LILIA RIVERA (Lilia R. Corcoran) nació en la ciudad de México. Estudió en el Colegio Americano, Puebla. UFM, CDMX. Su obra aparece en diez antologías: Más allá de la Piel, Ecos Ancestrales, Alborada Poética, Primera Antología Internacional Sabersinfin, entre otras. Tiene publicado los siguientes poemarios: De Complejidades y de Enigmas, Planos y Dimensiones, Still Life. / He, Who has Loved. Como narradora sus novelas son: Después del Silencio, Bajo la Inercia, Gestaciones, Ha Maljut. (El Reino), Mirages. Cuentos: Cuentos Poblanos (Testimonios De una Ciudad), Pinceladas, London Tales, (The Core of a city), Antologías de cuentos: Non Omnis Moriar, Zapata Cabalga en mis Letras. Obras de Teatro: 1863; A la Hora Convenida. (drama histórico), Yo, Saulo. (drama bíblico). Colaboradora de la revista literaria Filigramma. Lecturas y presentaciones de libros en diversos lugares. Ha recibido reconocimientos locales, estatales, nacionales e internacionales. Miembro del Círculo de Escritores Sabersinfín.
FUE ABIERTO EL LIBRO;
de él escaparon
ardientes dorados granos de arena;
lija para el alma,
zapa para el corazón.
Ahí donde final no existe,
ni tampoco principio:
enrejado de todo,
entramado de nadas.
Contenidas miríadas de imágenes,
galerías de espejos.
cantar de sirenas,
fracturando la muda inacabable noche.
Yuxtaposición neblinosa;
remotos anhelos.
dilucidador abrazo;
afiebrados juncales.
Al final de ese túnel
emerge el vacío;
todo está perdido.
anhelos goteantes yacen gritando,
perdidos sin eco.
abruptas lecciones,
crepitantes cenizas.
Acaso se detiene el tiempo.
¿Alguna vez este termina. . .?
Umbrío II
Vierte la tarde sus sudores;
acumulación de hastíos,
deambular atrapante de fronteras,
con voraces fauces
extravíos amontona.
¡Retroceder! Avanzar.
¿Acaso se ha confundido el rumbo?
Furiosos vendavales
destrozaron los sueños
entre cálices de agostada hojarasca
ahora yacen.
En los confines del hoy,
ruletas de azar
visitan los silencios.
Ruedan los dados de Tique,
la veleidosa — Fortuna —
conspiradora de dádivas e infortunios.
Entre sus haces de trigo
¿Ha portado acaso?
agoreros, ácidos bocados clandestinos.
Ascienden rampantes penumbras
devorando con glotonería,
lumínicos entremeses,
avisos de desastre,
o quizás, ¿solo presagios de tormentas…?