Judios, ¿Verdad que no es lo mismo?

Gustavo Monterrubio Alfaro

El ejército judío se ha ensañado con palestinos pacíficos, inocentes y desarmados de todas las edades y sexo, especialmente contra bebés, infantes y mujeres, como si pretendiera cortar de raíz la reproducción biológica y eliminar futuros militantes (vengadores) de las milicias palestinas.
También se ha centrado en la destrucción de infraestructura vital palestina: hospitales, escuelas, servicios públicos: luz, agua, descargas residuales, campamentos de refugiados, mezquitas, centrales eléctricas, edificios residenciales y viviendas, sedes de la autoridad palestina, destruye incluso ayuda humanitaria que con dificultades logra ingresar, bloquea los accesos para impedir el ingreso de ayuda humanitaria crítica: alimentos y medicinas; bombardea instalaciones de medios de información incómodos, por mostrar la cruda realidad, asesina periodistas, incluso ataca instalaciones de la ONU, sean militares o de asistencia civil. En resumen, aplica el método del Ejército Soviético en retirada: tierra arrasada.
Todos estos crímenes de lesa humanidad, se resumen en una palabra: GE NO CI DIO.
Las atrocidades y brutalidad del gobierno israelí han sido amplia y puntualmente documentadas, y ¡NO PASA NADA! Es más, las pruebas irrefutables circulan a diario en los medios de información tradicionales y digitales; en cambio, el genocidio de los judíos orquestado por los nazis fue menos espectacular, porque el principal medio de información era la radio, paradójicamente documentado principalmente por los genocidas; con estas pruebas y testimonios de sobrevivientes se instituyó el Tribunal de Núremberg, ¿ante las abundantes, abominables, infames e irrefutables pruebas, serán juzgados los funcionarios judíos y los cómplices norteamericanos por el genocidio que cometen contra los palestinos a la vista de todos?
Porque esperar que la Corte Penal Internacional simplemente haga su trabajo, es tanto como esperar la venida del mesías.
¿Qué utilidad tienen el Consejo General de la ONU y la Asamblea General de la ONU?
¿Dónde están, qué hacen, para qué sirven la Corte Penal Internacional y la Corte Internacional de Justicia?
La Corte Penal Internacional emitió una orden internacional de arresto contra Vladimir Putin, por trasladar niñas y niños ucranianos, huérfanos de guerra, con familias rusas para su protección y cuidado. Este es el crimen de Putin, ofrecerle una opción, otra oportunidad a estos infantes.
Benjamín Netanyahu, por el contrario, lo único que ofrece a los palestinos especialmente bebés, niñas, infantes, mujeres y ancianos, es la muerte, amputaciones y marcas indelebles a los sobrevivientes: la destrucción de su infancia, la ruptura con su cultura, la cancelación de su futuro, la negación de la vida, ergo, la violación absoluta, cínica y descarada de todos los derechos universales de la infancia, que la omisa e hipócrita ONU invoca cada efeméride, porque los quema vivos, los asesina, los lesiona, los trauma, los bombardea, los ametralla, los ataca en escuelas, los caza y arresta en las calles, los refugios y hospitales y los acosa hasta en su huida. Esta carnicería inhumana no es diferente a los horrendos crímenes que las hordas de las SS y la Gestapo dejaban a su paso, cazando judíos de todas las edades y sexos, en los territorios ocupados.
¿Qué pasaría si un funcionario y un ciudadano ruso, cubano, chino, venezolano, colombiano, incluso mexicano afirmara que es moral y legitimo matar de hambre a los judíos, como hicieron los nazis, que pida diseñar armas especiales para asesinar niños judíos? Les aseguro que la prensa occidental, especialmente la controlada por el sionismo, que se ha quitado la máscara, los habría convertido en monstruos, los habría linchado, crucificado y habría presionado a instancias judiciales y políticas internacionales para que castigaran tan abominable y horrendo crimen.
Pues eso mismo exactamente, y más barbaridades, han vociferado funcionarios y ciudadanos judíos contra los palestinos, es más, colonos judíos asesinan impunemente palestinos para robarles sus propiedades, y ¿qué pasa? ¡NO PASA NADA! La prensa al servicio del establishment, bien gracias.
El criminal y genocida Benjamín Netanyahu está alimentando el milenario antisemitismo, así que cuando termine la borrachera bélica, si al mundo no lo mata la cruda, éste florecerá como en sus mejores tiempos.
Pues bien, esta larga digresión, es preámbulo de la pregunta que da título al presente texto: ¿verdad que no es lo mismo enfrentar a un ejército con un poder de fuego igual o superior, el iraní, que a milicianos inferiores en número y poder de fuego, así como asesinar impunemente bebés, niñas, mujeres, ancianos y jóvenes inocentes, pacíficos y desarmados?
¡Glorioso ejército judío que ceba su impotencia asesinando cobardemente a débiles, inermes y desarmados!
Desde el primero de octubre cuando Irán bombardeo Israel en respuesta a los asesinatos de dirigentes árabes e iraníes, perpetrados por Israel, éste se ha dedicado a fintar, a cantinflear: que mañana responderá, que siempre no, que en unas horas, que tal vez, que sí que no, que quién sabe, que está elaborando el plan, que atacará instalaciones nucleares y petroleras, pero que dijo la abuela que siempre no, ¡porque pues no!, que la respuesta será contundente, demoledora y masiva, pero que no sabe cuándo, que lo hará conjuntamente con Estados Unidos, pero que éste dice que no lo invitaron al baile, que se filtran planes ultrasecretos y nadie sabe y nadie supo de una tienda Conasupo; la última baladronada judía es que atacará antes del 5 de noviembre, día de las elecciones en Estados Unidos, y la última actualización es que nuevamente amenaza atacar las instalaciones nucleares iraníes, en fin, ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario, Echeverría dixit.
