Gustavo Monterrubio Alfaro
La inveterada costumbre del gobierno norteamericano de inmiscuirse en los asuntos internos de otras naciones soberanas, le ha convertido en arrogante y soberbio, que suele imponer su versión, contraria a la verdad, a la racionalidad y al sentido común; es un narcisismo patológico que tiene serias consecuencias en el mundo.
Empecemos con la democracia. Es la sociedad con el sistema electoral más corrupto, antidemocrático, tramposo y laberíntico del mundo, diseñado para servir a la plutocracia, pues los donantes, sólo los de chequera generosa, pueden comprar a todo postulante a cualquier cargo de elección popular, con esta farsa se auto promueve como “Faro de la democracia”.
El sistema fue diseñado para que sólo dos malabaristas ingresen a la pista circense, que se alternan sin variar significativamente las suertes que ejecutan -las políticas públicas que imponen-. Como dijo alguien: en México tenemos un PRI, allá hay dos PRI, no obstante, en México éste agoniza y allá sigue vivito y coleando; es la estrella del “tinglado de la farsa”.
Respecto a la corrupción, allá son más corruptos o por lo menos compiten fuertemente por ser los mejores, y eso que contrastar la corrupción en México con la de allá, son palabras mayores. Lo que pasa es que a los corruptos les llaman pragmáticos y a la corrupción pragmatismo, aunque estos eufemismos se han debilitado últimamente y han dado paso a llamar a la corrupción por su nombre y al corrupto por su adjetivo. Basten los siguientes ejemplos. Una investigación de CBS News destapó la gusanera al develar que policías trafican armas en todo el país; el jefe de policía de la ciudad de Adair, Bradley Wendt, sentenciado a cinco años de prisión, sentenció: “Si soy culpable de esto, todos los policías del país irán a la cárcel.”; según los resultados de una investigación, si mal no recuerdo del congreso, durante la falsa pandemia se fueron por las cloacas de la corrupción 250,000 mdd; a los donantes de chequera dispendiosa se les recompensa con cargos públicos, leyes favorables, exenciones fiscales y contratos gubernamentales, y encima, sin ningún rubor, tienen la desfachatez de auto erigirse en censores de la moral pública.
Pero hay que destacar una diferencia notable con México: el poder judicial. En esencia éste está al servicio de la plutocracia, aquí y en todo el mundo, pero allá se procesan y sentencian casos de poderosos y famosos, no todos, claro, que aquí son garbanzos de a libra, o mejor dicho, ni eso.
Ahora bien, respecto al tráfico de estupefacientes, armas y personas, robo de autos y comercialización de arte robado y falsificado, los gobiernos norteamericanos, sin excepción, aplican la hipócrita estrategia de ver la paja en el ojo ajeno e ignorar la viga en el propio.
De suerte que, para que el gobierno norteamericano tenga calidad moral y autoridad política para imponer su versión y estrategia, antes debe combatir realmente a las siguientes organizaciones criminales domésticas: el cártel armamentista, las mafias farmacéuticas, las organizaciones criminales anglosajonas e italianas y de todas las minorías raciales, obvio, también a las extensiones de las organizaciones latinas que operan en territorio comanche; al hampa financiera: bancos, fondos buitre y de inversión, la camorra que trafica con personas, autos robados y el hurto y falsificación de arte, y pare aquí la lista, porque aún hay más.
Todas las organizaciones señaladas son responsabilidad única y exclusiva del inquilino de la Casa Blanca, y de los gobiernos restantes, las que operan dentro de su territorio.
Esto es, en tanto las cinco empresas armamentistas más grandes del mundo, todas norteamericanas: Lockheed Martin, Boeing, Raytheon Technologies, Northrop Grumman, General Dynamics, sean destinatarias del mayor gasto en defensa, se estima que en 2024 sea del 3.49 %, como proporción del PIB, más de un billón de dólares. Tal vez no existen o no encontré datos oficiales disponibles respecto a lo que el complejo militar-industrial aporta al PIB nacional, estimo arbitrariamente que, tal vez, oscila entre el 20 y el 30 por ciento; además, se cuentan entre los donantes más espléndidos a las campañas electorales y tienen a su servicio una poderosa organización civil y activa cabildera, la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), férrea opositora al control de armas; con estos sólidos argumentos, el tráfico ilegal de armas hacia México, difícilmente se detendrá, e igualmente seguirán surgiendo focos de conflicto armado en todo el mundo, porque para que la economía de Estados Unidos se mantenga más o menos a flote, ya amenazada por el lastre de la deuda pública que ronda el 138 por ciento del PIB, es indispensable mantener constante e incrementar la demanda de artefactos bélicos, porque sí colapsa el complejo militar-industrial, la más grande economía del mundo, se va a pique.
