Victor de Regil
Los fundadores de Morena, son muy celosos en cuanto a aceptar a alguien dentro de sus filas, más si son los que “brincaron” para colgarse de la ola del presidente López Obrador. Dentro de Los considerados como los morenistas poblanos “puros”, entre quienes están las y los históricos de la izquierda estatal, ya tienen candidata a 2024.
El reconocimiento de la secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) del gobierno federal, María Luisa Albores González, de que sí le interesa participar en la contienda interna de Morena, rescató de la apatía a ese grupo nutrido y fiel a Andrés Manuel López Obrador, esos que lo han seguido desde el principio.
Hasta hace solo unas semanas, se sentían ajenos a la ebullición política local, porque los aspirantes son personajes que comenzaron sus carreras en otros partidos. No son “inmaculados”. Hoy tienen líder y proyecto y no van a ceder fácilmente la plaza.
A principios de la semana, apareció un desplegado con más de mil firmas, en respaldo a quien fue la primera presidenta estatal de Morena.
Es originaria de Chiapas, pero lleva más de la mitad de su vida en el estado. Su residencia oficial está en Cuetzalan del Progreso. Tiene hijos poblanos. Esto quiete decir que, los requisitos, aparentemente, los cumple.
Pero además se percibe que tiene una enorme bendición. La única que parece importar en Morena, la de Palacio Nacional.
Hace una semana en una gira con el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, María Luisa Albores reconoció en entrevista que sí quiere.
De poder, como secretaria de Estado y cercana al Presidente de la República, se da por descontado que también puede.
Ella tiene una larga trayectoria de más de 20 años de trabajo en cooperativas indígenas en la Sierra Norte.
Fue fundadora de Tosepan en 2001. Desde ese trabajo se vinculó con el hoy Presidente y su movimiento.
Fue presidenta de Morena-Puebla de 2012 a 2015. Le tocó la transición de movimiento social a partido.
El año pasado, en una entrevista, Albores González no se descartó, pero tampoco dijo sí a la posibilidad de ir por la gubernatura.
Casi un año después, ha develado el misterio que se había disfrazado de duda. Dijo sí y con claridad para que no hubiese dudas.
Cuesta trabajo suponer que el presidente López Obrador no supo de esa aspiración, antes de que ella la hiciera pública.
Es difícil creer que no tuvo el aval de Palacio Nacional, para hacer ese pronunciamiento. De ahí la importancia de su “sí quiero”.
Los históricos de la izquierda poblana vieron una oportunidad inmejorable y que les vino un entusiasmo que se percibe genuino.
Alguien con ingenio, sacó en Instagram la campaña “Puebla de mis Albores”. Se sustituye el “Amores”, por el apellido de la titular de Semarnat. Luego, vino un desplegado de más de mil firmas, lo que, de alguna manera, “formalizó” las intenciones de la Secretaria federal para participar en el proceso electoral de 2024..
Ese sector de Morena, que tiene sus orígenes en la lucha en las calles y en la entonces Universidad Autónoma de Puebla (UAP) de los años 70 y 80, más los nuevos militantes, porque también hay muy jóvenes, se siente representado por una lopezobradorista pura, de las fundadoras, como María Luisa.
Se sentían huérfanos en la contienda. Ajenos al proceso del partido que ellos fundaron. La ecuación cambió.
Los pronósticos también.