La ley no se consulta, dicen.

 

Por Federico Arreola

La ley no se consulta, dicen. Obviamente no, en la teoría no se consulta, pero ¿si en determinado asunto nunca se ha aplicado lo que ordena la legislación?

Es el caso de investigar expresidentes. Jamás se les ha juzgado. ¿Por qué? Por una combinación de tres factores: (i) un poco de negligencia, (ii) algo de complicidad y (iii) mucho miedo a romper las reglas mafiosas del sistema político.

Zedillo/Salinas
Si en su periodo presidencial Ernesto Zedillo se hubiera atrevido a castigar a Carlos Salinas, no habría ninguna necesidad en la actualidad, décadas después de que el salinismo formalmente concluyera, de consultar a la población acerca de si se debe investigar, juzgar y, en su caso, sancionar a Carlos Salinas, sobre todo por (i) el escandaloso enriquecimiento de su hermano Raúl, un verdadero ladrón; (ii) el error de diciembre que destruyó, ni duda cabe, a la economía mexicana; (iii) haber creado las condiciones políticas que llevaron al asesinato de Luis Donaldo Colosio, quien rompió con el salinismo, y (iv) por haber acabado con la posibilidad de tener en nuestro país una economía competitiva debido a las privatizaciones de aquella época que significaron, en la práctica, la creación de enormes monopolios privados que todavía imposibilitan la verdadera creatividad empresarial.
Zedillo quiso hacerlo, pero no se atrevió: pensó que México peligraba si le aplicaba la ley al poderoso Salinas.
Fox/Zedillo
No habría necesidad de consultar a la gente acerca de si Zedillo debe ser investigado por el exceso de recursos derrochados en el Fobaproa, si su sucesor, Vicente Fox, lo hubiera hecho.
El primer gobernante panista no lo hizo porque tuvo miedo de romper tan brutalmente con el pasado priista, en el que —desde luego en lógica mafiosa— no era aconsejable juzgar a los expresidentes.
Calderón/Fox
Si Felipe Calderón lo hubiera hecho en su momento, no habría ahora necesidad de consultar si Fox debe ser juzgado (i) por irresponsable, (ii) por la corrupción de su familia política y(iii) por sus terribles delitos electorales —simple y sencillamente el esposo de la señora Marta Sahagún dirigió, y financió con dinero público, el operativo de 2006 para robarle la presidencia a AMLO—.
Calderón, personalmente enemistado Fox, tal vez soñó con investigar a su antecesor, pero no se atrevió porque existía un lazo de complicidad entre ellos: el fraude electoral.
EPN/Calderón
Si Enrique Peña Nieto hubiera actuado como debía, no habría necesidad este domingo de preguntar al electorado si Calderón debe ser juzgado (i) por su absurda guerra contra el narco que ensangrentó al país y (ii) por haber entregado las instituciones de seguridad pública al crimen organizado, lo que hizo a través de Genaro García Luna y Luis Cárdenas Palomino.
Peña Nieto seguramente sabía que lo mejor para todos era poner fin a la fallida guerra contra el narco, lo que solo era posible juzgando a Calderón; no lo hizo porque (i) sentía que le debía la presidencia, (ii) por las excelentes relaciones de su equipo con los principales integrantes del grupo calderonista y (iii) porque tuvo miedo de enfrentar a las mafias que ya dominaban buena parte del país.
¿Debe Andrés Manuel investigarlos a todos ellos?
Ha procedido el actual gobierno contra diversos actores del peñismo acusados por corrupción. ¿Debe ir AMLO contra el propio y Peña y los otros expresidentes? Seguramente, sí. La ley lo permite y aun lo exige, pero como es algo que nunca se ha hecho, como se trata de personas todavía con gran poder político y estrechamente relacionadas con el poder económico, no es algo que el presidente López Obrador puede realizar sin apoyo popular.

De ahí la consulta. Recordemos la etimología de consultar: “viene del latín consultare, frecuentativo de consulere: pedir consejo, considerar, reflejar, deliberar conjuntamente, ser experimentado y juzgar bien”.

La ley, en efecto, no se consulta, pero una ley que nunca se ha aplicado porque hacerlo implica un grave riesgo para la seguridad nacional, debe necesariamente consultarse con todos los mexicanos, con todas las mexicanas.

Es una pena que tantas personalidades de los medios de comunicación se opongan a la consulta, y no solo eso, que abiertamente trabajen para que sea un fracaso. Unos pocos columnistas y editores, quizá los más conocidos, actúan tan miserablemente por complicidad con los expresidentes; la mayoría, ni hablar, se muestra tan irresponsables solo por odio político a AMLO, quien les quitó mucho del dinero que recibieron, algunos desde los tiempos de Salinas.

No importa, hoy habrá consulta y la gente, poca o mucha, votará. Si las urnas le dan a Andrés Manuel la orden de proceder contra Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, deberá hacerlo. Quien sea inocente, no tendrá problemas. Quienes sean culpables, deberán ser castigados.