No es más oportuno citar la profética frase del militar presidente
“En su discurso televisado del 17 de enero de 1961, Eisenhower habló a los estadounidenses del novedoso concepto del “complejo militar-industrial” conformado por las Fuerzas Armadas y los fabricantes de armamentos y advirtió de su creciente ingerencia (sic) en el manejo de las políticas del país.
“Debemos cuidarnos de la adquisición de influencia injustificada, tanto solicitada como no solicitada, del complejo militar industrial “, dijo Eisenhower en la frase del discurso que pasaría a la historia y que eventualmente se convertiría en bandera de pacifistas.” (BBC Mundo Washington. 17/I/2011)
La estrategia de doble moral que aplicó, hasta donde pudo, John Edgar Hoover, el célebre primer director de la FBI, que sobrevivió a varios presidentes, tal vez fue el que logró socializarla y dejarla como legado, la cual consistía en negar sistemáticamente la existencia de mafias en territorio apache, hasta que el incidente casual de Pontchartrain, destapó la caja de Pandora y ya no tuvo más remedio que aceptar lo que obstinadamente negaba. Hoover era travestido y todos hablaban de unas fotos, que nadie admitía haber visto, en las que se le veía enfundado en vestidos vaporosos, contoneándose en orgias homosexuales. Esto y la negativa a aceptar la existencia de mafias dentro de territorio puritano, sugiere que las fotos existían y estaban en poder de mafiosos, que lo tenían agarrado de las pelotas. Es muy fácil chantajear homosexuales, y más si ostentan cargos relevantes en los sectores público y privado.
Si se compara el origen de la drogadicción en Estados Unidos, con el detonante de la llamada epidemia de los opioides, se encontrarán perturbadores e interesantes paralelismos
“La crisis de opioides o epidemia de opioides[2] se refiere al gran aumento de drogadictos y muertes asociadas con el uso indebido de analgésicos opioides (como el fentanilo [y agrego, nitacenos]) en los Estados Unidos. La mayoría, por haberse vuelto dependientes de los opioides legales recetados previamente por un médico, otros por ingerir adulterado el medicamento.[3]
“De 2006 a 2012 las compañías farmacéuticas de EE.UU. colocaron en el mercado más de 76 mil millones de analgésicos que contienen opioides. Estos fueron negociados en 360 millones de transacciones durante el mismo período. Los productores más activos fueron SpecGx (con el 38% de cuota de mercado), seguidos de Actavis Pharma, Par Pharmaceutical y Purdue (con el 3,2% de cuota de mercado). Seis cadenas de farmacias compartieron las tres cuartas partes del negocio de distribución en los Estados Unidos durante el mismo período: McKesson, Walgreens, Cardinal Health, Amerisource Bergen, CVS Health y Walmart.[9] La epidemia de opiáceos en Estados Unidos ha crecido hasta tal punto, que el 26 de octubre de 2017, el presidente Donald Trump declaró la emergencia médica. Sin embargo, apenas proporcionó fondos adicionales para combatir el problema. (Fuente: Wikipedia)”
Si para un menor de edad es más fácil conseguir todo tipo de drogas en las calles de Narcotilandia, que adquirir una botella de wiski en la marketa, ¿cuán fácil será para los adultos? ¿Por qué? Es tan obvio, que no se necesita ser genio para inferirlo: por la laxa permisividad de las autoridades, estimulada por la profunda y extendida corrupción gubernamental y social y por los beneficios que obtienen la clase política y empresarial.
Mientras la Casa Blanca no combata a las mafias de mayoría y minorías raciales, el comercio de las drogas seguirá creciendo y expandiéndose y matando a cientos de miles, porque una ley del mercado establece que, en tanto haya quien demande narcóticos, siempre habrá alguien dispuesto a ofrecerlos, así arrostre el patíbulo.
El gobierno norteamericano debe, primero, usar a los marines, la guardia nacional, la US Air Force y hasta los Boinas Verdes y equipos tácticos SWAT, para combatir, y si es necesario, bombardear a las organizaciones criminales domésticas de toda laya, antes de imponer el uso de fuerza letal a soberanías ajenas, o sea, como pontificamos por acá: predicar con el ejemplo.
Según estimaciones, más de la mitad del dinero, producto de actividades ilegales, se lava en los circuitos financieros en territorio yanqui, desde las ciudades casino: Lake Tahoe, Las Vegas y Reno, pasando por un estado, Delaware, donde las autoridades no hacen preguntas incómodas, tales como ¿Nombre? ¿Nacionalidad? ¿Cómo obtuvo estas maleticas repletas de dolaricos?, hasta la banca y los fondos de inversión, sin contar los dólares “sucios” que seguramente ingresan a las campañas electorales y al bolsillo de los políticos; en este contexto es obvio que al gobierno no le interesa combatir el lavado de dinero que circula por sus vasos comunicantes, en cambio, es inflexible en controlar los circuitos financieros del dinero de origen criminal, especialmente extra fronteras.
