Jorge A. Rodríguez y Morgado. Cuando te diga adiós sin despedirme

Jorge A. Rodríguez y Morgado. Nació en la ciudad de Puebla. Es ingeniero civil, egresado de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, con doctorado en Estructuras (Ph. D.) por el Instituto Moscovita de Ingeniería y Construcción. Fue nominado al Premio Nacional de Ingeniería 2021. Cuenta con una amplia trayectoria y experiencia en el diseño y construcción de obras civiles, y es amante de la numerología y del estudio de las fuerzas de la naturaleza. Es columnista y comunicador en diversos medios de difusión, abordando hechos de la vida cotidiana acaecidos a través de la historia de la humanidad. Ha publicado, a través de la editorial El Mundo Iluminado, los libros Poesía hermética: nacimiento, vida, muerte, la colección en ocho volúmenes del libro Psicodelia, que abarca temas históricos, esotéricos y herméticos. Recientemente, el libro titulado Alefato 22: energías divinas y está a punto de ver la luz el compendio intitulado Entelequia: el fin en sí mismo.

 

Cuando te diga adiós sin despedirme

 

Cuando te diga “adiós” sin “despedirme”,

será algo nada deseable,

con todo lo vivido, e irme,

entorno poco agradable.

 

Fue en la juventud lejana,

que “causal” se dio el encuentro,

una historia muy kafkiana,

pero existe muy adentro.

 

Muy larga era la espera,

el lograr comunicar,

fue cosa de que naciera,

algo digno de tramar.

 

Un diálogo de años y años,

toda una vida de espera,

sin reproches, sin engaños,

sin desear que esto muriera.

 

Todo es un ciclo en la vida,

lo que nace siempre muere,

llegará la despedida,

pero eso nadie lo quiere.

 

Siempre sigamos pensando,

que esto eterno durará,

hay que vivir esperando,

y ansiando el no morirá.

Fueron años de recuerdos,

comunicación oculta,

casi nunca un desacuerdo,

irse ahora dificulta.

 

El adiós resulta triste,

cuando se tienen pendientes,

lo cierto es que apareciste,

en la flor de nuestras mentes.

 

El adiós sin despedirse,

es mejor que una ruptura,

deberá el ciclo cumplirse,

la herida tendrá su cura.

 

Por siempre esto durará,

en esta, o en futura vida,

y lo cual provocará,

un adiós sin despedida.

 

Este poema asemeja,

una abrupta despedida,

simplemente nos refleja,

la plenitud de la vida.

 

Sigamos siempre adelante,

perpetuando estos momentos,

marchando como buen andante,

y con bellos pensamientos.

 

El adiós ya sucedió,

sin existir despedida,

eso fue lo que causó,

añoranza en la partida.