La IBERO seguirá transformando la realidad: Dr. Saúl Cuautle Quechol, Rector
· En su toma de protesta, el Padre Cuautle Quechol dijo que la reconciliación y la justicia continuarán siendo parte de la Identidad de la Universidad
· El nuevo Rector invitó a toda la comunidad universitaria a sumarse para que la IBERO siga estando a la altura de momento histórico que se vive
La Universidad Iberoamericana Ciudad de México seguirá transformando la realidad de su entorno y de México, y continuará vinculándose con los distintos actores y grupos, en diálogo abierto, “cumpliendo nuestra misión como universidad, apegados a nuestra filosofía, y tatuando en el corazón de quienes quieran ser IBERO, nuestro lema, La verdad nos hará libres”, dijo el Doctor Saúl Cuautle Quechol, S.J., durante su toma de protesta como nuevo Rector de esta institución de educación superior confiada a la Compañía de Jesús.
En el acto solemne llevado a cabo en la explanada central del campus de la IBERO, al que sólo acudieron las principales autoridades y representantes universitarios (bajo estrictas medidas de seguridad sanitaria), y que simultáneamente se transmitió vía streaming, el Padre Saúl agregó que la misión de reconciliación y de justicia seguirá siendo parte de la Identidad de la Universidad Iberoamericana.
Esta misión se acompañará de las características que han permanecido por muchos años en los centros educativos jesuitas: el carácter integral de su formación; el humanismo que hace que la persona salga de sí misma y se abra a la humanidad y a la trascendencia; la formación de una ciudadanía global que pone a cada estudiante en armonía con toda la humanidad y le lleva a impulsar la justicia social, la fraternidad, la paz y a reconocer la gran diversidad humana; y el magis ignaciano, propio de su espiritualidad, que los lleva a hacer más.
Sobre su elección como Rector, para el periodo 2020 a 2024, mencionó: “Asumo este gran compromiso, consciente de la responsabilidad académica, social y política de esta época. Llego con buen ánimo, ilusión y esperanza, y sé que en esto, me acompañará la comunidad universitaria”.
Agradeció, por su designación a este cargo, al P. Provincial de la Compañía de Jesús en México, Dr. Luis Gerardo Moro Madrid, S.J.; a los integrantes de la Asamblea General de Asociados de Universidad Iberoamericana, Asociación Civil (UIAC) y su Presidente, Lic. Valentín Diez Morodo; a los representantes del patronato económico y de desarrollo de la IBERO Fomento de Investigación y Cultura Superior A.C (FICSAC) y su presidente Mtro. Pedro Padierna Bartning; a las autoridades de la Universidad y a toda la comunidad de la Iberoamericana, “por el acuerdo y confianza depositada en mí. Juntas y juntos, iniciamos un proyecto”.
Extendió su gratitud y reconocimiento al Mtro. David Fernández Dávalos, S.J., Rector saliente, a quien dijo: “Querido David, en estos días, fui testigo de las muestras de cariño y agradecimiento de distintos miembros de la comunidad universitaria por todo el trabajo que realizaste. Ahora, como representante de esta casa de estudios, puedo decirte gracias por estos años de ardua labor. Con mis palabras, no alcanzo a expresar todo lo que la comunidad de la Iberoamericana siente en su corazón”.
“No me cabe la menor duda que diste todo tu tiempo, que asumiste con entrega cada uno de los compromisos adquiridos, y que lograste que la misión de la Compañía de Jesús, se convirtiera en modelo de seguimiento. Ya sé que me dirás que eres apenas un dedo que apunta al sol, que lo importante es el sol y no el dedo, y en esto dices verdad, pero Él, con mayúsculas, ha sido infinitamente generoso contigo y te ha hecho instrumento creíble, fuente de inspiración, por ello, nuevamente gracias”.
Sumarse a la tarea
Por otra parte, el Dr. Cuautle comentó que recibe una Universidad reconocida académicamente por su calidad, exigencia y formación; con pertinencia social, con amplia proyección internacional y exigencia ética de trabajar por la transformación de la realidad, y con logros significativos en materia de sostenibilidad.
Al ser una Universidad jesuita, “aunque las agencias acreditadoras no tomen en cuenta la dimensión formativa, ética y valorativa, estamos llamados a ser profundamente coherentes con lo que pensamos y vivimos, cuestionando a fondo los conceptos estrechos del uso de la razón, en diálogo integral, interdisciplinar y plural”.
A quienes le escucharon, les pidió ser fieles a la espiritualidad ignaciana y a los documentos fundacionales de la IBERO, pero, sobre todo, a la confianza que han depositado en la Universidad hombres y mujeres, jóvenes estudiantes con grandes deseos de que se les den las mejores herramientas para construir su futuro profesional; lo que no es tarea para una sola persona, sino que se necesita que todas y todos se sumen.