Sobre las ciudades casino es de dominio público que son lavaderos de dinero procedente de actividades criminales.
Un reportaje de la BBC, pone al descubierto los servicios de lavadero que ofrece a criminales nativos y extranjeros, el pequeño pero gran receptor de fondos provenientes de actividades lícitas e ilícitas, el estado de Delaware.
“Los ejemplos son demasiado numerosos para contarlos. Los criminales internacionales y los funcionarios extranjeros corruptos, los contrabandistas de armas y los cazadores furtivos de rinocerontes, los traficantes de personas… todos ellos miran hacia Delaware”, señala en su libro -American Kleptocracy: How the U.S. Created the World’s Greatest Money Laundering Scheme in History” (Cleptocracia americana: cómo Estados Unidos creó el mayor plan de lavado de dinero de la historia del mundo)- Casey Michel, quien se refiere a Delaware como “la mayor fuente de compañías fantasmas anónimas que el mundo haya visto jamás”. (BBC News Mundo, 27/II/2024)
Ahí está un blanco legítimo, plenamente identificado, para que hacia él apunten los misiles de la US Air Force, y para lanzar un operativo conjunto con los Boinas Verdes y el SWAT, para atrapar criminales, si es necesario les puedo proporcionar las coordenadas.
Los bancos norteamericanos aparecen en todas las investigaciones, pesquisas y reportajes que se hagan sobre lavado de dinero, pero las autoridades responsables de combatirlo sólo apuntan a entidades extranjeras, los nacionales igual que las mafias de narcotraficantes nativas, no están en su radar. HSBC ha sido multado en México y Estados Unidos por operaciones asociadas a lavado de dinero.
Los fondos de inversión se cuecen aparte. Black Rock, el mayor fondo de inversión del mundo, gestiona activos por 11,5 billones de dólares, lo que equivale a casi la mitad del PIB de Estados Unidos, que en el 2023 se estimó en 26,95 bdd.
Los más populares fondos buitre son: Axactor, Intrum, Apollo, Cerberus, Blackstone, y Colony Capital
¿Hay algún ingenuo que crea que en estas montañas de efectivo y valores nominales, no hay dinero de actividades criminales? Sí fuera así, sería insólito y cuestionaría las reglas fundamentales del neoliberalismo salvaje.
Aquí están otros reductos criminales para que los sabuesos de la FBI realicen las pesquisas necesarias para atraparles; si se acompañan del agudo observador, analítico fino e infalible Sherlock Holmes y su inseparable alter ego, Mr. Watson, los probabilidades de operativos exitosos, serán altas.
Del resto de mafias criminales señaladas: ladrones de vehículos, traficantes de personas y comerciantes de arte robado y falsificado, aunque no ocupan las primeras planas de la prensa y no son tendencia en las redes sociales, el aporte que hacen a los circuitos del sistema financiero estadounidense, es tan importante, tal vez, como el de los narcóticos.
Los gobiernos no tienen porque comportarse como vasallos y aceptar los dictados de Washington, el problema de los narcóticos y de toda actividad criminal, en territorio WASP, es responsabilidad única y exclusiva del gobierno norteamericano; el combate al cultivo, producción, transporte, almacenamiento, distribución y consumo de narcóticos, es global y multifactorial y este debe ser el enfoque para enfrentarlo, pasando por el respeto a la soberanía de los estados, admitir responsabilidades y aportar soluciones por consenso.
Alguien podrá objetarme que operaciones y actividades realizadas por entidades y empresas señaladas en el presente texto, son legales, porque el marco regulatorio así lo dispone, lo que de suyo es falso, porque estas entidades y organizaciones acumulan tanto poder y convergen intereses tan escabrosos que operan en el filo de la navaja, para empezar, lo que es bastante común, evaden y eluden el pago de impuestos, simulan operaciones lícitas que son ilícitas, pero lo más grave es que no debe aceptarse como legal lo que una autoridad corrupta, que impone normas corruptas, que aplica leyes corruptas, que desliza criterios corruptos, que juzgadores corruptos, políticos corruptos, empresarios corruptos, religiosos corruptos, sean presentados como arquetipos de la ética, la moral y se les legítime, porque sería tanto como amasar las actividades criminales y legales en una sola pasta, lo que en la práctica, casi es un hecho.
El peligro consiste en que desaparezca la ya de por sí delgada línea que separa al bien del mal, a los buenos de los malos, porque nos acercaríamos al incandescente umbral del infierno.