La nueva legislatura poblana

 

El reciente fallo de la Sala Regional en la CDMX del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) reconfiguró la asignación de las diputaciones plurinominales en la nueva Legislatura del Congreso del estado, es decir, la LXII.

Aunque no pierde la mayoría, pues sigue y seguirá siendo la primera fuerza, Morena fue el gran perdedor, pues se quedaron sin curul Jaime Aurioles Barroeta, Ana Lilia y María Soledad Amiera.

Ya hasta se habían sacado la bonita foto con sus compañeras y compañeras, pero ahora esa imagen solo servirá para el recuerdo.

Recordemos que la impugnación a la primera asignación, que realizó el Tribunal Electoral del Estado, fue presentada por el PVEM y los beneficiarios son: Marco Antonio de los Santos y Lidia López Aguirre, de Movimiento Ciudadano (MC), así como el marinista Lázaro Jiménez Aquino, del PRI.

El Verde, que con su queja buscaba recuperar una pluri para la ex secretaria de Medio Ambiente, Beatriz Manrique Guevara, no pudo recuperar nada.

Ahora, la LXII Legislatura ha quedado conformada de la siguiente forma: Morena: 15 diputaciones, PVEM: 6, PAN: 6, PT: 5, MC: 3, PRI: 2, Nueva Alianza: 2, Fuerza por México: 2.

Todo quedaría así si la Sala Superior del TEPJF le corrige la plana a la Sala Regional y al magistrado ponente, Luis Enrique Rivero Carrera, y determina una nueva reasignación de plurinominales.

Es de llamar la atención que tanto el PAN y PRI, cuyas respectivas bancadas pasaron de 9 a 6 y de 7 a 2, respectivamente. Se redujeron a su mínima expresión. Un reflejo de su gravísima descomposición, de su errática conducción, de su contundente fracaso político y electoral que todo mundo ve, menos ellos.

Ahora el PRI tiene una diputación menos que Movimiento Ciudadano y las mismas que Nueva Alianza y Fuerza por México, mientras el PAN suma las mismas diputaciones que el Partido Verde y solo una más que el PT.

En la nueva Legislatura, panistas y priistas serán meros floreros; es decir, una “oposición” de decoración.  Y al paso que van, estos dos partidos no tardan en desaparecer, como el PRD.

En medio de todo esto, ya quedó instalada la Mesa Directiva, misma que presidirá Mauricio Céspedes Peregrina, hermano del gobernador Sergio Salomón.

Céspedes fue interrogado por la prensa y negó, con contundencia, que haya conflicto de intereses, como muchos suponen. Y es que a él, como presidente de la Mesa Directiva, le tocará el informe de gobierno que su poderoso consanguíneo presentará al final de su mandato, es decir, antes del próximo 14 de diciembre. Algo nunca visto en Puebla, al menos en la historia reciente.

En las vicepresidencias de la Mesa Directiva del primer año de ejercicio constitucional quedaron Andrés Villegas Mendoza y Graciela Palomares, ambos de Morena. Como secretarias: Norma Estela Pimentel (PVEM) y Susana Riestra Piña (PAN). Y como prosecretarios: Jazmín Martínez Ayala, del PT, y Elpidio Díaz Escobar, de Fuerza por México.

La coordinación de la bancada de Morena y la presidencia de la Junta de Gobierno y Coordinación Política recayó en la profesora Laura Artemisa, de todas las confianzas del gobernador electo, Alejandro Armenta.

Se convierte en la primera mujer en fungir como líder del Congreso del estado. Un punto a favor, sin duda, del armentismo, que sigue empoderando a más y más representantes del género femenino.

En el caso del PAN, Eduardo Rivera Pérez se propone imponer al diputado Marcos Castro, como coordinador de la bancada, por encima de Susana Riestra, hermana del ex diputado federal y ex candidato a presidente municipal de Puebla, Mario Riestra.

Se entiende la jugada: alguien va a tener que defender a Eduardo Rivera de sus cuentas públicas, ya observadas por una cifra millonaria -al menos la del año 2022- por la Auditoría Superior del Estado (ASE).

El problema es que Marcos Castro carece de inteligencia y autoridad política para realizar menuda tarea. El resto de los diputados panistas (2) trae su propio juego, especialmente Francisco Javier, quien analiza seriamente pasarse a la bancada de Morena, con lo que la bancada panista se quedaría en 5 legisladores.

A Eduardo Rivera le urge un defensor o defensora en el Congreso del estado. Confía, sí, en que el nuevo gobierno, el de Alejandro Armenta, le va a perdonar todas, es decir, no lo va a perseguir como, en su momento, Rafael Moreno Valle.