Como falta de respeto han sido tomadas las expresiones que ciertos personajes, tanto en lo público como en lo privado, han realizado últimamente en torno a un proyecto político personal cuando ni siquiera ha iniciado el gobierno de Alejandro Armenta, ni terminado el del actual gobernador en funciones.
Y ha habido de todo con los adelantados, desde quienes se ven sucediendo al mismo Alejandro Armenta dentro de 6 años, y Pepe Chedraui, hasta quienes ya se ven deseando candidaturas a diputaciones locales y federales, regidurías, así como de gobierno municipales para el proceso electoral de 2027.
Lamentablemente, no se trata de pocos los que inteligencia, han empezado a futurear y a imaginarse como el sucesor o la sucesora. Para su desgracia, una cosa olvida y otra desconocen. Olvidan que, en todo caso, la sucesión del 2030 empezará hasta el quinto año de gobierno, no antes de iniciar.
Y desconocen que el gobernador electo se entera de todo, absolutamente todo, y a todas y a todos observa con lupa. Una de las virtudes que más observa Armenta en sus colaboradores es la lealtad y muchos ya comienzan a fallarle sin siquiera haber iniciado.
Estas adelantadas y estos adelantados ya comenzaron a promoverse en columnas políticas, en cafés, en reuniones de “grilla” y hasta en redes sociales. La discreción no ha sido lo suyo y pareciera que tienen el interés de que todos sepan de sus aspiraciones. Ya andan en la especulación, y ya no caminan: levitan.
Ciertamente, no está mal que tengan sueños y aspiraciones, todos las tenemos, pero definitivamente este no es el momento y menos cuando ya todos se han enterado, incluso el propio gobernador electo.
Lo peor de todo es que algunas de estas adelantadas y algunos de estos adelantados han recibido recientemente algún nombramiento de importancia por parte del mandatario electo, ya son parte del futuro gobierno. Fueron sumados al próximo gabinete, el legal o el ampliado y siguen cometiendo estas indiscreciones.
Y desde entonces, no sólo enloquecieron, sino “ya se vieron”. Imprudentes, desleales, mal agradecidos, deben saber que se pueden caer del cargo. Sí, que nadie lo dude. Del plato a la boca suele caerse la sopa.
En otras palabras: el que se siga moviendo, no saldrá en la foto del 14 de diciembre. Porque esto es como el béisbol: el juego no se acaba hasta que se acaba y se acaba cuando cae el último out y no podemos dudar que muchos de estos adelantados, a pesar de ya haber sido ratificados por Armenta, jamás lleguen a sus puestos.
Lo que están haciendo es tan grosero como grotesco. Todavía no termina el gobierno de Sergio Salomón y todavía no empieza el de Alejandro Armenta, simplemente se trata de una falta de respeto a ambos.
Pero ellos y ellas ya se montaron en el potro de la soberbia. La ambición no es mala; se convierte en pésima cuando la combinas con la avaricia y el egoísmo. Quieren correr cuando ni siquiera han aprendido a caminar.
Urge, por su bien, que pongan los pies sobre la tierra. Es claro, el que se siga moviendo no saldrá en la foto del 14 de diciembre. En La Gran Foto del Sexenio. ¿Lo entenderán?