Joel Samperio Tepale. Nació en septiembre de 1986 en la Ciudad de México. Es abogado, poeta y gestor cultural; radica en Cuanalá, Municipio de Juan C. Bonilla, Puebla. Hizo su presentación como poeta en la Casa de Cultura de la Ciudad de Puebla, en el programa: Un domingo, un poeta. Ha publicado cuentos y poemas en la Revista Derecho (1993 y 1995); fundador de la Revista AMEYAL (noviembre, 2004). Ha publicado: El manual del matrimonio (1996), Voces y rostros del municipio de Juan C. Bonilla, 1907-2007: cien años de ser municipio (2008); Abrázame y otros poemas (2017). Con el Círculo de Escritores Sabersinfin participó como coautor en las antologías: Alborada poética (2018) y No moriré del todo (2019). En 2020 elaboró el libro Hijos del Sismo (una historia sobre los 100 años de la fundación del municipio de Guadalupe Victoria). Actualmente está por publicar el libro de poemas: Las Mutaciones del Silencio.
Nostalgia de ti
Nostalgia de ti
del primer cimiento
del primer encuentro
de aquella ciudad.
Distante sonido
otro amanecer
diferentes voces.
Luz sombra y tierra
el vuelo de un pájaro
la casa desierta.
Rebaño de cabras
extraño pastor.
En la hora vacía
filoso cuchillo
corazón y ansia.
Cruza un avión
espacio vital
en silencio roto.
Todos ven y hablan
hablan como un eco
palabras y ausencia
las huellas sin ti.
De boca cerrada la calle
Tomados de la mano caminamos
de boca cerrada la calle
para cuidar que las palabras
hirientes brotaran disparatadas.
Lejos uno del otro estábamos
que si no fuera por las sombras
de aquello que en la piel llevamos
nos hubiéramos fundido como la
cascada en el lecho de un río
como las palomas aferradas al
viejo campanario en un abrazo.
Tus ojos le hablaban a los míos
el silencio una pared levantada
por nosotros, unida como aroma
que de tu cuerpo mana, y se anida
inflamando aún, mis ansias ancladas
a tu puerto, e íntimas todavía
escalan por los bordes de tus pechos.
Nos detuvimos ya no había camino
tus ojos y mis ojos sin respuestas
miraban empañados la espiral
de las rupturas, que se alzan como alas y
se pierden en el pálido horizonte
en donde enmudecen las palabras.