“Miembros del UIAC, FICSAC, hermanos jesuitas, colaboradoras y colaboradores, alumnas y alumnos, les invito a sumarse para que nuestra Universidad Iberoamericana siga estando a la altura de este momento histórico que vivimos. Todos tenemos mucho que aportar. Hoy en día o estamos a la altura de las problemáticas mundiales y de nuestro país, y hacemos que la realidad cambie para bien, o perderemos la oportunidad y posiblemente, nuestra generación no volverá a tener esta oportunidad jamás”.
Desafíos y posibilidades
A partir de lo visto y dialogado en días recientes, el Rector Cuautle Quechol encontró que son muchos los desafíos y posibilidades que se le presentan a la IBERO en la actualidad, pero mencionó sólo cinco, aquellos que requerirán de su especial atención y cuidado en el corto y mediano plazo.
Primero: Seguimiento y continuidad del Plan Estratégico Institucional Rumbo al 2030. Documento que presenta y concretiza a partir de las líneas, dimensiones y objetivos estratégicos el Proyecto Educativo de la Compañía de Jesús.
Grandes desafíos se desprenden de este punto, por mencionar algunos: concretar en la realidad de la IBERO el Plan Estratégico, que se conozca en toda la institución y mirarlo desde el contexto actual de la pandemia. Pero no será una tarea por cumplir, “será un proceso de calidad y hondura entre personas que se sienten enviadas con el encargo de responder históricamente, según los tiempos, lugares y personas, desde la pertinencia social y desde la formación de las y los profesionales que la sociedad necesita: con compromiso para edificar y animar una sociedad más humana”.
Segundo: Seguimiento al documento elaborado por el comité de búsqueda del nuevo rector de la Universidad Iberoamericana. Este comité, reunió el sentir de varios miembros de la comunidad universitaria, que en la distancia por el confinamiento, han mirado a la IBERO desde otras ópticas, a partir de diferentes experiencias personales y educativas, desde la mínima presencialidad y el abrupto proceso de enseñanza y aprendizaje a distancia.
El comité, hizo entrega de un documento a las máximas autoridades de la Compañía de Jesús y de la Universidad, con los retos en el ámbito académico y administrativo, las prioridades respecto al modelo educativo, la valoración del compromiso social que ha ido ganando en los últimos años la Universidad y las estrategias sugeridas a partir de los acontecimientos que se han vivido en los últimos meses. “Este documento, en esencia, nos muestra que más que unas tareas, tenemos una misión, de ahí la importancia de sumarlo en el proceso de renovación pedagógica continua e institucional”.
Tercero: Contextualización de nuestra misión educativa universitaria. El contexto local, regional y global “en el que nos encontramos”, está marcado por la pandemia del COVID-19, y por infinitas preocupaciones y miedos en todos los ámbitos y sectores sociales. La Iberoamericana, no es ajena a estos contextos, ni mucho menos a la necesidad urgente de romper paradigmas educativos.
“Hoy en día, por la adversidad que vivimos, necesitamos de nuestras mejores cualidades para salir airosos del desafío; necesitamos descubrir y poner al servicio de todos y todas, nuestros recursos más invaluables como personas y como institución educativa. El momento que vivimos nos urge estar abiertos a cambiar: ¿hacia dónde? ¿qué cambiar? ¿cómo cambiar? son sólo algunas preguntas que debemos discernir y resolver juntos”.
“Más aún, pertenece a nuestro carisma jesuita la sensibilidad para situarnos en un cambio de época, esa ha sido nuestra historia. Ello implica respeto, diálogo, apertura, encarnación cultural. Involucra una mirada desde la IBERO capaz de asumir otras dimensiones del saber y de la existencia humana para repensar un mundo nuevo y una nueva sociedad; por ello la Universidad Iberoamericana está interesada por el presente y futuro del país, de la región y del mundo”.
La Universidad quiere que sus estudiantes, académicos, personal administrativo y de servicios, jesuitas, exalumnas y exalumnos, realicen el máximo esfuerzo y se acerquen a los márgenes de la historia humana para saber presentar las angustias y dificultades que mortifican a cada mexicana y mexicano, dentro y fuera del país, de tal modo que corresponsablemente, sigan contribuyendo significativamente en un proyecto de transformación social.
Cuarto: Trabajo en RED y en vinculación con otros que comparten nuestra misión. Como un modo particular de proceder, el trabajo en RED seguirá impulsando la internacionalización y multiculturalidad de la IBERO. La Universidad continuará haciendo cuerpo con otros a través de la colaboración, para intercambiar experiencias, elevar la investigación en todos los niveles e incidir en la vida pública y social del país.
