María Luz Olivares Aldana. (Tuxpan, Veracruz, México). En Poza Rica donde transcurre su niñez y juventud. Enfermera Especialista Quirúrgica por la Universidad Veracruzana. Profesional en Enseñanza Artística opción piano, egresada del IVEC. Técnica en Dibujo y Pintura de Arte. Ha publicado cuatro Poemarios: Silencio entre espacios, Arenas del Tiempo, Luz de Luna y Misteriosa.
Participa en Revista Intercontinental Digital Poetas Sin Fronteras. Y miembro de la Red de Poetas del estado de Veracruz.
Invitada por Escritores del Golfo A. C. y de la Unión Estatal de Escritores Veracruzanos. Campus de la Universidad Veracruzana y Reflexionario Mocambo. Realiza conciertos de piano. Ha sido Jurado en Certámenes de Cuento y Poesía de diferentes Centros Escolares. Ha presentado sus obras literarias en espacios culturales como Museos y Bibliotecas del Puerto de Veracruz y de Boca del Río. En fecha reciente fue reconocida como Escritora del Puerto de Veracruz.
Participa en Antologías del Grupo Poetas sin Fronteras, Fragmentos de Luna, Destellos, Perlas compactas, Hojas de Otoño, Urdimbre de sol y águila, Tinteros del alma, El viento lleva tu nombre y Azul Violeta. Distinción de la Superación Ciudadana. Capítulo IV de Cultura, año 2020
TORMENTAS
La tormenta del cielo
con nubes quejumbrosas
del color del cuervo
y lacerantes brazos
rasgan el cielo.
Se estremece la tierra
retumban las nubes
que despanzurra el viento
y desgrana sus gotas
en lágrimas de hielo.
Hay otras tormentas
entre ellas la nuestra
donde el corazón del hombre
se desgarra, llora, se queja
e impotente mudo queda.
Porque la muerte llega
desmorona vidas
la tuya, la mía, la ajena
cual si fuera castillos de arena.
Con balas y granadas
asesinan inocentes
y en bolsas negras
cuerpos desmembrados,
casas abandonadas
y muchas, muchas
fosas con huesos.
Madres que buscan hijos,
padres enloquecidos…
poetas entristecidos
y de herencia ciento
de niños huérfanos.
Estas tormentas
tienen un sin número
de amargas lágrimas
tanta tristeza y llanto
que de tantos ayes
se los lleva el viento.
Y estas viejas letras
escritas en mi libreta
por no decirlas fuerte
ahí gritando quedan.