Lilia Cedillo, nueva rectora de la BUAP

Victor de Regil

 

Con más de 72 mil votos a su favor, Lilia Cedillo será la primera rectora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

La llegada de Cedillo no solo es trascendente por ser la primera mujer en estar al frente de la Máxima Casa de estudios, sino además por la forma tan pulcra en que logró hacerse de la candidatura, sumando el apoyo de la gran mayoría de la comunidad universitaria, lo que logró que se levantara con el triunfo con una victoria aplastante, lo que no deja duda alguna de su legitimidad para estar al frente de la BUAP.

Fue tal el consenso generado por Cedillo, que su triunfo le hará llegar con un gran capital político, lo que es importante para enfrentar los grandes retos que se le avecinan a la universidad en los próximos años.

Es de destacar también el papel que jugo el actual rector Alfonso Esparza, quien no solamente no metió las manos en el proceso, ni en la designación de candidatos, sino que logró dirigir un proceso electoral interno sin precedentes. Esparza no cayó en la tentación de sus antecesores de impulsar a su sucesor.

Es tal la suma de voluntades y simpatías que generó el triunfo de Lilia Cedillo, que el mismo gobernador, Miguel Barbosa, celebró su designación y le auguró éxito a su gestión. Sin duda el que haya dialogo y entendimiento entre rectoría de la BUAP y Casa Aguayo, beneficiará a toda la comunidad universitaria.

La elección de la sucesora de Alfonso Esparza fue inédita. Empezando por las campañas que debieron ser digitales para evitar los contagios derivados de la pandemia de Covid, pasando por el involucramiento de toda la comunidad universitaria a través de las redes sociales y no en las facultades como era la costumbre, hasta lo más relevante e innovador que fue el voto de manera electrónica.

La BUAP demostró la madurez y el talento de su comunidad al lograr que todo el proceso electoral se lograra haciendo uso de la tecnología y minimizando así, la posibilidad de contagios por coronavirus.

El voto electrónico que requirió de controles de seguridad de dos pasos, representó un avance tan importante que bien podría ser la antesala para que algún día no lejano, las elecciones de gobernantes, legisladores y hasta las consultas populares se puedan realizar de esta manera que es mucho menos contaminante y sobre todo, más ágil, económica y transparente.

Los retos para la nueva administración universitaria son muchos, empezando por las afectaciones y adecuaciones que se han realizado y que se deberán seguir aplicando ante la pandemia para garantizar la seguridad de estudiantes y académicos.

Confiemos en que en unidad, la nueva rectora y la comunidad universitaria, puedan sortear las dificultades y sigan dando muestra de la grandeza de la institución pública, la cual se ha colocado como una de las mejores de América Latina.

Y para rematar, desde el ángulo político hay que decir que el gobierno estatal a través de su gobernador, no cayó en la tentación de inmiscuise en la vida interna de la universidad y honró su palabra al respetar el proceso interno y permitir que fueran sólo los universitarios quienes eligieran a su nuevo rector o rectora.

Gracias a todos estos factores, la doctora Cedillo recibirá una universidad fuerte y políticamente estable.

Con esa sólida base, la próxima rectora tiene todo para poder imprimir su sello y dirigir el nuevo rumbo de nuestra máxima casa de estudios.

Sin duda el triunfo de Lilia Cedillo traerá una estabilidad que hace tiempo no se veía en la BUAP pues, a excepción de Alfonso Esparza, los anteriores rectores utilizaban gran parte de su tiempo y su capital para buscar posiciones políticas una vez terminado su mandato. por su parte, Esparza mantuvo un distanciamiento con el gobernador Miguel Barbosa, lo que afectó a la vida interna de la universidad.