Jazmin Arleth Regis Reyes. Vagno (Mini cuento)

 

Jazmin Arleth Regis Reyes. (Veracruz, México/2007) Coautora de la antología artesanal Sobreviví a la pandemia elaborada por alumnos de tercer grado de la telesecundaria “Lic. Guillermo Héctor Rodríguez Gutiérrez” y la USAER G (Editorial Castellanos y Artesanales en Ventana de Papel 2022). Compiladores: Nélida Santiago Zarrabal y Gonzalo Valenzuela.

 

Vagno (Mini cuento)

Tanteó su bolsillo tratando de encontrar la tarjeta azul que le permitiría pasar al metro, la encontró en el lado izquierdo del negro pantalón que portaba, la tomó y pasó por el lector, haciendo que la pequeña luz roja parpadeara para rápidamente pasar a verde permitiéndole el paso, las puertas eléctricas se abrieron y entró a paso lento, sus ojos cual rubíes  se permitieron mirar alrededor, encontrando la mayoría de asientos libres, era claro, a esa hora seguramente la mayoría de personas estaban con su familia en casa.

 

Se sentó perezosamente, cerrando un momento sus ojos buscando un minuto de paz, el tren anunció su llegada, subió tranquilo, situándose en el primer sitio que encontró libre, después de un rato, sintió algo caer en su hombro, curioso fijó su mirada en la persona que ahora dormía apoyado en él, cabello esponjoso alborotado, color verde oscuro casi negro, piel blanca y lisa, nariz respingada, pestañas largas y negras, en su cara cuatro pecas adornaban cada mejilla, junto a unos labios rosas, entre sus manos una mochila amarilla la cual sujetaba fuertemente, era claro que estudiaba gracias al uniforme.

 

Intentó encontrar una posición cómoda sin despertar al peli verde, tal vez podría aguantar a esta molesta persona hasta llegar a su parada, el chico se removió incomodo, talló sus ojos para después abrirlos.

Esmeraldas…

Los ojos del crio eran como dos grandes esmeraldas, que ahora lo miraban avergonzado.

–Lo lamento… Me quedé dormido. – Dijo en casi un susurro mientras tartamudeaba, sus mejillas brillaron en un suave rosa, mientras bajaba la mirada.

–No te preocupes, a cualquiera le puede suceder…– Respondí

–Y-yo, perdón, tengo tanto trabajo en la escuela que a veces olvido dormir…– Tomó aún más fuerte su mochila, mientras sus rosados labios temblaban al hablar.

Tal vez ahora regresar del trabajo a casa en metro, podría ser más divertido.