorado, temido y mil veces la he maldecido;
sin embargo, acecha en el umbral de mi querido clan.
¡Incógnita sin resolver! ¡Burbuja que invisible pasa!
¡Incipiente e ilusa energía!
Ilusiones volando… sueños interrumpidos.
¡Esperanzas truncas de certero golpe en aliteración de los sentidos!
Viernes de dolores con sorpresiva ausencia.
Viacrucis del incalculable destino…
¡Tambor sin resonancia en ausencia de armonía!
Luces anuales de historias segmentadas
que ilustran piezas que armamos para reconstruir
el olvido de la limitada trayectoria.
¡Espejo retrovisor mirando la inocencia de tu rostro!
Oleajes de instantes en el mar del olvido,
nubes opacando el paraíso de los recuerdos,
absurda existencia estancada en tradiciones.
¡Fanático ausente celebrando su júbilo!
¡Luto en heladas tumbas de frías piedras en dura resignación,
intolerable malestar del oscuro ocaso en cascada de llantos
empedrando el camino a transitar!
ausencia de sonrisas, peregrinación de Aves Marías,
novenarios… y un “Yo pecador”.
¿Qué es la muerte?
¡Rayo impecable en sadismo brutal!
Despojados e inconclusos abrazos en tiempo arrebatado;
desalentadores momentos de angustia
que vuelcan, lastimosos e inadvertidos,
dejando en simples latidos su asfixiante crueldad.
Sinfonía de alas que retornan al dorado cempasúchil,
cual fieles monarcas en recinto celestial.
Ofrendas de viandas en fragancia de recuerdos,
irónicos versos con dulzonas sonrisas.
¡Danzas en sacra ceremonia evocando a Mictlantecuhtl!
¡Lubricación sensorial en el destierro terrenal!
¡Parquedad incolora! Desgarre interno en la mocedad
de los traslúcidos espejos sin destello.
¡Brumosa reverberación de efemérides!
Recordar nuestra mundana impermanencia
es tocar fondo revelando así nuestra efímera vaguedad.
Camino perdido intentando forjar la inmortalidad…
Es sujetar, contener, resistir, abarcar la inmensidad.
¡Deseo constante de trascender al eterno retorno!
Inspiración y vitalidad entendiendo el cotidiano disfrute,
memorándum que rectifica el propósito de su fundamental esencia.
¡Profunda interacción entre las sombras del ayer y la luz del porvenir!