MARYFER SANTILLÁN es actriz, cantante y bailarina con casi 15 años de trayectoria artística. Galardonada con la Mención Honorífica en el Premio Estatal de la Juventud Vicente Suárez 2018 por trayectoria. Nacida en la ciudad de Puebla, inicia en la actuación a la edad de 4 años y desde hace 10 años forma parte de la academia de teatro musical N. Scena Espectáculos. Ha participado con la Compañía de Teatro del CCU y en teatro independiente. Experiencia en cine en más de 17 producciones incluyendo el corto Aquí no pasa nada, ganando la “Diosa de Plata” a mejor cortometraje mexicano 2018. Colaboración en las Televisoras Puebla Comunicaciones, Canal Once Niños México, Televisa México y en TV BUAP. Colaboró en Radio por tres años con cápsulas de Fomento a la Lectura, con la sección “Maryfer con siete letras”, dentro del programa “Arriba Chamaco” del director Martín Corona.
Veneno social
Detrás de cada vaso,
se escondía un grito,
una angustia creciente
que se apoderaba de tu ser.
Detrás de cada trago,
tus labios mojados se relamían el veneno
disfrutando cómo se instalaba en tu ser.
Navegaba por tus venas
para adentrarse hasta el último rincón de tu pobre cuerpo
que poco a poco se rendía al nuevo placer,
cual pirata en el agua lanzándose al peligro.
Te lanzabas así, al peligro inminente del vaso aquel
uno tras otro sin pararte a pensar,
que el veneno adictivo su propósito empezaba a cumplir.
Cuando al fin te libraste de ese placer culposo,
ya era demasiado tarde.
Te subiste a tu auto para tratar de escapar
pero a medio camino, tu destino llegó,
te alcanzó ese veneno instalado en tu piel
mientras se regocijaba de tu poca intuición.
A pesar de que todos te pidieron parar,
te bebiste el veneno hasta no poder más
y por eso tu vida se apagó sin cesar
desde ese momento en que quisiste probar
los placeres prohibidos
que la sociedad te vendió
como la medicina que te habría de matar.
Moldeable
Sinceramente, no sé quién soy,
¿Por qué me adapto a todo a quien conozco?
¿Por qué no puedo mantenerme firme a quién soy?
Parezco moldeable,
una simple pieza de arcilla que la gente forma a su antojo.
una barra de plastilina con esencia triste.
Parece que sólo me quieren por eso mismo,
por mi cualidad adaptable,
por mi vulnerabilidad a tomar la forma que me den.
Pues cuando mi forma no agrada,
esas manos me toman y me destruyen para formarme de nuevo más a su conveniencia.
Me preguntó si sabré regresar yo sola a mi forma.
¿O quedarán marcadas las formas que los demás me han dado?
¿Olvidaré un día mi forma y me limitaré a tomar la que me han demandado?
Pareciera lindo el agradar a todos
pero de vez en cuando desearía el repudio
porque a pesar de todo quisiera volver a hallarme,
encontrarme y ocupar mi forma de nueva cuenta
obligarme a volver a ella y no soltarla de nuevo.
Dejar de ser dúctil para el resto del mundo
pero para mí seguir siendo flexible,
poderme moldear cada nuevo día,
con la diferencia de que ahora la mano es mía.