Laura Concepción Pinzón Tejeda, (Veracruz/México). Lic. en Derecho, Maestría en Criminología. Profesora en las materias Cívica y Ética, Historia, Filosofía y Argumentación Jurídica. Coaching de valores humanos, conferencista, Ha publicado en la Revista de la Comunidad Literaria del Siglo XXI y es Asesora del Presidente de la Academia Nacional e Internacional de Poesía capitulo Veracruz y Boca del Rio adscrita a la SMGE, donde se desarrolla como escritora y poeta; actualmente se encuentra en vía de la publicación de su libro.
Gonzalo Valenzuela (Veracruz, México. 1963). Psicólogo, poeta, escritor y periodista. Autor de la columna Oasis, que se publica en importantes medios impresos de Veracruz, y Puebla, y de la colección que consta de tres tomos, denominada: Un oasis en mi corazón. (Editorial 7 Días, 2009, 2010, 2013). El poemario Cuando el amor florece. (Editorial 7 Días, 2020).
Unen sus voces poéticas
El otoño
El otoño me espera
con ligueros y medias
aún sucumbo al hechizo
de su cabellera.
Arquea su cuerpo
en la penumbra indulgente
se arremolinan besos
en mi piel ardiente
algún arañazo
en mi espalda
de mi pantera
y si el otoño ciega
con viento impetuoso
yo aquí la espero
con mis manos de seda.
No temo al tiempo
que avanza implacable
no temo su prisa…
Que llegue el otoño
así te quiero
vestida
desnuda
o en lencería.
Así te quiero…
¿Cómo no quererte…?
Me diste tu verano
tu corazón candente
Me diste
tu inocente primavera
y ahora el otoño…
¿Cómo no quererte?
En cada beso te lo decía
te lo digo ahora,
te lo diré siempre
aunque venga el invierno
¿Cómo no quererte…?
El otoño me espera
con ligueros y medias
aún sucumbo al hechizo
de su cabellera.
Gonzalo Valenzuela
Estaciones
Porque si a ti te gusta,
a mí me gusta más.
La primavera de tu boca,
va enloqueciendo mi paz.
Tus manos recorriendo,
atrevidas y graciosas.
Las aguas van vertiendo,
las montañas ya carnosas.
Un suspiro que se escapa,
en verano silenciado.
Mi alma que sólo cabalga,
atrás de tu ser preciado.
Los remolinos de viento,
un huracán contenido.
Palabras que callo o miento,
mientras regreso a mi nido.
La arena, juega en mis dedos.
Mi piel se impregna de sal,
recuerdos de un golpeteo,
de tus olas y el rosal.
Los días van transcurriendo,
mi otoño, se llena de gloria.
Tus olores se van diluyendo,
pero las llamas, tienen memoria.
Sigamos atemporales,
aunque tiempo sin fecha, no exista,
pero el amor y sus caudales,
hará que lo nuestro persista
Pronto o tardío el encuentro,
no logro ya recordar.
Las canas, los hijos y nietos,
me apartan de tu mirar.
Decisiones o destinos,
no importa ya la razón,
todos tienen sus motivos,
solo tú, en mi corazón.
Que al final todo se olvida,
cantan sabios palmo a palmo.
Quiero gritar que es mentira,
porque en mi invierno ¡te amo!