“En particular, cuidaremos que el compromiso con el Sistema Universitario Jesuita, se fortalezca de tal manera que la misión encomendada por parte de la Compañía de Jesús se amplié y logre generar un liderazgo educativo transformador. Debemos integrarnos armónicamente con otros para no perder la universalidad”.
De igual forma, la proyección social que la IBERO ha logrado en los últimos años, seguirá siendo un claro trabajo de vinculación con el sector empresarial, organizaciones civiles, con sus ex alumnos y todos aquellos grupos, que desde el intercambio de experiencias y la unión de fuerzas, están preocupados por los jóvenes y por hacer del mundo un mejor lugar.
Quinto: Dinamismo innovador sistémico y transformador. Implica las preguntas que varias organizaciones que se preocupan por estar al día vienen haciéndose: ¿qué? y ¿cómo? innovar. En la IBERO, su oferta educativa, la investigación, su campus, y la propia comunidad seguirán creciendo en elementos diferenciadores en términos de valor y calidad.
“El confinamiento nos ha detenido en el tiempo frente a diversos aspectos, pero en otros, hemos avanzado lo que no habíamos podido antes por miedo al cambio. Nuestra gestión y servicio, en todas las áreas de la IBERO, seguirá siendo fiel a su tradición más profunda, pero creativa para permanecer en el tiempo, actualizada y viva y siempre dispuesta a vivir en profundidad uno de sus lemas: ser más para servir mejor”.
“Las nuevas tecnologías tendrán un papel fundamental para este fin, como medios que facilitan la vocación nunca reemplazable del maestro. Y porque las cosas nuevas envejecen pronto, la constante innovadora de nuestra Universidad estará conectada a un dinamismo que nos sitúe en el nivel de permanecer al día para no envejecer, especialmente en lo que significan los nuevos modos de promover el desarrollo humano, la justicia y de lograr una mejor calidad de vida para todas y todos”.
Lo alcanzado seguirá siendo prioridad
El cuidado de lo alcanzado durante los últimos años, y que es el alma de la Universidad, seguirá siendo prioridad:
- Un alumnado y profesorado con excelencia en el aprendizaje, la enseñanza, la investigación. En todo lo que significa la vida académica; que se articula con otras áreas, y que integra los avances en inteligencia artificial, neurología, biogenética, y toma como principal asignatura la realidad. “Ya que, como lo recuerda el Padre Arrupe, sigue siendo verdad aquella frase de uno de los célebres educadores que ha producido la compañía: la formación de la juventud transforma el mundo”.
- Una administración responsable, transparente y eficiente. Solidaria con las familias y sus colaboradores. “Sensible a las necesidades y sugerencias de nuestros usuarios para mejorar los procesos de gestión, y dispuesta a impulsar y asumir proyectos de mejora, cuidando el futuro de la Universidad”.
- Una espiritualidad encarnada. La Iberoamericana, como universidad jesuita, encarna la misión de reconciliación y de justicia, asumiendo todo lo que ello implica. Asegura que sus espacios estén permeados de las Preferencias Apostólicas de la Compañía de Jesús; favorece el ejercicio de la libertad humana; del discernimiento convertido en una forma ordinaria de toma de decisiones; y muy especialmente, promueve alternativas a los grandes problemas de la humanidad.
“En esto, nuestras y nuestros estudiantes, así como la comunidad académica, serán parte fundamental para que, junto con nosotros, los jesuitas, alcemos la voz, frente a toda injusticia y toda deshumanización. La posición crítica y propositiva de la Universidad, no está en juego. Sus principios y opciones son claros. La indiferencia ante los problemas de nuestros hermanos más débiles, de cara a los pobres, el deterioro ambiental, la crisis de liderazgo, nunca serán parte de nuestra identidad como miembros de la IBERO”.
“Comunidad Ibero, en nuestra Universidad todas y todos formamos parte de los procesos educativos y participamos en la transformación de la sociedad. Hagamos nuestra la convicción tan ignaciana de reconocernos amigos en el Señor. Asumo el riesgo idealista, porque no somos solamente compañeros de trabajo, formamos una comunidad convencida de que la vida, sólo se vive, cuando se vive generosamente al servicio de los demás, haciendo el mayor bien, el mayor servicio y el bien más universal”.
“Termino interpretando lo que San Ignacio le escribió a Francisco de Borja el 17 de septiembre de 1555: “Pondré todo lo que está de mi parte, para llevar a cabo esta misión, sabiendo que en última instancia las cosas más valiosas de la vida son gratuitas, y confío plenamente como si todo dependiera de Dios”.