Victor de Regil
Los tiempos han llegado para Eduardo Rivera Pérez hacia la candidatura del Frente Amplio por México a la gubernatura y luchar por la elección que será la más difícil, pero, a su vez, la más importante de su vida.
Ya no hay marcha atrás, el alcalde de Puebla se separará del cargo y se dedicará en cuerpo y alma para ganar la gubernatura de Puebla. Sabe muy bien que inicia las encuestas abajo, pero también sabe que la diferencia es revertibles, son solamente 8 puntos los que lo separan del candidato oficialista, Alejandro Armenta, esto según las encuestas más recientes que se han estado publicando.
Primero lo hará, como ha anunciado, de manera temporal, para atender los procesos internos de los partidos que lo postularán (PAN, PRI, PRD y PSI) y, una vez aprobada su candidatura, será de manera definitiva. Su ruta sin retorno por el gobierno de Puebla comenzará, a más tardar, el lunes 18 de diciembre.
La convocatoria del PRI ya ha sido publicada. Ahí están las reglas que deberá cumplir Eduardo Rivera Pérez, como simpatizante y aspirante externo. La vía única que se planteó el tricolor es la elección o designación directa. No habrá encuesta ni contrincantes internos, a menos que alguien con ánimo protagónico y desorbitado también pueda inscribirse sin ninguna posibilidad de obtener un dictamen favorable.
En el PRI ya antes ha ocurrido algo así. En sus bases, la convocatoria del PRI establece que Eduardo Rivera deberá presentar los documentos y la solicitud de su registro a más tardar el lunes 18 de diciembre. Ese día, a partir de las 18:00 horas y hasta las 20:00 horas, deberá acudir a la sede del tricolor para presentar dicho registro.
Con lo que respecta al PAN, se espera que se publique su convocatoria en esta misma semana, la cual será en términos muy similares que la del PRI, aunque ahí es para un militante, como lo es Eduardo Rivera.
Las dos convocatorias, como es obvio, tendrán como requisito que el postulante se presente con licencia a su cargo. Ahí comenzará la ruta que el todavía presidente municipal de Puebla ha anunciado que será sin mirar atrás.
Muchos podrían suponer que luego de la contienda constitucional, pase lo que pase, el panista podría regresar a despachar en el Palacio del Ayuntamiento, pero eso simplemente no va a suceder sea cual sea el resultado de dicha elección.
Puebla tiene una de las transiciones más largas desde el día de la elección y hasta la rendición de protesta del ganador a la gubernatura. Del primer domingo de junio, al 15 de diciembre de 2024. Son cinco meses y medio de la declaratoria de triunfo a que se tomen las riendas de la administración estatal. Sin duda es demasiado tiempo y, en su momento, el Congreso debería componer esta situación.
Como sabemos, el mandato municipal de Eduardo Rivera concluye el 14 de octubre del próximo año. Sin embargo, luego de que los partidos que lo postularán en el Frente Amplio validen su solicitud, vendrá, como él mismo anunció la semana pasada, su licencia definitiva al cargo de alcalde de Puebla capital. Se trata de un buen mensaje al ser renuncia definitiva, pues significa que va con todo para ganar este proceso, el cual será muy difícil, pues desde el poder ya está en marcha una elección de estado.
“Me registraré en el proceso para ser gobernador del estado, respetando la ley y con la fuerza de todo Puebla para ganar esta contienda. La vida me ofrece una nueva oportunidad para servirles desde esta responsabilidad. La voy a tomar. Una vez que los partidos políticos han anunciado sus procesos internos, me registraré como aspirante. Cuando las fuerzas políticas autoricen mi registro, y antes de que inicien las precampañas, pediré licencia al Cabildo para separarme de manera definitiva de la Presidencia Municipal”, anunció en un video que subió en sus redes sociales en días pasados.
El mensaje es claro: Eduardo Rivera está pensando en ganar. Por eso se separará del cargo que hoy ocupa de forma definitiva. Va sin dubitaciones.