-En el caso de Puebla, se han identificado islas de calor en el centro de la ciudad, particularmente entre las 9 y 11 de la mañana, y nuevamente entre las 2 y 6 de la tarde. A pesar de que los termómetros pueden marcar 25 o 26 grados centígrados, la sensación térmica en estas zonas puede alcanzar hasta 31 grados. Entre los factores que contribuyen a este fenómeno están la mala calidad del aire, el alto tráfico vehicular y la reducción de áreas verdes.
En un invierno atípico, caracterizado por temperaturas inusualmente altas, las islas de calor se han convertido en un fenómeno cada vez más recurrente en distintas regiones de México, incluyendo Puebla. Francisco Javier Sánchez Ruiz, profesor de la Facultad de Ingeniería Ambiental y Desarrollo Sustentable de la UPAEP, habló sobre esta situación, señalando que las temperaturas han superado los niveles esperados para la temporada invernal.
Según el especialista, una isla de calor es un área específica donde las temperaturas son significativamente más altas que en las zonas circundantes, debido a factores como la urbanización, la contaminación y la falta de vegetación. «Si visualizáramos estas zonas con una cámara termográfica, podríamos notar cómo algunas áreas urbanas reflejan temperaturas mucho más elevadas», explicó Sánchez Ruiz.
En el caso de Puebla, se han identificado islas de calor en el centro de la ciudad, particularmente entre las 9 y 11 de la mañana, y nuevamente entre las 2 y 6 de la tarde. A pesar de que los termómetros pueden marcar 25 o 26 grados centígrados, la sensación térmica en estas zonas puede alcanzar hasta 31 grados. Entre los factores que contribuyen a este fenómeno están la mala calidad del aire, el alto tráfico vehicular y la reducción de áreas verdes.
El problema no es exclusivo de Puebla. En diferentes regiones de México, las temperaturas han alcanzado niveles históricos en pleno invierno. En Oaxaca, por ejemplo, se registraron 41 grados centígrados, mientras que en Apatzingán la temperatura llegó a los 43 grados. En Tamaulipas, las temperaturas oscilaron entre los 38 y 39 grados, mientras que en Baja California se reportaron temperaturas de hasta 35 grados.
«Estamos viendo un cambio climático muy presente, y esto se debe a varios factores, entre ellos el incremento de gases de efecto invernadero, la deforestación y el cambio de uso de suelo. Las islas de calor son una clara manifestación de cómo el planeta está ajustando su temperatura», destacó Sánchez Ruiz.
De cara a la llegada de la primavera y el verano, el panorama no es alentador. Según los modelos climáticos y termodinámicos, se espera que las temperaturas sean similares a las del año pasado, aunque sin llegar a niveles récord. Sin embargo, el verdadero problema radica en la escasez de agua. «El año pasado fue extremadamente caluroso y los mantos freáticos no se recargaron adecuadamente. Esto nos llevará a enfrentar un 2025 con déficit hídrico», advirtió el investigador.
Además, la combinación de temperaturas altas y vientos fríos provenientes de los frentes fríos que aún faltan por llegar podría generar tormentas y tornados, afectando tanto a México como a Estados Unidos. «El Instituto Americano de Climatología y el Instituto de Tornados de EE.UU. han mostrado interés en este fenómeno, ya que puede tener repercusiones severas a nivel internacional», indicó Sánchez Ruiz.
Ante esta situación, es fundamental tomar medidas para mitigar el impacto de las islas de calor. Entre las recomendaciones del experto se encuentran:
Aumentar las áreas verdes en las ciudades para reducir la acumulación de calor.
Mejorar la planificación urbana para evitar el desarrollo de zonas habitacionales en áreas de amortiguamiento térmico.
Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero mediante la movilidad sustentable y el uso de energías renovables.
Implementar tecnologías de enfriamiento urbano, como techos verdes y pavimentos reflectantes.
Promover la educación ambiental para generar conciencia sobre el impacto del cambio climático.
Sánchez Ruiz concluyó que la sociedad debe tomar conciencia sobre la gravedad del cambio climático y sus efectos locales. «No es que el planeta se esté volviendo loco, sino que está ajustando su temperatura a un nuevo equilibrio. Es nuestra responsabilidad tomar medidas para minimizar el impacto y adaptarnos a esta nueva realidad», enfatizó.
Para combatir el fenómeno de las islas de calor, el Dr. Sánchez Ruiz enfatiza la importancia de la reforestación urbana con árboles maduros de al menos 7 u 8 años de edad, ya que los árboles jóvenes no absorben suficiente CO2 ni regulan la temperatura de manera significativa. Además, recomienda acciones individuales como: Reducir el uso del automóvil y optar por medios de transporte sustentables. Implementar techos verdes con plantas como suculentas, lirios japoneses o «lengua de suegra» para absorber CO2 y regular la temperatura en interiores.
Así como disminuir el consumo de energía eléctrica y optar por fuentes renovables. Fomentar la conciencia ambiental en la ciudadanía y exigir políticas efectivas a los tomadores de decisiones.
Las islas de calor son un reflejo de la falta de planificación ambiental en las ciudades. Ante este desafío, la colaboración entre ciudadanos, autoridades y expertos será clave para frenar el impacto del cambio climático y garantizar un futuro sostenible para Puebla y México.