Sí, resulta incomprensible que en dos entes de gobierno distintos haya discrepancia. Por un lado la Secretaría de Salud federal determina que la Ciudad de México pasa a semáforo color rojo, por el otro, el Gobierno de la Ciudad de México determina que continuamos en naranja una semana más.
De acuerdo a la legislación vigente, quien tiene la autoridad para determinar el riesgo epidemiológico en una entidad es el gobierno local, en este caso, el Gobierno de la Ciudad de México aún cuando desde la federación se indique lo contrario.
Ahora bien, el semáforo epidemiológico es una herramienta que no ha sido clara desde sus inicios, un tipo de sugerencia para que las distintas entidades del país permitan o restrinjan actividades económicas, sociales e incluso políticas con el ánimo de reducir los contagios.
Leo en las distintas plataformas sociales, indignación plena por la diferencia de semáforos entre el gobierno local y la federación, insisto en que resulta insólito y hasta de hilaridad, cuando el fin de ambos entes de gobierno debiera ser el buen control de la pandemia, mismo que no ha existido ni de un lado ni del otro. Sin embargo creo que a donde no se ha apuntado en la indignación, es a la acción (y no postura) ciudadana, es decir, a nosotros mismos en la cotidianeidad que en muchos sectores, han bajado la guardia de forma irresponsable, acudiendo a eventos masivos, relajando por completo las medidas de sana distancia y actuando como si la pandemia hubiese terminado.
Hay un caso peor, los que por ignorancia no se han vacunado estando los biológicos disponibles para ellos, ese grupo de ciudadanos constituye el mayor grado de irresponsabilidad en este período. Si alguno de ellos se enferma y acude al sistema público de salud, el costo es para el estado mexicano por mera negligencia de no haberse querido vacunar. Es cierto que a un sector importante de la población no le ha llegado el turno de vacunarse, pero aquellos que tuvieron la oportunidad y por decisión propia no lo hicieron, representan un verdadero peligro para el resto de la sociedad y la representación más burda de la ignorancia y la irresponsabilidad.
En fin, me parece que debemos en efecto, señalar los yerros de las autoridades, como es esta diferencia de colores en el semáforo epidemiológico, pero debemos hacer énfasis en la conducta que todos como ciudadanos, estamos asumiendo con relación a la pandemia.