Lo que intento destacar es que Israel no reacciona de la misma manera contra Irán, que con milicias y población civil a la que puede bombardear con total y absoluta impunidad, porque la segunda no usa ni corta uñas para defenderse, y las primeras carecen de defensas anti aéreas y su poder de fuego y efectivos movilizados, son, repito, infinitamente inferiores.
Ahora bien, preguntémonos ¿qué detiene a Israel? Obviamente, que no podrá en ningún escenario y circunstancia destruir toda la capacidad bélica de Irán y porque la respuesta de éste sería demoledora y podría reducir significativamente las capacidades defensivas y ofensivas judías y acumular piedra sobre piedra en amplias zonas urbanas.
Pongámoslo en perspectiva: Israel se reduce a 22 125 Km2, Irán se extiende 1 648 195 km2. El territorio iraní alberga una población de 89 millones, Israel 9.8 millones.
Las Fuerzas Armadas de Irán tienen alrededor de 960.000 efectivos militares, entre los que se incluyen: 610.000 soldados activos, 350.000 reservistas y personal entrenado. Israel dispone de un ejército terrestre de 170.000 soldados activos y 465.000 reservistas. (Fuente: Wikipedia)
Por otro lado, Irán cuenta con misiles hipersónicos, para los cuales la cúpula de hierro israelí, poco o nada puede hacer.
¿Cuánto misiles convencionales necesita cada uno para asegurar la destrucción mutua, suponiendo que ninguno sea interceptado? Según mi arbitraria estimación, unos cientos Irán, miles Israel.
¿Cuántas ojivas nucleares tendrá que lanzar cada uno para garantizar la destrucción mutua, en el supuesto que ninguna sea interceptada? Unas decenas Irán, cientos Israel; ahora bien, las probabilidades de que escalen al uso de artefactos nucleares son reales, porque la confrontación la alimenta el odio irracional que mutuamente se dispensan.
El odio entre judíos y árabes es milenario, profundamente arraigado y difícil de extirpar; se remonta a la época de Abraham, considerado patriarca de las tribus semitas, o sea, son hermanastros, tal vez por eso se matan con pasión y entusiasmo. Según la leyenda judeo – árabe, Abraham procreo dos hijos, al primogénito Ismael, engendrado con su esclava Agar, a instancias de Sara, esposa legitima, en virtud de la esterilidad de ésta, y según el mito bíblico, Sara dio a luz a Isaac, a los 125 años.
El conflicto se suscitó por la duda: ¿quién era el legítimo heredero de Abraham? Las prescripciones judías estipulaban que el primogénito era el primero en la línea sucesoria, o sea Ismael, del que descienden los árabes, pero Sara maniobra y acusa a Agar de mofarse de ella y humillarla y pide que la expulsen de la tribu, y lo logra, de esta manera espuria impone a Isaac, del que se desgranan los judíos. Como ven, los judíos desde su origen son transas.
En el caso de los persas y judíos el odio que se profesan no se pierde en el tiempo, pues durante el dominio persa los judíos no fueron esclavizados ni sometidos, gozaron de una libertad amplia, tanta que no pocos judíos formaron parte de las cortes en los sultanatos y reinados persas, y han vivido en Irán desde hace miles de años, es más, se les permitió y ayudó a emigrar a la que llamaban tierra de Israel, o sea, Palestina hasta 1948.
Tal vez este odio a los judíos se deba al dominio árabe que impuso su religión en Irán, que se adhirió a la rama chií, porque antes de ser conquistado practicaba el Zoroastrismo.
En este dantesco escenario, ¿qué queda de calidad moral y autoridad política a las instancias políticas y jurídicas internacionales, si son cómplices pasivas del genocidio palestino en proceso e incapaces de sancionar a criminales de guerra del talante del premier israelí y los presidentes norteamericanos, cuando sólo han servido de garrote de castigo para sancionar a gobernantes que no se someten a los intereses del imperialismo?
Además, esta carnicería resultará inútil según los que saben, porque Israel no podrá destruir a Hamas, acabar con Hezbollah, los Huties del Yemen, las milicias iraquíes y sirias, porque cada bebé, niña, madre, padre, abuelo, hermano, prima, amigo o paisano que el ejército o los colonos judíos asesinan, alimenta el odio milenario y refuerza la necesidad de pelear.
En suma, si el desquiciado y sanguinario Benjamín Netanyahu comete la locura de atacar a Irán, sería el preámbulo de la tercera guerra mundial, que se extendería de inmediato a la región e involucraría a los aliados de ambos duelistas; iniciaría como convencional y evolucionaría a nuclear; a menos que la eventual destrucción mutua sea ejemplo para el resto de las naciones y logre detener el proceso de destrucción global. Se antoja extremadamente difícil, pero no imposible, si aún queda un poco de cordura en el manicomio que gobierna el mundo.
No hay que olvidar que una vez puesta en marcha la maquinaria de guerra, no hay poder humano que la detenga, hasta que una de las partes sea aniquilada, con la salvedad que ésta sería la primera y única guerra en la historia de la humanidad que excluye la dicotomía perdedores – vencedores, porque prevalecerá una sola clase de idiotas: los perdedores.
Una experiencia de la que los poderosos no han obtenido lección alguna a través de la historia, es que asesinando, expulsando o encarcelando críticos y opositores no matan ni callan la verdad ni la justicia ni la libertad; matan o encapsulan al hombre o la mujer que la abandera en el momento, pero nunca matarán la semilla que sembró y ésta brotará en decenas, cientos o miles de rebeldes que combatirán con denuedo a los tiranuelos, criminales y genocidas.
Porque siempre habrá alguien dispuesto a tomar el fusil del que ha sido abatido.